La bebida que abandonamos en la infancia mejora la concentración y la memoria
Es muy típica como desayuno o merienda en días de lo más especiales.
En días de frío, como desayuno tradicional durante la Navidad en muchos hogares o para merendar a modo de acompañamiento a unos churros. Las formas de tomar un vaso de cacao caliente son diversas, pero sea cual sea la forma de tomarlo, para los amantes del chocolate es una auténtica delicia.
En el caso del cacao natural, los científicos han podido demostrar que tiene una serie de propiedades que lo hacen beneficioso en diversos procesos cognitivos. Así lo ha explicado desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) la doctora Sonia de Pascual-Teresa en unas declaraciones que ha recogido en su web la Fundación Caser.
"Tomar cacao natural en la infancia puede ayudar a prevenir problemas neurológicos en la edad adulta gracias a este aporte de polifenoles, además de los beneficios que tiene de forma inmediata a nivel de rendimiento cognitivo", según la doctora del CSIC.
Los polifenoles que resultan clave en que este proceso sea posible son los flavanoles. Estos, tal y como ha relatado la experta, son los responsables de que las arterias se dilaten y, por tanto, aumente la cantidad de sangre que llega al cerebro. De esta manera mejora el rendimiento mental.
En este sentido, desde el CSIC llevaron a cabo un estudio con el que corroborar cómo el cacao afecta a las personas más jóvenes a nivel mental. Pudieron asociar el consumo crónico de cacao con un mejor rendimiento cognitivo que estaba vinculado con mayores niveles de neurotrofinas.
Y no sólo eso. También vieron que el consumo agudo flavanoles de cacao estaba, efectivamente, asociado a un aumento del flujo sanguíneo y una consecuente oxigenación cerebral. "Estos resultados refuerzan el papel beneficioso de los flavanoles del cacao sobre la función cognitiva y la neuroplasticidad y muestran que estos beneficios son posibles a una edad adulta temprana", concluyen desde el CSIC.