El caso de Suecia: cómo está a punto de convertirse en el primer país sin humo
Un documental muestra cómo la introducción de productos alternativos a los cigarrillos les ha llevado a ser la nación con la tasa media de tabaquismo y tasa de enfermedades y muertes relacionadas con el tabaco más bajas de la Unión Europea.
Suecia está a punto de convertirse en el primer país europeo sin humo. Tanto la Red Europea de Prevención del Tabaquismo (ENSP) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que una nación está oficialmente libre de humo cuando menos del 5% de la población adulta son fumadores, y el país escandinavo se encuentra en torno al 5,6%. Aunque hay un dato más que resaltar: los suecos consumen aproximadamente la misma cantidad de tabaco que el resto de la media de la Unión Europea, pero lo hacen sin fumar.
La tasa media de tabaquismo en la Unión Europea se sitúa en el 23%, así que el gran hito de Suecia es haberla disminuido del 15% al 5% entre 2008 y 2023. De hecho, en el rango de edad de entre 16 y 29 años, se reduce hasta el 3%. Pero incluso entre los suecos que fuman, el número de cigarrillos es mucho menor que la media europea: el consumo diario en Suecia es de 9,1 de media frente a los 14,2 del resto de países de la UE.
Y la principal consecuencia de esta llamativa reducción del número de fumadores es que la incidencia del cáncer en Suecia es un 41% inferior al resto de países europeos, lo que supone un 38% menos de muertes a causa de esta enfermedad. De hecho, la OMS confirmó ya en 2020 que la tasa de mortalidad de los suecos en todos los tipos de cáncer era de 96 por cada 100.000 habitantes, la más baja de la Unión Europea.
Van a conseguir este logro 16 años antes de 2040, la fecha límite que marcó la Unión Europea para poder definirse como "libre de humo". ¿El secreto de su éxito? Las estrategias de reducción de daños. Y esto se materializa en las estrictas medidas hacia los cigarrillos de toda la vida y el favorecimiento de las nuevas alternativas como el snus, los cigarrillos electrónicos, las bolsitas de nicotina y el tabaco calentado.
Cómo el snus, entre otras alternativas, redujo el número de fumadores suecos
Las bolsitas de snus son un producto de tabaco sin humo en formato húmedo y pasteurizado que se consume por vía oral: se coloca debajo del labio y administra nicotina a través de las encías. Se empezaron a comercializar en Suecia en 1973 y, según las pruebas epidemiológicas a largo plazo, su consumo se asocia a un riesgo significativamente bajo de desarrollar enfermedades en comparación con los cigarrillos.
Desde entonces, los hombres las han consumido en cantidades mucho mayores que las mujeres. Por este motivo, la tasa de tabaquismo entre hombres -los principales consumidores de cigarrillos en el país- ha disminuido de forma considerable. Actualmente, aproximadamente un 20% de la población consume a diario este tipo de alternativa al cigarrillo.
Pero el snus no es la única alternativa que ha ayudado a acelerar la reducción de la tasa de tabaquismo en Suecia: el cigarrillo electrónico o vapeador llegó al país en 2015, las bolsas de nicotina empezaron a comercializarse en 2018 y los dispositivos de tabaco calentado en 2021. Desde que estos tres productos se lanzaron al mercado, cada vez menos suecos eligen los cigarrillos. Y esto se debe también a una estrategia tributaria del país, puesto que las alternativas sin humo son más asequibles que los cigarrillos.
Un hito que llegará próximamente a las pantallas
El documental 'Cómo Suecia dejó de fumar', creado por el think tank Somos Innovación, cuenta la transición del país escandinavo hacia el final del humo. "Se grabó en 2023 porque todo indicaba que iba a alcanzar el estatus de libre de humo y queríamos que fueran los propios suecos quienes contasen su historia al resto del mundo", explica Federico Fernández, productor ejecutivo del documental y director ejecutivo de Somos Innovación.
"Encontramos en Suecia la pieza que faltaba para completar el rompecabezas de la lucha contra el cigarrillo", asevera. Y añade que el país "ha adoptado de una manera muy consciente las medidas de la OMS y las iniciativas antitabaquismo de la UE, pero lo que más atractivo hace al ejemplo sueco es el rol que juega la innovación" porque "Suecia no ha abandonado la nicotina, sino el tabaco de combustión".
En ese sentido, los productos alternativos de nicotina "han hecho posible que la población pueda seguir consumiendo esta sustancia sin los efectos de la combustión" porque "el problema del tabaquismo es que la gente fuma por la nicotina pero se muere por el alquitrán". Fernández confiesa que "es indudable que la nicotina genera adicción" pero, para él, es mucho más parecido a la cafeína o a la teína que a una droga.
"Pensar en una sociedad sin nicotina podría ser un objetivo loable, pero probablemente no es un objetivo necesario", comenta. Pone de ejemplo una sociedad sin cafeína, algo que "nadie se plantea, aunque hay quien lo consume de forma dependiente también". Para Fernández, hay "otros problemas más serios y hay que tener cuidado de no caer en cruzadas animadas por el puritanismo".
Según su modo de ver, el motivo de que "prácticamente nadie en Suecia siga fumando hoy en día" es la "combinación clave de los cuatro productos de nicotina sin combustión que se comercializan", que resultan "entre un 95% y un 98% menos dañinos que un cigarrillo" y que "han venido a solucionar el problema de consumir nicotina sin destruir los pulmones y el corazón". Por eso afirma que "nos llena de optimismo que la humanidad haya encontrado la manera de consumir nicotina sin todos los problemas que conllevaba el cigarrillo".
"Gracias a los productos alternativos, la sociedad sueca es más sana que cuando la gente fumaba y ahí esta la clave", aunque indica que "lo ideal sería dejar el tabaco y la nicotina para siempre", pero quien no puede o no quiere "tiene la posibilidad de cambiarse a algo menos nocivo".