Rosalía y Björk "luchan" gracias a la IA en el videoclip de 'Oral'
La canción se ha lanzado para recaudar fondos contra las piscifactorías de Islandia.
Varios retrasos en el lanzamiento, muchas expectativas y pocas noticias más allá del fin benéfico de la propia canción. Oral, la esperada colaboración entre Rosalía y Björk ha llegado meses después de su anuncio acompañada de numerosas incógnitas. La catalana y la islandesa han publicado por fin este tema que tiene como finalidad recaudar fondos contra las piscifactorías de salmones en mar abierto en Islandia.
De hecho, el clip del single empieza con una denuncia "a los empresarios que le están cambiando el ADN al salmón salvaje islandés, unos tipos salvajes que quieren ganar dinero rápidamente y sacrificar la naturaleza", tal y como señala la islandesa.
No se trata de una canción nueva, tal y como explicó Björk al diario islandés Vísir, es una canción de hace veinte años, pero no le encontraba hueco en ninguno de sus trabajos de entonces. "Era una canción aleatoria y no sabía qué hacer con ella", señaló y añadió que eligió a Rosalía, entre otros motivos, porque tiene ahora la edad que tenía ella cuando la compuso.
La canción no tiene en sí un mensaje tan reivindicativo como la finalidad de la misma. Oral habla propiamente de deseo y de las ganas de tener contacto físico. "Trata de cuando conoces a alguien y no sabes si es amistad o algo más. Te emocionas, creo. Te vuelves muy consciente de tus labios, no sabes cuáles serán las consecuencias si tú das el primer paso", explicó la autora de temas como Army of Me.
Björk detalló que compuso el tema durante una estancia en Australia, cuando vio una noticia de la CNN de un escándalo de un aristócrata con una prostituta. "El titular que apareció de alguna manera fue como: '¿Fue solo oral o fue completo?' De repente, me di cuenta: ¡sí, la canción se llama Oral!", señaló.
"¿Es eso lo correcto?, Oh, simplemente no lo sé, simplemente no lo sé ¿Es eso lo correcto?", reza la canción que, aunque está compuesta en inglés, Rosalía introduce un verso en español: "Yo quiero besarle".
Aunque el sonido es propiamente vanguardista y experimental siguiendo el sello que ha marcado Björk a lo largo de su carrera, la base tiene toques de dancehall, género de la música popular jamaicana que sirvió como precursor del reguetón.
"El último álbum de Rosalía se inspiró en el reguetón, así que pensé en ella. La conozco desde hace algunos años y decidí enviarle un mensaje para preguntarle si estaría dispuesta a acompañarme. Sencillamente respondió: '¡Sí, estoy contigo!", señaló la islandesa, que ya dejó ver su afinidad hacia la catalana pinchando temas como Bizcochito en sus sesiones de DJ en Islandia.
"Queríamos publicar esto por el bien del medio ambiente. Tiene un ritmo muy primitivo, ligeramente inspirado en el dancehall de Jamaica. Pero no tenía sentido publicarla tal y como estaba, tenía que conversar con el presente [...] La forma de reactivar la canción para una plataforma medioambiental en 2023 era conseguir un invitado que representara el momento musical", añadió al citado diario.
Pero sin duda el golpe de mayor impacto de la canción ha sido el videoclip, elaborado con Inteligencia Artificial por la fotógrafa y artista visual Carlota Guerrero, que ha trabajado en varias sesiones con Rosalía. En él, ambas artistas protagonizan una pelea con artes marciales y con katanas, propia de un videojuego de lucha, aunque los filtros de la inteligencia artificial y los deepfakes dejan mostrar en varias ocasiones que no son sus rostros reales.