José Luis Sastre: "Si mi novela lleva a alguien a reflexionar sobre la muerte digna, bienvenido sea"

José Luis Sastre: "Si mi novela lleva a alguien a reflexionar sobre la muerte digna, bienvenido sea"

El periodista de Cadena SER y subdirector de 'Hoy por hoy' habla con 'El HuffPost' tras publicar su primera novela, 'Las frases robadas'.

José Luis Sastre

José Luis Sastre es periodista, subdirector del programa 'Hoy por hoy' de Cadena SER, escribe una columna en El País y presenta junto al humorista Miguel Maldonado el ya reconocido podcast 'Sastre y Maldonado'. Además de todo eso, Sastre, según su pareja profesional, Àngels Barceló, es una persona "muy sensible". Solo mezclando todo ello se podría escribir un libro que reivindicara la alegría de vivir cuando se está al borde de la muerte. Las frases robadas (Plaza & Janés) es la primera novela del comunicador y una oda al "presentismo" más absoluto.

Sastre tiene claro que el tema principal de su libro no es la muerte, sino la vida y, por encima de todo eso, el vínculo que une a un padre y una hija. Lejos de intentar escribir algo dramático, el periodista confiesa que quería un relato "que diera la mayor luz posible" a las pequeñas cosas, al disfrute del ahora. Sin embargo, por el camino se sumaron tantas reflexiones como frases subraya en los libros el protagonista de su historia que, pese a no tener nombre, podría ser cualquiera de nosotros. 

En esta entrevista, El HuffPost ha podido charlar con José Luis Sastre sobre la vida y su final, la nostalgia, los recuerdos y cómo se puede volver a conocer a un padre cuando se le está escapando el tiempo de las manos. 

¿En qué momentos lo has escrito si estás a diario en 'Hoy por Hoy', has renovado temporada de tu podcast, escribes columnas y además eres padre?

Creo que precisamente estar haciendo el Hoy por Hoy me obliga a alargar las horas del día, a estirar el día, es decir, el horario y el trabajo es tan absorbente que al final... O te paras o te pones tú una serie de compromisos, aunque sean contigo mismo, o acabas al final cediendo los días en su 100% a lo que es puramente trabajo. Entonces por eso intenté buscarle tiempo.

La disciplina también te la da en gran medida el madrugar tanto. Exige ser muy disciplinado en los horarios. En este sentido, en cuanto decidí que iba a intentar escribir la novela, vi claro que tenía que ponerme una tarde y otra tarde y otra tarde con ello. En un par de meses o tres escribí lo que es el cuerpo fundamental de la novela y a partir de ahí, mi manera de escribir se basó en imprimir aquello que tenía escrito y corregir por encima. Me han ayudado mucho los viajes en tren o los ratos muertos para ir reescribiendo o corrigiendo. Le introducía los cambios a mano, lo volvía a imprimir, lo volvía a corregir y así en repetidas ocasiones.

La muerte, la ilusión por la vida, el vínculo padre e hija... ¿Cómo se te ocurrió abordar temas tan complicados en tu primera novela?

Yo quería escribir un libro que diera la mayor luz posible. Un libro que hablara de las pequeñas cosas como la alegría de vivir. Me puse el reto de intentar hacerlo a partir de un momento no dramático, pero sí duro. La despedida, la muerte de un ser querido, en este caso de un de un padre... Ese era mi propósito, intentar escribir un libro feliz o sobre los momentos bonitos a partir de dos personajes que se encuentran en un momento de despedida.

"Ponerlo por escrito sí que me hace estar un poco más contra eso de evocar recuerdos desde la nostalgia"
José Luis Sastre

El libro es una oda al presentismo y eso mismo es lo que lleva en determinado momento a uno de los protagonistas a pedir que su vida se acabe ya, que no quiere prolongarla más. ¿Pensaste más en que el personaje había dejado de disfrutar sus días o en que iba a suponer una carga para su propia hija?

Yo creo que fue precisamente por su manera de entender la vida. Por eso me interesaba tanto situarlo al borde de la muerte, porque creo que es un momento en el que de verdad tienes que definir cuál es tu idea de la vida. Él quiere tanto, celebra tanto esos momentos buenos de la vida que considera que cuando pierda la lucidez, eso ya no va a ser vida. Va a ser, aunque esté con vida, otra cosa.

