El efecto 'sal' que provoca sed al comer helados
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El efecto 'sal' que provoca sed al comer helados

Seguro que lo has notado.

Una chica come un helado en una piscina en una imagen de archivo.Getty Images

Polos, sándwiches, conos, tarrinas... Da igual la forma, los helados son uno de los productos estrellas del verano. Están fresquitos y tienen un sabor estupendo, porque además que hay variedades de decenas y decenas de sabores es algo que ni cotiza. Sin embargo, ¿Por qué nos da sed cuando los tomamos si al mismo tiempo nos refrescan? Desde Maldita lo han explicado en un artículo.

Todo tiene que ver con la composición de nuestras células y nuestro cuerpo. En un bebé, alrededor de un 75% de su cuerpo es agua; porcentaje que disminuye a un 55% aproximadamente en los adultos. De ese total, unas dos terceras partes se encuentran en el interior de las células (espacio intracelular); el resto, tanto fuera de ellas como en el plasma sanguíneo (espacio extracelular).

“Básicamente, somos disoluciones acuosas que funcionan correctamente en un entorno concreto de concentraciones: nuestro cuerpo es un organismo que necesita tener un intervalo de concentración de iones [presentes en la sal] o azúcar muy concreto para funcionar bien. Por eso, cuando tomamos mucha de una u otra, es lógico que tengamos sed. De hecho, es un síntoma de personas con diabetes, es decir, de exceso de azúcar en sangre”, declara a Maldita Ricardo Díaz Martín, catedrático de Ingeniería Química en la Universidad a Distancia de Madrid y decano del Colegio de Químicos de Madrid.

Como indica un artículo de la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación (CIEAH) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, no existen volúmenes estáticos de agua dentro y fuera de las células, sino que ésta circula entre ambos espacios dependiendo del gradiente de concentración que se genere entre ellos: “Esto significa que cuando se produce una diferencia de concentración de iones dentro de las células respecto al exterior, el agua fluirá desde la zona de concentración más baja hacia la de concentración más alta hasta que ambas zonas alcancen la misma concentración”, señala la CIEAH. Es una explicación similar a la que se puede leer en un estudio publicado en la revista científica Nature Reviews Neuroscience.

Y eso es lo que se ve afectado tras la merienda o piscolabis a base de helado: la concentración de azúcar en sangre. Al comer el dulce o cualquier otro producto con alto contenido en azúcar, ésta llega a nuestro torrente sanguíneo haciendo que el agua del interior de las células salga de ellas (hacia el espacio extracelular) con el objetivo de reducir el gradiente de concentración. Al deshidratarse 'avisan' al cerebro de que necesitan reponer agua.