Jenni Hermoso, la delantera de Carabanchel que lleva a su familia en el corazón... y en la piel
La histórica de la Selección, de 33 años, ha seguido la estela de su abuelo y, por él, se dedica al fútbol.
Noventa minutos. Es lo que separa a la selección española de fútbol femenino de proclamarse campeona de la Copa Mundial Femenina. De los tres mundiales que han disputado las féminas, La Roja nunca había llegado tan lejos. La mejor posición que habían alcanzado hasta ahora era pasar de la fase de grupos y llegar hasta octavos. Pero este domingo, si se imponen a Inglaterra, ostentarán el título de campeonas del mundo hasta la próxima edición. En momentos como este, las históricas del combinado no pueden evitar echar la vista atrás.
Es el caso de Alexia Putellas o Jenni Hermoso, a las que une una gran amistad desde hace ya varios años. La imagen de ambas abrazadas y llorando, después de lograr el pase a semifinales, conmovió a los seguidores. "No puedo parar de llorar", reconocía la delantera madrileña. "Son muchos años, todo lo que hemos pasado. Nos ha costado mucho llegar aquí", expresó. Y es que tanto las dos protagonistas de la foto, como Irene Paredes e Ivana Andrés, han formado parte de la Selección desde el principio.
Desde el primer campeonato mundial en Canadá (2015) hasta llegar a Sídney, Hermoso ha sido una de esas jugadoras que ha peleado por abrir las puertas a las generaciones más jóvenes de féminas en el mundo del fútbol. Y, aunque no fue una de "las 15", sí que mostró su apoyo cuando estas jugadoras protestaron por la falta de trato profesional al conjunto, así como de un cuerpo logístico y técnico a la altura del equipo. De hecho, fue ausencia en más de una convocatoria. Pero Jorge Vilda la recuperó para la Copa de Naciones, en febrero de este año. Ahora, la delantera –junto al resto de sus compañeras– buscará volver a España con el título de campeona del mundo.
En el fútbol, por su abuelo
Tras pasar a semifinales, la delantera del equipo mexicano Pachuca, del que forma parte desde 2022, no pudo evitar acordarse de "cuando jugaba en la calle dando patadas en mi barrio". Ni de su abuelo, Antonio Hernández, "que me llevaba al parque", expresaba. Y es que este hombre ha sido una de las figuras clave en la carrera de Jenni. "Fue un poco el que me metió en esto", reconocía hace años la futbolista en una entrevista con El Mundo. De hecho, el abuelo de la jugadora fue portero en el Atlético de Madrid "en sus tiempos".
En la familia de los Hermoso, "era el único" que jugaba al fútbol, recordaba la delantera. "Y yo es que, de pequeña, jugando también al fútbol, sólo tengo fotos con él. Ni mis hermanos, porque a mi hermano nunca le ha gustado practicarlo; ni mi padre, que le gusta verlo", añadía.
Pero la relevancia de sus abuelos en la vida de la futbolista va más allá. Son los tatuajes que luce en sus brazos su seña de identidad. Todos los de la extremidad izquierda van dedicados a sus parientes;. de sus abuelos, lleva marcadas sus iniciales, un dibujo de la radio que escuchaba el hombre y un clavel por la mujer. También luce otra de estas flores en honor a su madre y tiene tatuada la mano de su sobrina.
Y esos no son los únicos. En la pierna izquierda ha querido rendir su particular homenaje a su abuela y, desde hace un tiempo, lleva una de las cartas que esta le envió a la delantera. Lo ha hecho, además, respetando tanto la caligrafía como la redacción e, incluso, las faltas de ortografía de la misiva: "Querida nieta Jenni te desocupe que vaya muy bien y no nos olvides yo te voy a echar mucho de menos sobre todo los viernes Nunca te olvidaré ven pronto te quiero mucho".
Mientras que en el brazo derecho lleva otros "más personales": desde una frase de la película Million Dollar Baby, a un flamenco, "que es un poco como yo", bromeaba, entre otros dibujos.
De Carabanchel
La delantera internacional lleva el barrio por bandera. O, mejor dicho, su barrio. La de Carabanchel presume de que "todo" lo que ha aprendido es por haber jugado "en el parque, con mis amigos", reconocía para El Mundo. Y lo mismo ha ocurrido con su técnica. "No ha sido una técnica que he entrenado en algún equipo. Ha sido de jugar mucho en la calle", detalla. Y es que, desde que era bien pequeña, le costaba desprenderse del balón.
Así lo ha explicado su hermano Rafa, que, con motivo del pase de La Roja a la final, ha hablado con Relevo desde Sídney, donde ha viajado para seguir a la Selección. "Iba con el balón a todas partes", ha relatado. De hecho, la futbolista aprendió a andar gracias al balón. "Le daba la seguridad de que, si se caía, rebotaba y no se hacía daño", apunta en la entrevista. Y, además, "aprendió a levantarse con el balón" también.
La DJ del vestuario: Camela, asegurado
En varias ocasiones, Jenni ha asegurado que ella invita a todas sus compañeras a que escogieran la música que suena el vestuario. "Pero cuando me canso de tanto reguetón, ya tiro de flamenco y se acabó la historia", reconoce. Pero no cualquier flamenco. Su hermano ha apuntado que hay un grupo particular que la acompaña desde siempre. Se trata de Camela, que también suena en las celebraciones del equipo.
Es más, en los últimos días, ha sido uno de los vídeos que se ha popularizado de La Roja es en el que aparecen las jugadoras bailando al son de temas como Lágrimas de amor, de Camela, además de canciones de la Oreja de Van Gogh o Shakira con motivo de su pase a finales de este Mundial que ya llega a su fin.