El asedio más duradero de las Guerras de independencia lo protagonizó el último fuerte español en Sudamérica

El asedio más duradero de las Guerras de independencia lo protagonizó el último fuerte español en Sudamérica

Supuso cerca de 8.500 víctimas entre los dos bandos.

Plaza Grau. Puerto del Callao. - Fotografía de stockGetty Images

El 23 de enero de 1826 finalizó uno de los episodios más dramáticos de las guerras de independencia hispanoamericanas, el segundo sitio del Callao. Este incidente, el más largo de dichos conflictos, tuvo lugar en el puerto del Callao, Perú, y marcó el fin de la presencia militar española en Sudamérica. 

Durante dos años, las fuerzas independentistas de la Gran Colombia, Perú y Chile mantuvieron a raya a los soldados españoles, quienes, a pesar de la derrota en la batalla de Ayacucho en 1824, se negaron a rendirse.

El asedio comenzó en 1824, cuando las tropas realistas, bajo el mando del general español José Ramón Rodil, decidieron resistir en la fortaleza del Callao, rechazando acogerse al acuerdo pactado tras la batalla de Ayacucho. 

José Ramón Rodil y su tropa, que incluía a entre 2.000 y 4.000 soldados, marineros y milicianos, se enfrentaron a un Ejército Unido de la Costa formado por 4.700 hombres y apoyado por una poderosa flota de 23 navíos, incluyendo fragatas, corbetas y cañoneras.

El brutal asalto

Durante dos años, las fuerzas independentistas, comandadas por el general venezolano Bartolomé Salom, dispararon más de 20.000 balas de cañón y lanzaron cientos de bombas sobre la fortaleza. Los defensores españoles respondieron con más de 9.500 balas de cañón y casi 35.000 disparos de fusil

La situación dentro de la fortaleza fue cada vez más desesperada, ya que la escasez de alimentos y medicinas, así como las enfermedades, desgastó tanto a las tropas como a la población civil que buscaba refugio en el Callao.

El asedio terminó finalmente en 1826, tras dos años de resistencia por parte de los españoles que perdieron cerca de 6.000 personas, incluyendo soldados y civiles. Mientras, las bajas entre los independentistas alcanzaron los 2.500, entre muertos, heridos y prisioneros. El fin del sitio del Callao supuso el último acto de la guerra de independencia en Perú y el colapso definitivo del control español en Sudamérica.