El error nocivo que cometemos con el cepillo de dientes: crea un caldo de cultivo de bacteria
Y se puede solucionar con un gesto muy simple.
Aunque se trate de uno de los espacios que se limpian con mayor ahínco y frecuencia en cada hogar, el cuarto de baño entraña algunos riesgos de higiene incluso para los más pulcros. Todo se debe a un elemento muy concreto de este espacio. Efectivamente, el inodoro.
La cuestión no tiene que ver con la limpieza que se aplica al váter -que también incide- sino en el peligro con otro útil que suele encontrarse en cualquier estante o al lado del gripo en el cuarto de baño. En un vaso o recipiente similar, se trata de los cepillos de dientes.
Según recoge en un blog la firma Life Dental Group, la problemática está en cómo y dónde guardas este utensilio que se utiliza tres veces al día. En la misma habitación a la que se acude a otros menesteres.
¿Por qué hay que tener muy en cuenta dónde pones el cepillo de dientes en el cuarto de baño?
Asimismo, en la información se asegura que las cerdas de un cepillo de dientes pueden llegar a contener 10 millones de bacterias de diversas cepas. Desde sangre y sudor a partículas fecales. Y estas últimas suponen una clave de por qué hay tener muy en cuenta dónde colocas esta útil en el baño.
En este sentido, cada vez que se tira de la cisterna y la tapa está levantada se pueden esparcir dichas partículas como si se tratase de un aerosol, a una distancia de unos seis pies (1,8 metros).
El consejo es claro. Es necesario guardar el cepillo de dientes en otra habitación. ¿Y un estuche o algo que lo proteja? También es clave evitar tapar los cepillos, puesto que estos deben estar en vertical y sin estar cubiertos para evitar que la humedad acabe generando un cultivo de bacterias.