Maite Martín: "Cómo no va a ser el Rayo solidario y humilde si es lo que ha mamado desde que nació"
Entrevista a la periodista de 'Diario AS', que ha publicado '100 historias de un Rayo centenario', coincidiendo con el aniversario del club franjirrojo.
Un 29 de mayo de 1924 el hogar de la familia Huerta acogía el nacimiento de la Sociedad Agrupación Deportiva El Rayo. Ahora, conocido como Rayo Vallecano de Madrid, el conjunto se encuentra celebrando su aniversario más redondo. Y, precisamente coincidiendo con esta fecha tan señalada, la periodista de Diario AS Maite Martín publicaba su primer libro: 100 historias de un Rayo centenario.
Martín lleva siguiendo al conjunto franjirrojo para el ya mencionado diario deportivo desde 2007. Asimismo, ha sido escogida como una de las 100 mujeres más influyentes del deporte español, según el Women's Sports Institute (WSI). Ahora, habla con El HuffPost sobre ello, su obra, la presentación de la misma y cómo ha sido su paso por la Feria del Libro.
¿En qué momento surge la idea de escribir este libro?
Surge mirando temas para hacer un especial para el periódico. Empecé a mirar cosas ya que había hecho y algunas que se podían hacer y me di cuenta que podía ser un libro perfectamente. Entonces, jugando con el 100 del centenario, pues podíamos hacer 100. Aunque son 100 historias concentradas, porque hay muchas más de 100. Cada capítulo son pildoritas con un montón de anécdotas y no solo de ídolos.
Peñalba, Felines, Cota, Isi, Míchel, sí, tienen que estar, y tienen que estar el Matagigantes, el Rayo de la UEFA o el Femenino. Pero es que también tiene que estar la gente, tienen que estar las peñas, tiene que estar todo ese Rayo, que quizá no es tan conocido para el gran público, pero que ha tenido una importancia capital para que el Rayo cumpla 100 años. Pues yo qué sé: uno de los primeros capítulos, por ejemplo, es el de los abonados número uno, que a mí me parece muy especial arrancar con ellos el libro, porque son los mejores embajadores de lo que es el libro y de lo que es el rayismo.
Son 100 historias, pero hay más de 200 testimonios, ¿puede ser?
Sí, como 250, o algo así. Hay muchísima gente involucrada en esto. Por eso me hace mucha gracia que antes del último partido –Rayo Vallecano - Athletic Club–, me encontré en en las Jornadas del Rayismo con Juan Jiménez Mancha, el historiador, y Antonio Mora, que es el presidente de la Federación de Peñas. Empezaron a hacer la broma de, 'yo salgo en el libro', 'anda, pues yo también'. Y Juan Mancha me dijo: 'Jo, es que esto parece La Colmena, pero adaptado a Vallecas'. Y me hizo ilusión, me pareció una comparación muy chula. Porque sí, es que la mayoría de la gente que está en el día a día, está también en el libro. Yo no entendería un libro sin toda esa gente, sin las peñas, sin Lola, sin hablar de la Carrera del Rayismo. No entendería el Rayo sin toda la parte social, que es la que le da mucho valor a lo que es el Rayo.
Tú misma has dicho que quieres que la gente que lea el libro sienta que es suyo y no de Maite Martín. ¿Por qué?
Porque Maite Martín lo único que hace es escribirlo, pero esos relatos son los de toda esa gente. Y eso me parece una de las cosas más bonitas de este libro: cómo me han ido regalando parte de su vida tanto personas que conozco como las que no. Raúl López, por ejemplo, él es descendiente de los Huerta –en cuyo hogar nació la Sociedad Agrupación Deportiva El Rayo–, y sin prácticamente conocerme de nada me mandó un vídeo, que lo tengo todavía guardado como en un paño, que es de su abuelo, que él falleció ya, contando anécdotas del Rayo, de la Guerra Civil… Y me emocioné, porque me pareció un regalo muy bonito de alguien que apenas conocía.
O la historia de Leva –un aficionado–, que me contó que en un desplazamiento del Rayo iba a ser papá. Entonces, me parece tan bonito que lo compartan conmigo. Este libro, al final, no deja de ser un reflejo de un montón de relatos, de un montón de gente que hace el Rayo, pero no es de Maite Martín. Maite Martín sólo lo escribe, ni más ni menos.
Hay muchas anécdotas, pero hay también muchos capítulos que no están estrictamente relacionados con el Rayo. Hay uno, por ejemplo, que es la anexión de Vallecas a Madrid.
