El príncipe Harry cree que la enfermedad de Carlos III puede abrir la puerta a una reconciliación
El duque de Sussex ha atendido a un medio norteamericano desde Canadá.
Durante las últimas semanas el foco en la casa real británica ha estado en el estado de salud de la princesa de Gales, Kate Middleton, y del monarca Carlos III, que anunció hace apenas dos semanas que padece cáncer. Desde entonces, se han esperado con expectación las reacciones del resto de miembros de la familia.
El último en hablar ha sido el príncipe Harry, el pequeño de los dos hijos del rey y que viajó tras conocer el diagnostico de su padre hasta Inglaterra. El royal ha concedido una entrevista al programa Good Morning Show, de la cadena norteamericana ABC, en la que ha contado su experiencia alrededor de estas últimas noticias.
"Amo a mi familia. Estoy agradecido de haberme podido subir a un avión, ir a verlo y pasar tiempo con él", ha respondido el duque de Sussex al presentador del programa, Will Reeve, cuando este le preguntó qué le había supuesto en el plano "emocional" su visita a Inglaterra.
Entonces, Reeve ha hablado desde su experiencia personal. Su padre tuvo un accidente y, desde entonces, sufre de parálisis. "También he descubierto en mi propia vida que una enfermedad en las familias puede tener un efecto reunificador, ¿es posible en este caso?".
El hijo pequeño de Diana de Gales, que vive desde 2020 en Montecito, California, junto a su mujer, Meghan Markle, y sus dos hijos, ha respondido dejando la puerta abierta a una posible reconciliación: "Absolutamente". "Sí, estoy seguro, lo veo en el día a día, en muchas familias, la fuerza de la unidad familiar que se junta", ha proseguido. Y ha concluido: "Creo que cualquier enfermedad, cualquier dolencia, une a las familias".
El duque de Sussex ha respondido así desde Canadá, donde se encuentra junto a Markle para presentar los Juegos Invictus en Whistler y Vancouver. Y lo han hecho tan sólo unos días después de que Harry viajara hasta Inglaterra para hacer una visita en Clarence House, la residencia de los reyes británicos, que duró apenas unos 45 minutos, según el medio local Daily Mail. Un viaje en el que no coincidió con su hermano, el príncipe Guillermo.