'Cowboy Carter', el disco que nació tras un episodio racista con el que Beyoncé quiere resignificar el 'country'
La artista lanza su nuevo álbum, una vuelta a sus raíces, este viernes 29 de marzo.
Hacía años que se rumoreaba que Beyoncé estaba trabajando en un proyecto centrado en el country y, después de muchas pistas, la artista confirmaba el pasado 11 de febrero —en plena Super Bowl— que su octavo álbum, Cowboy Carter, abordaría este género. Este disco, que se podrá escuchar a partir de este viernes 29 de marzo, será además el segundo acto de la trilogía que inició con Renaissance, donde reivindicó el papel de la comunidad negra queer en la música house y dance.
Como anticipo de Cowboy Carter, esa misma noche Beyoncé lanzó las dos primeras canciones del disco: Texas Hold’Em y 16 Carriages. La primera ha sido un hit en medio mundo y con ella la artista ha hecho historia convirtiéndose en la primera mujer negra en alcanzar el número uno en la lista de éxitos country de Billboard. Reivindicar el papel de la comunidad negra en un género tradicionalmente blanco y conservador ha sido uno de los puntos de partida de Beyoncé, nacida en Houston (Texas), que ha sufrido el racismo del establishment del género en sus propias carnes.
El country no es nuevo para Beyoncé, que creció con esa música y ya experimentó con ella hace ocho años, con uno de los sencillos de su álbum Lemonade, Daddy Lessons. Precisamente la recepción de esa canción fue el germen de Cowboy Carter. “Llevo haciendo este disco más de cinco años. Nació de una experiencia que tuve hace años en la que no me sentí bienvenida... y estaba muy claro que no era. Pero a partir de esa experiencia, navegué en la historia de la música country estudié nuestro rico archivo musical”, explicó la artista hace unos días, cuando desveló la portada del disco.
La experiencia de la que habla es su participación en los premios CMA, los Grammy del country, en 2016, donde interpretó Daddy Lessons junto a las Dixie Chicks. Los minutos de su actuación supusieron los quince minutos más vistos de la historia de los galardones, pero la organización terminó eliminándola de YouTube ante los comentarios y ataques racistas de muchos seguidores blancos y conservadores del género.
En el patio de butacas, algunas personas no ocultaron su desencanto al ver a una mujer negra en el escenario. "Sacad a esa zorra negra del escenario", escuchó uno de los invitados dentro del auditorio. Además, Beyoncé no se lo pensó dos veces a la hora de invitar al grupo Dixie Chicks, repudiadas dentro del género por posicionarse en contra de la guerra de Irak y de la administración Bush.
Además del racismo que la artista sufrió durante su actuación en los CMA, los Grammy tampoco la trataron demasiado bien. El equipo de Beyoncé envió Daddy Lessons como candidata para ser nominada en la categoría country de los galardones, pero ni siquiera aceptaron tenerla en cuenta, sin explicar por qué no cumplía con los parámetros, algo que muchos tacharon de racista.
“Las críticas a las que me enfrenté cuando me adentré por primera vez en el género me forzaron a ir más allá de las limitaciones que me impusieron. El segundo acto es el resultado de retarme a mí misma y de tomarme mi tiempo para mezclar géneros entre ellos y crear este trabajo”, añadió la cantante.
En la carta de presentación del disco, Beyoncé también quiso expresar su deseo de que, en el futuro, reconocimientos como el de la primera mujer negra que consigue llegar al número uno country no existan. “Mi esperanza es que, de aquí en adelante, la mención de la raza de un artista en relación a los géneros musicales que lance sea irrelevante”, concluyó la artista.
“Este no es un álbum 'country'. Este es un álbum de ‘Beyoncé”
Desde hace años, Beyoncé ha aprovechado su posición en la industria musical no solo para experimentar con su música, sino para desafiar las normas y para poner el foco en problemas que la importan como la brutalidad policial o el feminismo. Y lo ha hecho sin cerrarse a un género musical y experimentando y estudiando el legado de los artistas negros que abrieron las puertas para que ella pudiera estar donde está.