Sí.
¿Por qué tomas esta decisión?
Porque el Rayo está muy ligado a lo que es Vallecas. Vallecas tenía que aparecer de alguna manera: una es lo que dices tú de la anexión, otro capítulo habla un poco de cómo el Rayo es el motor de lo que es el distrito, tanto económico como social, como histórico… Al final, una cosa no se entendería sin la otra.
El Rayo es un club humilde, pero ¿por qué? Pues porque nace en un barrio humilde, en la calle del Carmen, de la mano de un grupo de chavales. Y le piden a doña Prudencia que remiende las camisetas y ella, además, las lava y les da el espacio para guardar lo que sea. Al final, nace de una comunión, de una humildad. Entonces, cómo no va a ser el Rayo solidario o cómo no va a ser humilde o trabajador si es que eso lo ha mamado desde que nació. Así que tenía que ir Vallecas en alguna parte.
Y luego es que además el Rayo tiene muchas aristas, es un club que ha vivido muchas cosas. Los conciertos en el estadio –grupos como Queen (1986) o Metallica (1993) tocaron en el templo franjirrojo–, pues tienen que salir. O lo de los Testigos de Jehová –el mismo recinto acogió multitudinarios bautizos por inmersión– , en un estadio que también fue campo de concentración.
Es que claro, se tocan tantos palos y hay tantos temas que se van cruzando que, al final, te sale un libro que yo creo que es para la gente que es del Rayo, pero incluso la gente que no sea del Rayo puede descubrir un club diferente a través de estas historias.
Aparecen desde Jenni Hermoso a Metallica, pasando por los Testigos de Jehová.
Totalmente. O incluso las pelis que se han rodado en Vallecas… Yo qué sé, mira la historia que cuenta el abonado número uno, Rafa, es muy graciosa. A él, del museo que tiene, le piden cosas, el hombre las presta y hubo una vez que no supo muy bien a quién se la prestaba. Hasta que no hizo la declaración de la renta, no llegó a saber que se la había prestado a la productora de Almodóvar para la grabación de Volver. Al final es que todo es muy original, muy diferente.
Y en Vallecas se han rodado un montón de películas, el Rayo también sale en un montón de pelis e, incluso, actores de fama internacional han jugado en el club. Como Pep Munné o Aldo Sambrell, que era el malo malísimo de los western de los 60 y de los 70, como El bueno, el feo y el malo. O sea que es que en el Rayo hemos tenido pues de todo, también las categorías inferiores jugó Juan Barranco, que fue alcalde de Madrid… Al final, ha pasado mucha gente por el Rayo y por el barrio.
Y todos los títulos se han escrito en femenino.
Hombre, claro. Es que en muchas presentaciones o actos dicen que 'el Rayo, como no ha ganado nada, pone el foco en otras cosas'. Bueno, el Rayo pone el foco en otras cosas porque es un poco también su razón de ser. Yo creo que se priorizan los valores a los éxitos deportivos, pero claro que ha habido éxitos deportivos. Y, casualidades de la vida, siempre los han protagonizado ellas.
Entonces, ellas tenían que estar en este libro. Porque no es que hayan ganado un título, es que ganaron una Copa de la Reina, tres Superligas consecutivas, jugaron la Champions, que, fíjate, en el masculino todavía vivimos de aquella UEFA por fair play, que bueno, yo fui una loca, hasta que no me compré la camiseta no paré. Pero todavía romantizamos mucho aquella UEFA y mira el Femenino lo que consiguió. Y a las chicas, quizá, no les hemos dado todo el valor que les teníamos que dar. Así que yo creo que ahora, en este centenario, viene bien también reivindicar lo que ellas fueron, que desgraciadamente ya no son.
Y volviendo un poco más al libro, empiezas con el origen del club, terminas con algunas acciones solidarias del primer equipo. Me ha llamado mucho la atención el capítulo 12+1, dedicado a Ángel Nieto. ¿El orden es casual?
Hay cierta parte cronológica, pero dentro de eso hay muchos saltos. Por ejemplo, el Kilómetro 0 tenía que ser el origen; el primer capítulo, los abonados número uno; el dos es Cota, el gran capitán, por su dorsal; el ocho es Míchel; el 12+1 tenía que ser Ángel Nieto; el 24, el himno. Por lo que sí, hay algunos que sí que están elegidos. No todo está al azar, dentro de que hay saltos.
