Esta la única verdura del mundo que jamás debes ni congelar ni enlatar
El motivo se encuentra en su composición.
A veces ocurre, a la hora de preparar cualquier receta, que las medidas que en un primer momento habíamos calculado de patatas son demasiadas. Por tanto, si ya las tenemos peladas, las podemos guardar en el congelador, a la espera de usarlas en otro momento. Lo mismo ocurre con infinidad de verduras más, como la zanahoria. Pero no con la lechuga.
No es común congelar la lechuga. Al igual que tampoco lo es encontrarla en este estado en los supermercados, ni tampoco enlatada, como sí se hace con infinidad de vegetales. El motivo por el que esto ocurre lo ha difundido el portal especializado en recetas y comida Chowhound.
Este radica en qué pasa al descongelar una lechuga. A diferencia de lo que les pasa a otros productos, que una vez salen del congelador vuelven a cobrar un aspecto similar al que tenían antes de atravesar todo el proceso de congelación, las lechugas no vuelven a ese mismo estado.
Según el portal web, las hojas de este vegetal podrían oxidarse, dado que estarían expuestas a un nivel muy alto de humedad. En caso de que eso ocurra, es probable que terminen adquiriendo un color más hacia el marrón.
La razón por la que esto ocurre es que el agua, según Chowhound, se encuentra en la composición de la lechuga, que puede llegar a ser en más del 95% de agua. Y el líquido, cuando se congela, tiende a expandirse, por lo que todo el que se encuentra en el interior de la lechuga podría terminar por romper la integridad de la verdura.
Si la lechuga se va a emplear para un fin diferente a preparar una ensalada, no ocurre nada si se congela. Así lo refleja la ya citada web, en la que instan a, antes de meterla en el congelador, elaborar un puré con la misma.