¿Qué se sabe del nuevo pico de casos de gripe en España?
La enfermedad más típica del invierno, protagonista por los nuevos brotes y contagios.
La gripe estacional parece estar mostrando especial resistencia durante este otoño-invierno. A los numerosos brotes que tuvieron lugar el pasado mes de diciembre en nuestro país se le ha sumado una nueva oleada de contagios en estas últimas semanas, por lo que parece que una vez más, la gripe nos acompañará hasta finales de invierno.
De hecho, este año se está caracterizando por el crecimiento exponencial de sus contagios, ya que desde que empezará la campaña en noviembre de 2022, el número de personas infectadas no ha dejado de aumentar ni un solo día.
¿La gripe es una epidemia?
El salto lo demuestra. A mediados de otoño se registró una incidencia de 50 casos por cada 100.000 habitantes y actualmente ese pico se encuentra en 240 por cada 100.000, por lo que está considerada como epidemia en la mayor parte del territorio español.
Una peculiaridad de la gripe, por todos conocida, es su facilidad de transmisión, algo que provoca que ante un leve contacto con alguien mínimamente contagiado puedas contraer la enfermedad.
Se trata de un virus, palabra con la que siempre hemos estado familiarizados aunque en los últimos años con mucho más énfasis y cotidianidad. Pese a que muchas veces solemos denominar como "gripe" a cualquier infección viral (estomacal o resfriado), la realidad es que la gripe se caracteriza por presentar unas causas y unos síntomas muy concretos.
¿Cómo se causa la gripe?
La gripe estacional o gripe común, suele estar provocada por los virus de la gripe A y B, de los que cada año surgen nuevas cepas,. Es similar a lo que ocurrió y ocurre con el Covid-19 y sus variantes, con la diferencia de que ahora es mucho más fácil controlar estas variaciones de un año a otro.
¿Cómo diferenciarla de otras enfermedades?
Entre las diferencias más palpables con respecto a un resfriado o cualquier otra enfermedad parecida, destacan la fiebre intensa y persistente —pudiendo alcanzar los 41ºC en los primeros días—, acompañado de tos seca y dolor pronunciado de garganta.
En segundo lugar se encontrarían todos los dolores derivados de la propia fiebre: dolor de cabeza, musculares, al mover los ojos, fatiga o pérdida de apetito. Con respecto a los dolores, los más intensos suelen darse en los primeros tres o cuatro días, aunque el proceso de recuperación puede alcanzar la semana y media o dos semanas.
Otro efecto que podría hacer descartar que sea gripe es la aparición de dolores estomacales, vómitos o diarreas. Estos síntomas son consecuencia de un proceso vírico, pero no de la gripe.
¿Cómo se manifiesta?
La gripe suele manifestarse en el organismo entre uno y cuatro días después del contacto con la persona portadora del virus, aunque en ocasiones puede tratarse de una persona asintomática, por lo que no exterioriza los síntomas y es mucho más complicado detectar el contagio.
¿Cómo tratarla?
En circunstancias normales, la mayoría de las personas suelen recupararse sin excesivos problemas, aunque en determinados casos puede provocar una infección bacteriana (de oído o bronquitis), pudiendo llegar a neumonía, que requeriría ingreso hospitalario.
Si la gripe se complica, lo más correcto es acudir al hospital y recibir tratamiento médico, aunque en líneas generales y si no hay agravantes (embarazadas, bebés, personas de edad avanzada o enfermos crónicos) reposar en casa para minimizar el riesgo y el contacto con otras personas, debería ser suficiente.
¿Se puede prevenir la gripe?
La opción más extendida a la hora de intentar evitar el contagio de la gripe es mediante la vacunación. Según Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, todas las personas mayores de seis meses deberían vacunarse contra la gripe.
Además, en el caso de que una persona esté vacunada y contraiga la gripe, los síntomas serán mucho más débiles que si no se hubiese vacunado, por lo que es la opción a la que más gente recurre.