Arturo Valls: "Lo de los concursos era de las cosas que menos me imaginaba. Yo quería ser María Teresa Campos"
Entrevista con el presentador, que próximamente estrenará el show musical 'That's My Jam' en Movistar +.
Dos parejas de famosos compitiendo en distintas pruebas musicales con una banda en directo. Esa es la esencia de That's My Jam España, que su presentador —y también productor— Arturo Valls condensa así: "Para cualquier amante de la música este es su programa".
"No ha habido programa en el que más me hayan llamado la atención el regidor porque en cada pausa, en cada parón, ahí que me iba con la banda a coger el micro", confiesa el actor y exreportero de Caiga Quien Caiga, curtido en otros concursos como ¡Ahora Caigo! o Mask Singer. En su carrera le llamaba la parte más periodística, pero desde el entretenimiento, como recalca. "Ésta era mi vocación, luego he acabado imitando a Shakira y tirando a gente por un agujero, ¡no sé qué ha pasado por el camino!", bromea, como en muchos otros momentos de esta entrevista.
El propio Jimmy Fallon, presentador del formato original en Estados Unidos, le ha dado la enhorabuena a él y a su equipo por el buen resultado de la adaptación, una producción de Movistar Plus+ en colaboración con Lacoproductora (PRISA Media), la productora Pólvora Films y Universal Television Alternative Studios (UTAS), una división de Universal Studio Group.
¿Este programa, con qué palabras concretas lo describirías y quién no se puede perder este concurso?
Es un show, un show musical. Es puro entretenimiento, diría, pura diversión. Con la excusa de la música vienen invitados a pasárselo bomba. Y así ha sido, que a veces estaba ahí, notando esa energía de ‘¡pero qué bien se lo están pasando!’. Está todo pensado alrededor de la música: esa banda en directo, los juegos... para cualquier amante de la música este es su programa. Y luego, [en tono de broma] si no te gusta la música... tienes un problema.
Es la versión española de That’s My Jam, que en Estados Unidos presenta Jimmy Fallon. ¿Esto te pone el listón muy alto?
La verdad es que sí. He de decir que a Jimmy, a Jaime [se ríe], le ha encantado el programa y digamos que le había parecido la versión más fiel al original y a esa energía que él tiene. Muy contento, sí, sí. Noto cierto estilo, esa cosa optimista y buenrollista que tiene creo que ahí me manejo bien.
¿Lo has llegado a conocer o a hablar con él u os lo han trasladado?
Esto lo dijo por Skype, se asomó en una reunión y nos dijo ‘enhorabuena, está genial’. Teníamos que haber estado ahora mismo grabando una promo con él, pero por culpa de la huelga en Estados Unidos de guionistas y de actores no pueden promocionar nada ni grabar sus programas y no hemos podido conocernos, pero yo creo que llegará el momento.
En esta ocasión presentas pero también eres productor. Para quien no lo tenga muy claro, ¿qué hace un productor?
Uf, pues sufrir muchísimo [se ríe]. Este es el programa en el que más me he divertido como productor, porque las cosas que había hecho como productor eran ficción, tanto pelis como series, y era el primer programa de entretenimiento que producía. Es primero tener la idea: fue el subdirector el que me mandó un día ‘mira esto que está haciendo Jimmy Fallon, esto es increíble’, que como me conoce perfectamente sabía que me iba a gustar, y ahí que nos lanzamos a intentar comprar los derechos para hacer la adaptación en España. Eso es lo que hace el productor, intentar levantar la idea, rodearse de buenos jefes de equipo, de guionistas, el director del programa, los músicos... y la parte más ardua que es venderlo. En este caso Movistar se animó a producirlo con nosotros.
Y el productor a veces se lleva Goyas, ¿no?
¡Bueno, también! Son reconocimientos que siempre hacen muchísima ilusión. En el caso del corto de Tótem Loba, de Verónica Echegui, fue premiado con el Goya de la Academia y fue un regalazo, además en Valencia.... fue un momento maravilloso.
Y una curiosidad, ¿por qué hay un oso polar en el plató?
