La fortaleza que los emires de Córdoba levantaron sobre Madrid para proteger la frontera
Las nuevas exploraciones en el yacimiento de La Marañosa, situado en el municipio madrileño de San Martín de la Vega, han revelado que este lugar estratégico albergó importantes asentamientos fortificados a lo largo de distintas épocas. Anteriormente considerado un sitio con ocupación continua desde el Paleolítico hasta la Edad Media, nuevas técnicas de teledetección con LiDAR han permitido reescribir su historia.
Los hallazgos señalan que La Marañosa fue primero un asentamiento tardoantiguo entre los siglos V y VII, seguido por una fortificación andalusí en el siglo X, conocida como el ḥiṣn de Albende, crucial para la defensa de la frontera del Califato de Córdoba. Según la investigación, liderada por los profesores Rosario Cebrián Fernández y Manuel Retuerce Velasco de la Universidad Complutense de Madrid, y los arqueólogos Ignacio Hortelano Uceda y Javier Martínez-González, el asentamiento desempeñó un papel vital en la reorganización del territorio tras la caída del Imperio Romano.
según ha detallado El Español, este asentamiento, que se extendía sobre unas 3,5 hectáreas, estuvo protegido tanto por una ceca defensiva como por la orografía. Además, su diseño estructurado y la densidad de su ocupación sugieren que era un centro administrativo local, posiblemente uno de los "castillos de primera generación" que surgieron en respuesta a la desintegración del control romano.
Los estudios arqueológicos indican que las construcciones, probablemente de mampostería, se adaptaron a la topografía del lugar, creando un asentamiento integrado en la nueva estructura socioeconómica de la época. Este enclave administraba y redistribuía recursos en una época de crisis política, proporcionando un control crucial en un territorio cada vez más alejado de los antiguos centros urbanos.
La fortificación andalusí
Con el avance del tiempo y las necesidades estratégicas del Califato de Córdoba, el cerro aledaño de La Marañosa fue ocupado nuevamente en el siglo X. Esta vez, se levantó una fortificación andalusí conocida como el ḥiṣn de Albende. Este fuerte castrense tenía una importancia clave en el sistema defensivo de la Marca Media, la línea fronteriza de al-Ándalus que protegía los accesos desde el norte hacia la ciudad de Toledo.
El ḥiṣn de Albende presentaba una estructura urbanística planificada con una muralla de medio kilómetro, un único punto de entrada para mejorar la defensa y edificaciones cuidadosamente construidas. Los investigadores destacan que este asentamiento no solo servía para el ámbito militar, sino también como un centro administrativo y fiscal, recolectando pagos y controlando la región en nombre del emirato.
La importancia estratégica y administrativa
Como delegación del poder emiral, este asentamiento estaba vinculado a la autoridad del gobernador de Guadalajara y desempeñaba funciones recaudatorias y de control territorial. Los hallazgos revelaron la existencia de infraestructuras significativas, como depósitos para almacenar pagos en especie y posibles edificaciones religiosas y sociales, que aún están por confirmar.
Futuras investigaciones
Aunque se ha avanzado bastante en la comprensión de estos asentamientos, muchos aspectos siguen siendo objeto de estudio. A medida que se realicen más investigaciones, se espera que este yacimiento continúe revelando valiosas pistas sobre la historia de la región y el papel crucial que desempeñaron estos asentamientos en la defensa y administración del territorio.
Este descubrimiento resalta la importancia de La Marañosa no solo como un punto estratégico en la defensa de la Marca Media de al-Ándalus, sino también como una prueba de las complejas dinámicas políticas y sociales que definieron la transición de la Tardoantigüedad a la dominación andalusí en la Península Ibérica.