El derroche de joyas de la reina Letizia en Dinamarca
Ha lucido la tiara más emblemática del joyero real y un vestido repetido de Felipe Varela.
Se la conoce como 'la buena' y es la tiara más emblemática de la familia real. Hablamos de la tiara de Flor de Lis, que la reina Letizia ha vuelto a utilizar en la cena de gala en el palacio de Christiansborg con motivo de la visita de Estado de los reyes a Dinamarca.
Fabricada por Ansorena para la reina Victoria Eugenia, esta joya forma parte del lote de joyas de pasar que la mujer de Alfonso XIII dejó para las futuras reinas de España. Al ser la tiara más emblemática y valiosa de todas las tiene a su disposición la reina Letizia, es habitual que la elija para cenas de Estado como la de este lunes en Dinamarca.
La tiara no ha sido la única pieza de joyería que ha lucido la consorte, que ha elegido para la ocasión unos espectaculares pendientes de diamantes y zafiros. Se trata de una joya de la reina Sofía, a la que Letizia también tomó prestados los pendientes de rubíes que llevaba puestos a su llegada a Copenhague.
Además, la reina ha lucido una de las pulseras gemelas de brillantes de Cartier, que también forman parte del lote de pasar y que se han convertido en una de las favoritas de Letizia. La reina también ha rescatado el broche de Flor de Lis, símbolo de la dinastía Borbón, que forma parte de la tiara princesa que solo ha lucido en una ocasión, precisamente en Dinamarca en 2015.
Tampoco era nuevo el vestido que la consorte ha elegido para cena de gala ofrecida por la reina Margarita, ya que es un diseño que ha lucido en dos ocasiones anteriormente. Se trata de una prenda azul noche de Felipe Varela con una amplia falda de tul y bordados de hojas en hilo y cristal.
La reina lo estrenó en 2015 durante una recepción de gala con el presidente de Perú en el Palacio Real y lo reutilizó en Japón dos años más tarde. En ambas ocasiones lo había lucido con la tiara floral, una joya que Franco regaló a la reina Sofía por su boda con Juan Carlos I.
Sobre el vestido Letizia llevaba la banda de la Orden del Elefante, que la reina Margarita concedió esta misma mañana a la consorte y a Felipe VI con motivo de la visita de Estado. Una visita que se había aplazado en dos ocasiones, primero por la crisis del coronavirus y después por una intervención quirúrgica de la soberana danesa.