Lo que me interesaba mucho era construir un personaje al que le quedaran pocos días o pocas horas de vida. ¿Qué decisión tomaría? ¿La de envolverse en los recuerdos y dejarse llevar por bueno y ver qué vida he tenido? ¿O la de, puesto en ese brete, intentar hacer un último sprint, vivir sensaciones nuevas y reivindicar ese presentismo? El personaje opta por lo segundo e incluso por trasladarle a la hija que se oponga a esta idea de que el tiempo pone las cosas en su sitio, a cada uno en su lugar o que todo pasa y nada importa. El protagonista reivindica el tiempo, aunque le quede poco de él.

No vamos a hacer spoiler, pero a la hija se le plantea un gran dilema moral que gira en torno a la muerte digna, la culpa e incluso a esa obsesión que tenemos las personas de alargar la vida de nuestros seres queridos lo máximo posible, casi a cualquier precio, ¿no?

Sí, ella tiene ese debate interno y se pregunta incluso quién soy yo, aunque sea su hija, aunque me lo esté pidiendo para decidir o precipitar la muerte de alguien. Es un dilema que la acompaña. Pero fíjate que el padre no pide tanto que la ayude, el padre lo que necesita es que su hija le entienda. Que no es que él quiera morirse, es que él solo entiende la vida de una manera que es incompatible con cómo va a ser su vida a partir de que la enfermedad vaya más.

Mientras lo escribías, ¿tuviste también un debate interno o tenías muy claro qué harías tú o qué harían los personajes desde el principio?

¿Sabes qué pasa? Que yo creo que tendría muy claro que hacer puesto en la tesitura del padre y de la hija. Sin embargo, no sé lo que haría en si me pasa eso en la vida real. Yo creo que nos pasa un poco a todos, que tenemos muy claro muchas veces lo que haríamos en x o en y situación, pero hay que verse.

Entonces este libro también propone el ejercicio de... No sé si llamarlo empatía, pero sí de acercarse a una situación en que, aunque nos queramos acercar desprovistos de todos los prejuicios, hasta que no estuviésemos ahí yo creo que no seríamos conscientes o no sabríamos cómo reaccionar.

Bueno, además, creo que según está escrito y según son ellos al lector se le acerca a la realidad de casi cualquier persona que pueda conocer. No tienen vidas idílicas ni una relación especialmente diferente a la de cualquier padre y cualquier hija...

No, casi al revés... Ella misma cuenta que hay un momento en que se calla un momento de dificultad emocional, de salud mental. El libro también habla mucho de aquellas cosas que no se cuentan, que son padre e hija y se quieren mucho, pero que, sin embargo, se guardan cosas cada uno para dentro de sí... Si te fijas, tanto el padre como la hija no tienen nombre, que es una cosa que me salió así.

¿Por qué los protagonistas no tienen nombres, pero los personajes secundarios sí?

Pues mira, cuando di los primeros manuscritos a la editorial, me dijeron, ¿eres consciente de que los personajes principales no tienen nombre? Y les dije que sí, no me había salido, así como con los demás personajes sí.

Entonces en la editorial se me propuso, como teoría, que quizá había querido que fuera una historia universal y por eso no hace falta ponerles un nombre. Y dije, ah, bueno, pues si es eso, está bien visto. Desde luego no lo he hecho porque no me salía. Inconscientemente entendí que no podían tener nombres porque son un padre y una hija, es decir, eso es lo que me interesa. Yo no es tanto como sean ellos dos en concreto, sino que me interesa especialmente su rol y más que su rol, su relación. Yo siempre digo que este libro de lo que va es del vínculo entre un padre y una hija, más que de la defensa de una vida buena, de la muerte digna o de cómo pasa el tiempo. Para mí, ese es el tema del libro.

Me sorprendió que la narradora fuera la hija, una mujer, pudiendo contar el mismo vínculo, pero de un padre y un hijo.

Esto es algo que también tengo decidido de antemano y que tampoco podría contarte deliberadamente. Fueron impulsos. Me salió así. Ahora que me empiezan a preguntar también por eso y que lo tengo más reflexionado, creo que, sin que esta sea ni en absoluto lo es una novela autobiográfica, tiene mucho que ver con que mi hija mayor sea chica.

Ahora creo que tiene todo que ver, pero es una cosa de la que no fui consciente en ese momento. Es decir, yo sabía que quería que lo explicara la hija porque desde ese punto de vista literariamente me daba más. Luego también en el sentido de es ella quien tiene el dilema. Él lo tiene claro, pero es ella quien va a tener el dilema y ella quien nos va a tener que contar al final de la novela.

¿Te ha marcado tu propio libro de alguna manera en especial?