Estaba en el formato americano y nos hizo mucha gracia. Siempre te da juego esta cosa como de medio de mascota para el equipo. La verdad es que no lo hemos justificado, ahí está.
Los concursantes tienen que demostrar sus habilidades musicales pero, ¿qué tal las tuyas?
No ha habido programa en el que más me hayan llamado la atención el regidor porque en cada pausa, en cada parón, ahí que me iba con la banda a coger el micro. Le pongo mucha ilusión, pero a partir de ahí... En mi paso por Tu cara me suena se vieron un poco esas dotes. Digamos que tiro, como siempre, de la comedia: donde tienes alguna carencia y hay una nota que no llegas o una canción que se complica, tiras un poco del payasismo y lo salvas.
¿Hay algún participante que te haya sorprendido y tienes algún concursante soñado?
Sorprenderme, me han sorprendido muchos. En uno vino Asier Etxeandía, amigo, y sabía que es un gran intérprete en la ficción y en la canción, es una cosa sobrenatural. Vino un asesor de la NBC a ver cómo hacíamos el programa y de la actuación de Asier nos dijo que ni en la versión americana, ni en otras que se han hecho en Francia o Italia había visto una como esa. Asier fue el que más me sorprendió, no porque no me esperara que fuera a hacer algo así, sino que me sorprendió gratamente de lo guay que lo hizo. Y soñados hay muchísimos. Podríamos decir que Rosalía se quedó a las puertas de venir, lo que pasa es que sus agendas y sus conciertos lo impidieron. Estuvimos en contacto y hubiera sido una gran concursante.
¿Dirías que el del concurso es el formato que más te va como anillo al dedo?
No especialmente. Mi carrera tiene que ver con esto, con que nunca he previsto nada ni he anhelado nada, y lo de los concursos era de las cosas que menos me imaginaba. Yo quería ser, fíjate, María Teresa Campos. La única vocación real es el periodismo, pero desde ahí, desde el entretenimiento. Contar la actualidad, hacer entrevistas, pero con ese tono de magacín. Ésta era mi vocación, luego he acabado imitando a Shakira y tirando a gente por un agujero, ¡no sé qué ha pasado por el camino! No estaba previsto, pero creo que fue una de las mejores decisiones profesionales de mi vida. En 2007 o 2008, que vino la crisis, me ofrecen presentar ¡Ahora Caigo! Yo venía de la interpretación, de Camera Café, y me parecía como un género menor. Sin embargo, durante diez años me lo he pasado bomba y me ha permitido luego producir cosas como That’s My Jam. Es un formato en el que me lo paso muy bien, hay comedia, hay diversión... En el mundo anglosajón hay muchos actores que tienen su concurso de televisión, como una especie de vía de escape.
¿Cuál dirías que ha sido tu experiencia profesional que más has disfrutado?
Es que no concibo un proyecto sin que haya ese atisbo de disfrute. Rodando Camera Café con Ernesto [Sevilla] he sido muy feliz reuniendo a todo el grupo, ha sido un momento increíble. Ahora, con That’s My Jam, un formato en el que hay una banda en directo, puedes cantar, traer amigos, jugar... Esto ha sido también una diversión y, al formar parte de la producción tienes una emoción. Ha sido una experiencia increíble. Los del túnel, esa emoción de la primera película que produces...
En tu cuenta de Instagram has colgado publicaciones por el Día de la mujer o del Orgullo, en las que te comentan de todo. ¿Crees que es importante que las figuras públicas os posicionéis en este tipo de asuntos?
Sí, sí que es importante, pero tampoco creo que tengamos que tener una obligación. Hay veces que los actores como que se sitúan en un altar y tampoco creo que sea necesario. Al final, hacemos entretenimiento y no creo que tengamos esa importancia como de altavoz, de gente que tenga esa cosa como de líderes de opinión. Es interesante porque hay gente que a lo mejor te sigue y de repente tú le haces que se plantee algo. Lo que pasa es que estamos en un momento en el que la reflexión parece que no exista, la gente tiene ya sus bandos tomados y lo que vayas a decir se va a percibir como algo muy sectario, esa cosa de blanco o negro, tú eres de mi equipo o no eres de mi equipo.