"Mi deseo para el futuro es seguir haciendo lo que todo el mundo cree que no puede hacer", declaró en una entrevista con Harper's Bazaar en 2021, en la que hablaba de su proceso creativo. En Renaissance ya partió del house y del dance para tejer un disco en el que no faltaban sonidos disco, afrobeat o el clásico r&b con el que se suele identificar a la artista.
En Cowboy Carter volverá a experimentar y Beyoncé ya ha dejado claro que, a pesar de que su incursión en el country es significativa, no va a dejar que su próximo trabajo se encasille de esa forma. “Este no es un álbum country. Este es un álbum de ‘Beyoncé’”, aseguró a sus fans.
“Beyoncé ha evolucionado de creadora de éxitos asegurados a propulsora de conversaciones, utilizando su plataforma masiva, y los fans que la llenan, para contar una narrativa paralela sobre el pasado y el presente de la música negra. Sus álbumes son viajes musicales, y también son lecciones de historia”, ha publicado The New York Times en los días previos al lanzamiento.
Esta lección ya se aprecia en Texas Hold’Em, donde se utiliza el banjo, un instrumento característico del country cuyos pioneros fueron los artistas negros que sentaron las bases del género y a los que Beyoncé reivindica en la canción. Poner el foco sobre los orígenes del country no es solo una cuestión de “estudiar” la música, sino de rendir homenaje a sus raíces, algo que tanto ella como alguno de sus colaboradores habituales han asegurado que es la esencia del álbum.
“Es de Houston. Es de Texas. Ella entiende el country, tanto la música como la cultura, tanto los aspectos atractivos como los no atractivos. También entiende la influencia que tiene en la vida de las personas y es lo que persigue, intentar incluirnos en una conversación en lugar de esconderse en los ámbitos en los que se siente más cómoda”, ha explicado en un reportaje de la Universidad de Harvard Emmett G. Price III, músico y decano en el Berklee College of Music.
El académico cree que Beyoncé puede cambiar la concepción que se tiene del country igual que hiciera Ray Charles en los sesenta. “La conversación es que el country no es solamente blanco. Hay un legado, hay una historia de personas no blancas que han sido grandes influencias, con grandes contribuciones y se les debería reconocer como tal”, ha añadido.
Una de esas grandes influencias es Linda Martell, la primera mujer negra en conseguir triunfar en el country, a la que Beyoncé hace una referencia en la canción The Linda Martell Show, que la artista ha adelantado desvelando el tracklist —aunque con varias incógnitas— de Cowboy Carter. En la imagen donde desvela los nuevos singles, con la presencia de estrellas del género como Dolly Parton y Willie Nelson, la diva también menciona el Chitlin' Circuit, una red de espacios donde los artistas afroamericanos podían cantar y actuar libremente durante la época de segregación racial en el sur de Estados Unidos.
La intención de Beyoncé de resignificar el género podría empezar ya con el título, que no sería simplemente una alusión a su apellido de casada, Carter, sino un guiño a dos posibles figuras del country de principios de siglo. Según algunos fans de la cantante, el nombre podría referirse a A.P. Carter y su familia, conocidos como "la primera familia de la música country" e históricamente responsables del big bang que impulsó comercialmente el género en 1927 después de hacer una audición para Victor Talking Machine Company.
Esta familia viajaba por el sur de Estados Unidos con con un guitarrista negro, Lesley Esley Riddle para descubrir nuevos sonidos que incorporar en sus canciones, que habitualmente tocaban para ellos familias negras y mexicanas. Beyoncé podría haber utilizado el Carter para volver a poner el foco en los orígenes negros del género.
Otros seguidores también han especulado con una posible referencia a Amon G. Carter, fundador del periódico Fort Worth Star-Telegram a principios del siglo XX y en gran parte responsable "de crear la imagen de los cowboys de Texas". Incluyendo su nombre en el disco, Beyoncé podría defender que ahora será ella, una mujer negra de Texas, quien defina los nuevos códigos del country.