Bueno, me marca primero en el sentido en que he sido capaz de escribir una novela. Ese es el primer hito. Pero en el caso concreto de esta, más que marcarme, porque yo esta muchas de las reflexiones que hago en la en la novela son reflexiones que hago a lo largo de mi vida cotidiana...Me ha ayudado a imponer por escrito algunas de las cosas que sí me gustaría reivindicar para mí. Por ejemplo, el presentismo.

Esta idea tantas veces citada de ‘tienes que aprovechar el tiempo y demás’. Bueno, ponerlo por escrito, quizás llevarla a un peldaño más. Otra también que me acompaña mucho y contra la que me quiero revelar es esa idea de cuidado con la nostalgia y cuidado con los recuerdos. Esta idea es por la que el padre le recuerda a la hija, tú te recuerdas muy feliz en la Universidad y entonces sufrías por los exámenes. Te recuerdas feliz en el primer trabajo, pero tú no te acuerdas ya de lo infeliz que eras precisamente en ese trabajo no. Es una trampa. Ponerlo por escrito sí que me hace estar un poco más contra eso de evocar recuerdos desde la nostalgia.

El protagonista de la novela teme mucho que la nostalgia edulcore su pasado y le haga vivir recuerdos inventados. ¿Estamos condenados los seres humanos a pensar siempre que cualquier tiempo pasado fue mejor?

Yo creo que es una cosa hasta biológica. ¿No crees que necesitamos tener la sensación de que esta vida es buena o que esta vida merece la pena ser vivida? Nos pasa mucho con la con la niñez. La mayoría todos los recuerdos que tenemos de cuando éramos niños, o son felices o los evocamos desde el punto de vista de la felicidad. Porque insisto, creo que es algo biológico, por supervivencia. Por eso el padre, el protagonista de la novela, se revela contra eso. Tiene pánico a acabar sus días evocando recuerdos que no solo son cosas ya pasadas, sino que en muchos casos pueden ser hasta mentira, ficciones.

"Tengo localizadas en la vida cuáles son aquellas cosas que creo que me merecen la pena y tener eso ya es tener mucho"
José Luis Sastre

¿Crees que una historia como la de tu libro puede cambiar la opinión de algunas personas acerca de, por ejemplo, la eutanasia?

No lo sé. Yo creo que muchas veces esas opiniones están más basadas en creencias que en otra cosa y eso es muy difícil cambiarlo a partir de una novela. No lo sé. Si esto lleva a quien sea a reflexionar sobre el derecho a la muerte digna, pues bienvenido sea, pero no sé de verdad si una novela o el relato de un caso y de lo que les pasa en la cabeza a sus protagonistas podría cambiar esas opiniones construidas en base a creencias o a juicios morales construidos durante mucho tiempo. No lo sé.

Àngels ha contado que había percibido en el libro muchas de tus neuras y rarezas... ¿Cuál de los protagonistas tiene más de ti?

Hombre, el padre tiene muchas de mí, sí. Pero eso es algo de lo que me he dado cuenta, sobre todo, una vez ya no solo entregada la novela y publicada, sino según me van diciendo las personas que mejor me conocen. Hay mucho de mí, empezando porque yo subrayo cada libro, cada folleto que leo, y terminando porque los autores que le gustan al padre son autores que me han marcado a mí. Si hay un personaje que sea yo es el padre. Pero con un poco más de vida, espero.

¿Qué feedback te han dado de la novela tus dos parejas profesionales, tanto Barceló como Maldonado?

En eso somos los tres transparentes. Àngels es verdad que no me dijo nada hasta la presentación. Allí dijo que era muy yo el libro porque efectivamente dicen que en una primera novela hay mucho del autor. Miguel no se lo había terminado aún ese día, pero repitió mucho lo de ¿y por qué sobre la muerte? Y bueno, pues porque para mí la muerte es una manera de contar la vida y su importancia.

¿Has pensado alguna vez cómo te gustaría morir?

Uff, no. Es un poco raro y un poco injusto porque he hecho una sección este verano que eran necrológicas en vida. Decía, vamos a hacer juntos tu obituario para ver qué suena en la radio el día que mueras... Y una de las preguntas que hacía todo el rato es esa, ¿Cómo te gustaría morir? La he hecho mucho y no tengo respuesta.

¿Y te has planteado si estás viviendo la vida que crees que vale la pena vivir?

No sé si esa pregunta se puede responder plenamente. Lo que sí que tengo claro es que tengo localizadas en la vida cuáles son aquellas cosas que creo que me merecen la pena y tener eso ya es tener mucho.

¿Qué quieres que digan de ti en la radio cuando todo se acabe?

¿Qué quiero que digan? Pues no sé, que se fue un compañero. Que quería mucho a la radio, eso sí.