Por ejemplo, me parece muy interesante lo que ha ocurrido con las chicas en el Mundial porque lo que ha hecho justamente es que mucha gente se replantee el comportamiento que tenemos muchísimos hombres, que hemos sido educados bajo ese patriarcado y esa educación machista, entonces está muy bien que nos preguntemos ‘¿de verdad queremos ser como este tío?’, ‘¿de verdad ese comportamiento creemos que está bien?’. Luego de repente haces este tipo de reflexiones o lanzas alguna opinión y se percibe como ‘estoy contigo o contra ti’. A veces parece que sea inocua esa función que tengamos los actores o la gente más popular, porque va a ser motivo de un debate muy polarizado.
¿Crees que hay machismo en el mundo de la televisión?
Lo ha habido durante muchísimos años, pero por suerte la sociedad está evolucionando y el mundo de la televisión tiene que evolucionar con ella. Pero vamos, esa idea de productor antiguo, esa bailarina, esa azafata... Es innegable que ha estado ahí y esos abusos de poder han estado ahí y hay que intentar, sin duda, acabar con ellos.
También por la parte estética, ¿no? Que las presentadores tienen más presión de no envejecer, tener un determinado aspecto...
Sí. Esto es complicado pero también debería ocurrir que esto cambiara.
En cuanto a las audiencias, ¿eres de los que se levanta y va directo a ver el dato antes que el café o no te condiciona tanto?
Hubo un momento de mi carrera en el que sí, que era un poco yonki de las audiencias. Ya después de 20 años empiezas a entender que no está en tu mano, muchas veces las audiencias no dependen de tu trabajo, sino de qué se ha contraprogramado, de si hay un partido de fútbol... Mira, recuerdo una vez que no sé qué estaba estrenando yo, con lo que cuesta, y de repente enfrente estaba Paquirrín, en un cayuco, llegando a una isla y esto hizo como el doble [se ríe]. Entonces dije '¿Qué le vas a hacer?’. ¡No puedes hacer nada! Ahí entendí que las audiencias hay que atenderlas, porque toda la industria hace caso a esto, pero no hay nada que hacer.
Hace unos meses entrevistamos a Javi Martín y nos contó que tenéis un grupo de WhatsApp del Caiga Quien Caiga. ¿Sois muy activos? ¿Os veis?
Activos... no es el de la familia, no nos damos los buenos días, todos ‘buenos días, buenos días’ [vuelve a reír]. No es esto, pero sí que de vez en cuando hay algún evento, algún concierto, alguna broma y la gente sigue en contacto, sí.
¿Tienes nostalgia de esa época?
Pues la verdad es que sí, porque es el inicio, el viaje iniciático de llegar a Madrid con 21, 22 años, descubrirlo todo, descubrir la tele, la farándula... Todo, todo. Fue increíble. Y con esos padrinos: Pablo Carbonell, Tonino, el propio Wyoming, que te llevaban a sus casas, ¡esas sobremesas! Fue todo un aprendizaje. Yo aprendí más en un año de Caiga Quien Caiga que en cinco años de carrera de Periodismo. Todo se aprende ahí. Te iba a decir que el reporterismo menos, la alfombra roja, las esperas... pero hasta eso tenía su aliciente.
Vas a estrenar este concurso, pero ¿tienes más proyectos en el horizonte?
Pues fíjate, todo lo que había hecho en producción era ficción y no sé por qué el entretenimiento no me llamaba a la hora de producir cuando seguía presentando cosas y con esto me ha picado el gusanillo. Tengo la idea de recuperar, de un remake, de un programa que creo que tendría sentido. Se lo enseñé a mi hijo, de 14 años, el otro día y me dijo ‘¡Si esto mola un montón, hay que hacerlo otra vez!’. Y ahí estoy dándole vueltas, al margen de los proyectos de ficción y de entretenimiento que tengo como presentador.