Lo bueno que también tiene el libro es que tú puedes abrir por aquí y decir, 'me leo el 50', y lo vas a entender igual si luego lees el 39. De hecho, hay mucha gente que me está diciendo que se lo leen salteando capítulos, otros que se lo leen de atrás hacia adelante. Y, claro, si es que al final no tiene un orden. Si no te lees un capítulo no te vayas a perder algo en el siguiente, son pildoritas. Ha habido algún padre que ha venido a la Feria del Libro comentando que su hijo no lee mucho y yo le decía 'bueno, pues si no lee mucho esto va a ser ligero porque es una página cada historia, malo será que no lea eso'.
¿Cómo ha sido firmar en la Feria del Libro?
Ha sido una pasada, una experiencia increíble. Ha venido mucha gente de Twitter Rayo, por ejemplo, de los que siempre te retuitean o siempre te ponen algo bonito y he desvirtualizado como a 10 personas. Y luego, yo que sé, la gente se acerca y te cuenta sus anécdotas y te das cuenta pues de que no son 100, que son millones. Porque, a poco que estás un rato con ellos y te pones a rascar, te das cuenta de que la gente tiene auténticos historiones, porque han viajado, muchos han pasado esto de padres a hijos o, incluso, a nietos. Bueno, que he encontrado hasta a gente que ha tenido familiares en el campo de concentración. Al final, te paras a hablar con las personas y descubres eso: que el Rayo es algo que nos une y que tiene una riqueza de gente, de historias, que no creo que haya otro club similar, te lo digo de corazón.
Te quiero preguntar también por la presentación del libro. Tanto en el boca a boca como en redes sociales mucha gente está diciendo que ha sido "El acto del centenario". ¿A ti qué te parece, Maite?
Me emociona que piensen eso. Porque lo que recibí fue un regalazo, mucho cariño. Había gente allí que no me hubiera imaginado que iban a venir y vinieron. Hubo gente que igual cambió las vacaciones, o que me dieron una sorpresa, como Marta Perarnau –que vistió la franjirroja hasta 2019–, y fue un regalo. O gente pues muy mayor y que está ya también un poco fuera de lo que es el ecosistema Rayo, como el presidente Encinas, o exgerentes, empleados de ayer, de hoy y para siempre, aficionados, jugadores… Es que éramos eso, toda la familia.
Entonces, ver tantas caras conocidas me emocionaba porque, prácticamente todas salen en el libro y no me han soltado la mano en ninguna parte del proceso. Ni haciéndolo, ni publicándolo, ni presentándolo. Al final, la gente te ayuda, te quiere y te apoya. Y, para mí fue, no sé si será de acto de centenario o no, pero para mí fue uno de los momentos más bonitos de mi vida.
La publicación del libro ha coincidido con que has sido escogida como una de las cien mujeres con más influencia en el deporte español para el Women’s Sports Institute (WSI). ¿Cómo te sientes acerca de esto? ¿Te lo esperabas?
Pues no me lo creo. La verdad es que no me lo creo. Me parece mentira. Yo digo, 'la lista esa la tuvo que hacer una amiga mía o algo porque si no, ¿de qué?'. Pues es lo que te decía antes del cariño: que de repente te das cuenta que, trabajando en silencio, hay gente que se fija en ti. Y es verdad que muchas veces piensas que nadie lo ve y, con el tiempo, descubres que sí. Porque es verdad, la presentación también lo sentí como eso, ¿no? Como que toda la gente que ha entrado en mi vida, sea por el motivo que sea, se ha quedado. Y eso para mí es un regalo.
¿Qué crees que pensaría la Maite que pisó Vallecas, en calidad de periodista, por primera vez en aquel Rayo - Celta B de Segunda B?
¡Qué horror de crónica! Madre mía, cuando la publiqué hace unos días en Twitter me decían que estaban todos mal colocados y, la Virgen Santa, era verdad. Estaban todos los jugadores puestos mal. Ni aposta, ¿eh?
Pues hubiera pensado que la estaba tomando el pelo. Hubiera pensado que era un sueño. Y es que es un sueño hecho realidad. Yo ahora mismo estoy todavía como en una nube, porque no me puedo creer que cosas con las que soñaba de pequeña, como algo que era una utopía, pudiese ser verdad. Y la verdad es que todavía estoy ahí aterrizando me siento superfeliz y superagradecida. Pero vamos, si hablara con esa niña, me diría '¿me estás vacilando?', porque no me lo creo todavía ni yo.