"Coger frío provoca resfriados y gripes" y otros mitos y creencias que hay que empezar a desterrar
Frente a la falsa creencia popular de que las bajas temperaturas producen los resfriados, la evidencia científica señala que reduce la inmunidad y aumenta el riesgo de contagio.
Una de las creencias populares más extendidas en relación con la gripe y el resfriado es que son patologías que provoca el frío, de ahí que sea en invierno cuando se acumulen los casos. Lo cierto es que el frío no es el culpable de estas enfermedades, aunque tampoco puede afirmarse que sea completamente 'inocente', ya que su presencia tiene un cierto impacto que hay que tener en cuenta.
¿Es gripe o resfriado común?
- El resfriado empieza de forma paulatina, mientras que la gripe aparece súbitamente.
- El virus de la gripe es específico cada año y el del resfriado se manifiesta en tres picos anuales; a principios de otoño, mitad de invierno y primavera.
- La aparición de un estado febril es muy poco común en los episodios de resfriado, pero es un síntoma habitual de la gripe.
- Los efectos de la congestión, estornudos o dolor de garganta. son comunes en los casos de resfriado, aunque no siempre aparecen en los de gripe.
- El virus de la gripe acostumbra a durar entre 3 y 7 días, mientras que el del resfriado se puede alargar entre 8 y 10.
- La cefalea. Se manifiesta de forma aguda e intensa en los episodios de gripe, pero es muy poco común en los de resfriado.
Ni se coge por el frío ni se cura con vitamina C: los diferentes mitos
Se dice que cuando te resfrías hay que beber mucho líquido, tomar vitamina C, antigripales, miel ... Pero ¿qué hay de cierto en todo eso?
El frío, el origen de los resfriados: A pesar de la creencia popular de que nos resfriamos al exponernos a bajas temperaturas, esto no es así. Andar descalzo o dormir con el pelo mojado no provocan un resfriado: el origen está en los virus. Los causantes son los rinovirus, el respiratorio sincitial, el de la parainfluenza o el metaneumovirus, tal y como indican desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Tomar vitamina C ayuda a prevenir: La creencia de que la vitamina C cure el resfriado viene desde tiempos muy antiguos, sin embargo, no hay evidencia científica de que esto sea cierto. Lo que nadie pone en duda es que tener una buena alimentación cargada de vitaminas y minerales, entre otros, hace que tu organismo esté más preparado para afrontar cualquier problema de salud.
La miel es buena para la garganta y la tos: Es un clásico, aunque no está demostrado que realmente alivie el dolor. Mezclado con leche o con limón produce un alivio subjetivo. Lo que sí puede ayudarte es el própolis que es otro producto de las abejas, combate bacterias, virus y hongos, además de contar con ciertas propiedades antiinflamatorias.
Es necesario tomar antibióticos: Ni es necesario ni beneficioso. De hecho, los antibióticos funcionan contra las bacterias, pero no contra los virus como los que causan los resfriados y la gripe. Tampoco te curan antes y hay que hacer un uso moderado ya que su uso inadecuado inhabilita los efectos, haciendo que las bacterias creen resistencia a ellos. Esto quiere decir que, si alguna vez los necesitas realmente, no te harán efecto.
Beber líquidos ayuda a mejorar: Aunque es algo que se recomienda con frecuencia, esta afirmación no está avalada científicamente. Además, se debe tener en cuenta que la absorción de líquidos no proviene sólo de las bebidas, sino también del agua que contienen los alimentos.
Consejos para prevenir el resfriado
- Lavarse las manos frecuentemente y evitar el contacto con los ojos, nariz y boca, antes del lavado.
- Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
- Evitar o reducir el contacto con personas afectadas.
- No compartir vasos ni cubiertos.
- No fumar.
- Evitar aglomeraciones en espacios cerrados o sin ventilación.
Tratamientos para sobrellevar el resfriado
- Analgésicos: Se usan para aliviar la fiebre, el dolor de garganta y de cabeza y el malestar general.
- Descongestionantes: Provocan una vasoconstricción en la mucosa nasal que facilita la descongestión.
- Antihistamínicos: Producen una vasodilatación profunda y se acostumbra a recetar en procesos respiratorios con congestión nasal, lagrimeo y estornudos.
- Antitusivos: Su uso se ciñe a los casos en los que una tos improductiva interfiere en el sueño, impidiendo el descanso e irritando las vías respiratorias.
- Mucolíticos: Disminuyen la viscosidad de los mocos bronquiales, facilitando su expulsión.
- Expectorantes: Aumentan el volumen de las secreciones bronquiales, estimulando los mecanismos para su expulsión. Acostumbran a usarse juntamente con los mucolíticos.
Cada caso tiene sus particularidades y debe ser el profesional sanitario quien indique el procedimiento que debe seguir cada paciente.