Los Premios Princesa celebran su edición más 'hollywoodiense' con una reivindicación de la empatía

"La empatía puede ser una forma radical de acercamiento y diplomacia, igualmente útil en otros ámbitos de actividad. En este nuestro mundo, cada vez más hostil y volátil, espero que podamos hacer nuestra otra regla que se enseña a todos los actores: lo importante es escuchar". 

Éste ha sido el mensaje de la actriz Meryl Streep, estrella indiscutible de los Premios Princesa de Asturias, celebrados este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo, al recibir su galardón en la categoría de Artes. 

"Hoy están presentes sobre este escenario personas con las que aspiro a sentirme identificada. Porque siento que transmiten, con sus acciones y en sus obras, esa esperanza que nos guía y nos inspira a los jóvenes", ha resaltado tras escucharla la princesa Leonor. La otra gran protagonista de la cita ha recordado que en apenas unos días jurará la Constitución al cumplir la mayoría de edad, y tras haber jurado bandera hace dos semanas.

Su padre, Felipe VI, ha reconocido que tanto él como la reina Letizia se sienten profundamente orgullosos del "sentido del deber, de su entrega y de la ilusión con la que afronta su futuro" de la heredera al trono, así como de su hermana Sofía. "Nos alegra especialmente que deseen compartir con su generación los mensajes, el ejemplo y la excelencia que representan y transmiten nuestros premiados", ha subrayado.

Entre esos premiados se encontraban, por ejemplo, el escritor japonés Haruki Murakami o el autor francés Emmanuel Carrère, que recibió el premio hace dos años, pero acudió en esta edición a recoger el de su madre, la historiadora Hélène Carrère d'Encausse, fallecida hace unos meses. Esto es todo lo que ha dado de sí la ceremonia:

Todos de negro, menos Leonor

En esta cita tan especial para ellos, la familia real ha hablado con su ropa y ha cedido el protagonismo a Leonor de una manera sutil. Todos, sin excepción, han ido de negro: el rey Felipe, la reina Letizia, la infanta Sofía y hasta la reina emérita. 

La princesa de Asturias, en su gran día, también ha ido de oscuro, pero destacando con un vestido azul marino con corte peplum con el que homenajeaba al Principado.

Los cinco posaron juntos en la alfombra azul y, al entrar, las hermanas mostraron una vez más su gran sintonía —ahora además que las separan kilómetros, puesto que Leonor estudia en la Academia Militar General de Zaragoza y Sofía en el UWC Atlantic de Gales—. Su cariño y su complicidad fue evidente con el gesto que captaron las cámaras entre ellas, cuando la heredera se agarró al brazo de su hermana antes de cruzar la puerta que daba entrada a la zona de butacas.

La anécdota la protagonizó su abuela, la reina Sofía, a la que Leonor cogió también del brazo pero para evitar que se equivocara de entrada. En ese momento, la emérita se dispuso a saludar a las autoridades, aunque se dio cuenta y dejó pasar antes a sus nietas.

Meryl, la estrella

Nada más bajarse del coche, Meryl Street fue recibida con una ovación. La dama de la interpretación, que durante su estancia en Oviedo ha afirmado que se siente como Taylor Swift por la acogida, volvió a notar el calor de sus seguidores —algunos al borde de las lágrimas— a las puertas del Teatro Campoamor. A las puertas y en las ventanas, porque se mostró notablemente sorprendida al darse cuenta de que la aplaudían incluso desde las ventanas de los edificios colindantes.

Streep se mostró honrada de recibir el premio. Con humildad, afirmó: "Es difícil hacerme a la idea de que estoy aquí. Una parte de mí sospecha que como he interpretado a personas extraordinarias toda la vida, ahora me toman por una".

La actriz reflexionó sobre su profesión, un arte "intangible" que permite conectar con otras personas y "a la experiencia de ser otro". 

"El don de la empatía es algo que todos compartimos. La misteriosa capacidad de sentarnos juntos, extraños en un teatro o cine a oscuras, y experimentar los sentimientos de personas que no se parecen a nosotros ni suenan como nosotros, es una capacidad que todos deberíamos llevar dentro de nosotros al volver a la luz del día", ha recalcado.

La intérprete cerró sus palabras hablando del "triste momento" que vivimos: "En la universidad diseñé el vestuario de La casa de Bernarda Alba [de Federico García Lorca]. En ella, una de las hermanas grita 'Pero las cosas se repiten. Yo veo que todo es una terrible repetición", introdujo.

"Lorca escribió su apasionada obra dos meses antes de su propio asesinato, en vísperas de otro cataclismo. Que pudiera ver desde tan alto, que mirara con tanta distancia los acontecimientos que tanto amenazaban su vida, es extraordinario. Que pudiera expresar, a través de Martirio, una sabiduría que no lo salvaría, pero que sería una advertencia para el futuro, es un regalo para nosotros", ha agregado.

Las lecciones de Eliud Kipchoge

El atleta keniano, corredor de maratón, Eliud Kipchoge, galardonado en la categoría de Deportes, centró su discurso en que correr va más allá de lo físico, sino que "tiene el poder de unirnos".

"Siempre digo que debemos hacer de nuestro mundo un mundo que corre. Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz", ha asegurado el deportista, que ha establecido un paralelismo entre su disciplina y la vida cotidiana, donde las personas deben superar desafíos y prestar atención a su salud mental "antes de alcanzar la línea de meta".

Como ha contado, no celebra sus victorias yéndose de fiesta y con alcohol, sino que vuelve a su pista de entrenamiento y planta un árbol: "El momento de gloria es fugaz, pero el crecimiento de ese árbol dura muchas vidas". 

Una princesa que entiende su deber

Una nerviosa princesa de Asturias, inmersa en su formación militar y a punto de jurar la Constitución en el Congreso, ha recalcado en la ceremonia que entiende "muy bien" y es "consciente" de cuál es "su deber" y lo que implican sus "responsabilidades" como heredera. 

Sobre su paso por el Ejército, ha mencionado que le permite "compartir el aprendizaje continuo con personas que han elegido una vida de servicio con grandes exigencias y renuncias personales". De los premiados ha destacado que son personas con las que aspira a sentirse identificada, "aunque sumen algunas décadas más que yo": "Siento que transmiten, con sus acciones y en sus obras, esa esperanza que nos guía y nos inspira a los jóvenes".

Y un rey que apela a la unidad

Felipe VI ha aprovechado su turno de palabra para deslizar que si en España se quiere edificar "algo sólido, duradero y permanente", debe hacerse desde "la colaboración y el compromiso de todos" y con "voluntad integradora", puesto que las soluciones llegan "de la unidad, nunca de la división".

"Es con la unión, con el esfuerzo colectivo y las actitudes solidarias como se construyen las grandes obras. Es así como surgen las respuestas que realmente nos permiten avanzar", ha insistido.

Ha pedido además ser conscientes de lo que España ha alcanzado "como nación" y ha emplazado a "conservarlo y preservarlo de aquello que lo pueda erosionar".

También ha hecho referencia a los conflictos internacionales, llamando a una "cooperación seria, profunda y sincera de las distintas naciones para abordar los grandes retos globales" frente a la "deriva" de guerras, conflictos y tensiones geopolíticas y el "vértigo ante el riesgo de su extensión".