El director de un hogar infantil descubre cómo los adultos tratan a los niños en las guarderías y pide un cambio urgente
Termina afectando a los otros pequeños que están cerca.

Una encuesta realizada en la ciudad danesa de Odense reveló que un 34% de los niños que acuden a su jardín de infancia afirman haber sido regañados por un adulto hasta el punto de haberse sentido mal y enfadados.
La reacción del director pedagógico de este centro infantil, Paw Sjørup, ha sido tajante y clara: no se debe regañar a los niños en el jardín infantil.
Los datos derivados de esta estadística preocupan a Sjørup que considera que la tarea del adulto es "guiar a los niños si creemos que lo necesitan, pero no debemos regañarlos".
La razón la recoge Christina Abildgaard, consejera familiar y coautora del libro En lugar de regañar.
Para ella, esas 'broncas' despiertan un miedo que hace que el niño entre en modo supervivencia y no escuche mucho de lo que se le dice, afirma y provoca que se asusta y se sienta incómodo en el grupo.
Además, advierte de que también termina afectando a otros pequeños que están cerca y la atmósfera termina nublándose, afectando a su curiosidad y su aprendizaje.