Un test podría detectar el Alzheimer hasta tres años y medio antes del diagnóstico
El estudio científico se base en el planteamiento de que los componentes de la sangre humana pueden afectar a la generación de nuevas células cerebrales.
Si algo ha quedado claro en décadas de estudios, es que la detección de la enfermedades neurodegenerativas . Esta es la clave de una investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres (EE.UU.), donde se ha elaborado un sistema de análisis de sangre que puede ser usado para predecir el riesgo de padecer dicha enfermedad hasta tres años y medio antes de obtener un diagnóstico clínico.
Este trabajo, publicado en la revista científica 'Brain', se basa en el planteamiento científico de que los componentes de la sangre humana pueden modular la generación de nuevas células cerebrales, lo que se denomina neurogénesis. ¿Qué es este proceso? Tiene lugar en el hipocampo, es decir, la parte del cerebro que afecta directamente al aprendizaje y memoria.
Aunque esta enfermedad neurodegenerativa incide en la creación de células cerebrales en el hipocampo durante el primer estadio del Alzheimer, los trabajos realizados anteriormente se centraban en analizar la neurogénesis pero ya en momento más tardíos, requiriendo de autopsias.
La clave del estudio, comprender cambios tempranos
Sin lugar a duda, la clave de este estudio científico radica en el objetivo de logar una mayor compresión de los denominados cambios tempranos. En este sentido, los científicos procedieron a una recogida de muestras sanguíneas que abarcó años y seleccionó a 56 pacientes diagnosticados de deterioro cognitivo leve (DCL). Se trata del trastorno por el que los individuos comienzan a percibir una degeneración de su memoria y la correspondiente pérdida de capacidad cognitiva.
Sin embargo, es necesario destacar que no todos aquellos que cuentan con este síndrome del DCL necesariamente acaban teniendo Alzheimer, pero sí una parte importante si se compara con la población general. De ese más de medio centenar de pacientes que integraron el estudio, 36 acabaron siendo diagnosticados de dicha enfermedad.
Durante el trabajo científico, los investigadores trataron las células cerebrales con sangre extraída de personas con DCL, con la finalidad de comprobar cómo modulaban su respuesta sanguínea, mientras se desarrolla el mal de Alzheimer.
Fue entonces cuando se realizaron los hallazgos clave. De todas las muestras de sangre de los participantes que finalmente sí se deterioraron, acabaron incidiendo en un menor crecimiento y del proceso conocido como división celular -que genera más células-. A ello se sumó un incremento de lo denominado como muerte celular apoptótica (la muerte natural de las células, es decir, por 'tiempo de vida').