La tormenta del aceite de oliva amenaza al menú de restaurantes
Los elevados costes de producción empiezan a afectar también a la restauración.
La constante e imparable subida de los precios del aceite de oliva en nuestro país ha alcanzado niveles de desesperación sin precedentes entre los agricultores, que atisban un aumento imparable de los costes y como consecuencia, un incremento de los precios en el mercado de cara a la temporada de 2024.
Con la sequía y el cambio climático como principal foco de los problemas, sumado a las insuficientes ayudas estatales y comunitarias para paliar sus efectos, desde el sector se preguntan por qué son los únicos que llevan dos años sin percibir prácticamente inyecciones económicas que minimicen el impacto de los devastadores efectos climáticos en el mundo del aceite, teniendo en cuenta la importancia que el olivar tiene en la economía española.
El diario 7Días ha podido hablar con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Extremadura, quienes argumentaron que "existen unos costes de producción altísimos unido a dos cosechas consecutivas muy bajas", algo que para Luis Cortés, responsable de 'La Unión', va a provocar que los precios sigan escalando. "El litro de aceite se podría poner perfectamente en la primavera de 2024 en los 12 euros el kilo", aseguró.
Por su parte, Cortés señala también que la próxima cosecha no apunta a ser mucho mejor que la anterior aunque asegura que, aunque la "producción va a ser mínima, la calidad va a ser muy buena porque con este tiempo no hay plagas ni enfermedades", afirmó al medio.
La restauración comienza a subir los precios
Además, los efectos de estos aumentos del precio del 'oro líquido' no tardarán en hacerse notar en el resto de sectores, como en la restauración, donde aseguran que "van a subir los precios porque este encarecimiento le afectará debido al aceite que consumen", confirman.
Ante la gravedad de la situación, la Unión reclama soluciones a los gobiernos, aunque ya avisan de que, una de las opciones que se ha puesto sobre la mesa como es la eliminación del IVA, podría ser un peligro ya que, muchas veces "los intermediarios se aprovechan y la reducción no llega al consumidor".
"La administración tiene que actuar sobre los costes para que producir un kilo de aceitunas no esté a los precios tan disparados de estos momentos", aseguran. E insiste en que estos costes "no se pueden mantener el tiempo".
Por último y con vistas a la próxima cosecha, Cortés descarta -aunque solo por el momento- llevar a cabo una huelga, ya que actualmente están en época de campaña y habrá que esperar a ver qué tiempo hace durante los próximos meses, que serán claves para saber si la cosecha será un éxito se repetirá la misma situación que la actual. "Si lloviera 40 litros de lluvia por metro cuadrado en Tierra de Barros, se duplicaría la producción de aceituna que vamos a tener", concluye Cortés.