Los puntos ganadores del aceite de aguacate sobre el aceite de oliva
No sólo es que esté de moda, es que es saludable.
El aguacate no es sólo un alimento de moda. Es, realmente, un beneficio para la salud: ayuda a regular la presión arterial (por lo que es bueno para el corazón), ajusta el azúcar en sangre y evita la resistencia a la insulina, aumenta la absorción de nutrientes, mantiene a raya el colesterol, ayuda a desinflamar articulaciones, mejora la digestión y nutre la piel, las uñas y el cabello, gracias a su alto contenido en vitaminas C y E. Lo afirma el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer.
Todas esas ventajas las tiene, también, su aceite, pero... ¿es mejor o peor que el de oliva? ¿Qué propiedades tiene, en qué se diferencia, lo mejora, lo iguala? La empresa colombiana Avocados Del Quindio, especializada en esta baya comestible, los ha comparado y recapitula. Así, reconoce que ambos son aceites son aceites vegetales y tienen propiedades similares. Sin embargo, "el aceite de aguacate es más rico en ácidos grasos monoinsaturados, mientras que el aceite de oliva tiene una mayor proporción de ácidos grasos poliinsaturados", afina. Ambos aceites son beneficiosos para la salud, constata, "pero el aceite de aguacate es especialmente bueno para reducir el colesterol malo en la sangre".
"El aporte tanto en grasas saludables como en reducción del riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, es mucho mayor en el aceite de aguacate frente al de oliva, lo que hace que su aporte de nutrientes y de beneficios para la salud es mayor", indica la firma, que añade que "ambos aceites poseen perfiles nutricionales beneficiosos" pero el de aguacate además "proporciona un sabor más neutro, a diferencia del de oliva, que es de sabor fuerte, por lo que se asocia con alimentos netamente salados".
En la web aclaran términos, también, para poner las cosas en su sitio. Así, la grasa monoinsaturada es un tipo de grasa alimentaria. Es una de las grasas saludables, junto con las poliinsaturadas. Las monoinsaturadas tienen forma líquida a temperatura ambiente pero comienzan a endurecerse cuando se enfrían, a diferencia de las grasas saturadas que se endurecen con temperatura ambiente. Son ácidos grasos esenciales, esto es, el cuerpo no puede producirlos y deben obtenerse a través de la dieta. Es la importancia de alimentarse bien.
Indica la empresa que con ellos se pueden reducir los niveles de colesterol en sangre, desarrollar y mantener mejor las células y reducir riesgos cardiovasculares varios. Pero no es suficiente añadir alimentos altos en grasas insaturadas a una dieta repleta de alimentos y grasas poco saludables. "En lugar de eso, reemplace las grasas saturadas o trans por grasas insaturadas más saludables", recomiendan.
Por otro lado, las grasas poliinsaturadas pueden ayudar a disminuir el colesterol LDL (el llamado malo). El colesterol es una sustancia suave y cerosa que puede causar obstrucción o bloqueo de las arterias (vasos sanguíneos). Tener niveles bajos de colesterol LDL reduce el riesgo de enfermedades del corazón. Existen muchos alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados, pero no todos ellos tienen el mismo impacto en nuestra salud. Dentro de las grasas poliinsaturadas encontramos dos tipos de ácidos grasos mundialmente conocidos: el Omega 3 y el Omega 6, dos tipos de ácidos grasos esenciales que nuestro organismo necesita ingerir para mantener un buen estado de salud.