Los aditivos innecesarios y que debes vigilar en la etiqueta de tu jamón
La importancia de leer.
De un tiempo a esta parte, saber qué es lo que comemos y cómo se elaboran muchos de los productos que nos llevamos a la boca, es una de la mayores preocupaciones de los consumidores que, inquietos por los efectos que puedan tener ciertos ingredientes sobre la salud, utilizan las redes sociales para advertir sobre la composición de algunos alimentos. Como por ejemplo, el jamón ibérico.
Hasta hace poco tiempo, los consumidores de jamón se preocupaban únicamente por la cantidad de sal que contenían. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos aditivos utilizados por algunos productores, como pueden ser conservantes, antioxidantes o correctores de acidez, generan más inquietud que confianza.
La cuenta de TikTok, @alimentostoxicos, que se dedica a leer las etiquetas de muchos de los productos que podemos encontrar en un supermercado, advertía en un vídeo publicado hace unos meses sobre algunos de los aditivos que se añaden a los alimentos para mejorar su sabor, color, textura o durabilidad. A veces son necesarios, pero otras veces no lo son tanto. "Ni lo había pensado de los jamones que se supone que su único proceso es una curación en sal y su posterior secado", apunta en los comentarios una de las personas que ha visto la publicación
En el caso del jamón, el vídeo en cuestión se refiere a cuatro aditivos que debemos vigilar en la etiqueta: el nitrato potásico (E252), el nitrito sódico (E250), el ascorbato sódico (E301) y el citrato trisódico (E311iii). Además del azúcar, un ingrediente que tradicionalmente no contiene en su proceso de elaboración. No obstante, algunos fabricantes pueden agregar pequeñas cantidades para darle sabor al producto final.
Por su parte, el nitrato potásico (E252) se utiliza para evitar que el jamón se oxide y también ayuda a mantener el sabor y el olor. Pero si se consume en grandes cantidades, puede ser perjudicial para la salud: puede producir dolores de cabeza, náuseas o, en el peor de los casos, cáncer. Por eso, los fabricantes tienen que respetar unos límites legales para usarlo.
El nitrito sódico (E250) se utiliza para conservar el color del jamón y también para prevenir el crecimiento de bacterias y hongos. Pero, al igual que el nitrato potásico, puede ser peligroso si se consume en grandes cantidades. En la Unión Europea se establece un límite máximo de 150 partes por millón de nitrito sódico en el jamón ibérico.
El ascorbato sódico (E301) se utiliza como antioxidante y para mantener el aroma. A diferencia de los dos aditivos anteriores, no se considera peligroso para la salud, siempre y cuando se consuma en las cantidades permitidas.
Por último, el citrato trisódico (E311iii) se utiliza como regulador de la acidez del jamón. Esto ayuda a que el jamón tenga un sabor agradable y no sea demasiado ácido. Al igual que el ascorbato sódico, no se considera peligroso en cantidades adecuadas.