La razón por la que tendrías que quitar los imanes de la nevera
Aunque no en todos los casos hay que hacerlo.
Viajar y traer un imán para la nevera a las personas que apreciamos es de lo más común. Es normal que esos imanes sujeten la lista de la compra, el menú de la semana, fotos de viajes o incluso los dibujos de los más pequeños. Sin embargo, cada cierto tiempo circulan rumores sobre sus riesgos.
Por ejemplo, hay quien dice que estos imanes pueden generar un campo electromagnético y aumentar el gasto del electrodoméstico. Sin embargo, tal y como informan en la web de Endesa, esto no es así. "La realidad es que los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera", indican.
A pesar de esto, sí que hay que tener en cuenta otra serie de factores que pueden afectar al rendimiento. Por ejemplo, si es de última generación y tiene, por ejemplo, una pantalla táctil.
La pequeña energía magnética de estos imanes, aunque es muy débil, podría alterar el sistema que controla el dispositivo. Los materiales que se usan para este tipo de imanes son magnéticos y van desde el acero inoxidable, hierro o aluminio recubierto de un material magnético, aunque también pueden estar hechos de níquel, un material ferromagnético imantable.
Aunque solo podrían suponer un problema en estos frigoríficos de nueva generación, para los que los tengan que retirar, otro uso puede ser utilizarlos en una pizarra magnética, un tablero o pintura especial para colocarlos en la pared.