Eres un verdadero 'gato' si tienes alguno de estos apellidos madrileños
Algunos de los apelativos madrileños se remontan desde la Edad Media.
Madrileño, matritense o gato. Así es como se conocen a las personas que proceden de la capital española. Normalmente, los gentilicios se forman a través de terminaciones como -ero, -ense, -es, -eño, y una larga lista, pero en ocasiones e incluso en zonas muy conocidas, hay apelativos sorprendentes que más de uno puede no conocer. Es el caso de ‘gato’, una forma más coloquial, que alude a tener generaciones pasadas de Madrid.
Resultó ser un apellido ilustre en la conquista de Madrid en tiempos del rey Alfonso VI, uno de los grandes monarcas de la Edad Media con un reinado de casi 44 años, que incorporó su reina a la Cristiandad europea. El origen de ‘gato’ se debe gracias a un valiente soldado que, durante el asalto de la villa, trepó por una muralla con una daga que clavaba entre las piedras.
Sus compañeros aludieron a él comparándole a un gato, término con el que empezó a conocerse a sus descendientes hasta que la familia se hizo importante en Madrid, llegándose a considerar que si no pertenecías a aquel linaje, no eran de nobleza castiza de Madrid. Con el transcurso del tiempo, a todos los habitantes de Madrid se les acabó llamando gatos, siendo también Gato un apellido histórico de la capital.
Hay algunos apellidos madrileños que se remontan a la conquista de Madrid del rey Alfonso VI, como cuenta La Voz Digital. Uno de ellos es Vargas, cuyo primer linaje era conocido como Juan de Vargas, un guerrero que ayudó al rey en la conquista de la ciudad musulmana. Al llegar la época cristiana, pasado unos años, fue venerado con tierras que estuvieron bien trabajadas para que sus descendientes prosperaran en el futuro.
Manuel Montero Vallejo—profesor y doctor en historia— recogió en sus publicaciones sobre la Madrid medieval algunos de los apellidos que se mantuvieron en la Villa hasta que la corte se instaló en Madrid allá en 1561, así como Gudiel, uno de los primeros en establecerse allí, cuyo linaje es originario de Madrid en el siglo XIV. Los Zapata, pese a su origen aragonés, también se establecieron en la Villa con Juan I años más tarde. Apellidos como Oviedo y Córdoba son apellidos clásicos de Madrid, originarios, según expertos en heráldica, al siglo XV. Luzón, Mármol—proveniente de Inglaterra— y Herrera también son apellidos madrileños de los tiempos de Enrique III. Más, adelante, durante la época de los Reyes Católicos, se establecieron los Castilla.