Las cuatro zonas del cuerpo que debes vigilar para saber si tu bebé tiene frío
Nada de tocar los pies o las manos.
Una de las dudas más frecuentes de los padres, especialmente los primerizos, cuando llega el invierno es si los bebés están pasando o no frío. Aunque los adultos sientan una temperatura, no deben dejarse guiar por ella, ya que se puede cometer el error de abrigarlos de más para evitar que enfermen, lo que podría provocar el efecto contrario, que se pongan enfermos o cojan fiebre al no tener las glándulas sudoríparas desarrolladas del todo.
Esto se debe a que los bebés recién nacidos no tienen desarrollada la capacidad de termoregulación corporal y su capacidad de producir calor es limitada. Es decir, se enfrían fácilmente y no son capaces de eliminar el exceso de calor cuando la temperatura es más elevada.
Sin embargo, al comprobar la temperatura corporal de los pequeños hay que tener en cuenta dónde hacerlo ya que suelen tener los pies y las manos frías, aunque tengan calor. Esto se debe, tal y como indican en Guía Infantil, a que no tienen el sistema circulatorio del todo desarrollado.
"El corazón es demasiado pequeño y los capilares muy finos, así que la sangre no tiene la suficiente fuerza como para llegar correctamente hasta los sitios más distantes del corazón, es decir: las extremidades", destacan.
Es por esto que se debe tocar el cuello, la nuca, el pecho o la espalda para comprobar la temperatura. Si estas zonas están calientes o sudando es que el pequeño tiene calor y si están frías probablemente es que le falte abrigo.
También se puede tomar como referencia el color de los labios y las mejillas que deben estar sonrosados sin llegar a tener un rojo vivo y no en tonos azulados, que indicarán frío e incluso hipotermia en los casos más extremos.