Ni por el olor ni por el tacto: el truco para detectar las frutas y verduras más ricas y libres de pesticidas
Pero siempre, de temporada.
Es verano, es la temporada por excelencia de la sandía y el melón, pero también de melocotones, cerezas, pepinos, higos, tomate o remolacha. Y puesto que la recomendación indiscutible es tomar frutas y verduras de temporada —por nuestra salud, nuestra economía y por el medioambiente—, estas serán las protagonistas de nuestras cocinas y nuestras mesas en las próximas semanas.
A la hora de elegir esas frutas y verduras en la tienda, en el mercado y en el supermercado, para asegurarnos de que estamos eligiendo piezas de buena calidad, en su punto óptimo de maduración y lo más naturales posibles, además de hacer caso a nuestra nariz y a nuestro tacto, no hay que ignorar a nuestros ojos.
Cierto es que la primera intuición de la vista es dejarse guiar por las más brillantes, las de color más bonito y formas perfectas. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias y a la hora de hacer la compra elijamos la que se ven más naturales y como recién recolectadas: las imperfecciones son el mejor ejemplo de que los tomates son naturales y que no han sido tratados.
Ahora bien, hablamos de naturalidad, no de mal estado. Por eso, advierte la Agencia España de Seguridad Alimentaria y Nutrición hay que "observar que no tengan magulladuras ni daños externos. Su superficie tiene que estar limpia y sana, con el brillo y el color propio de la especie de que se trate".
A la hora meterlas en la bolsa de la compra, también recomienda separarlas de aparte de carnes, pescados y productos de limpieza.