Ibiza se queda sin pescado
La isla afronta un momento muy complicado a la hora de abastecer la alta demanda pesquera.
Ibiza se encuentra ante uno de los momentos más complicados de los últimos años. La alta demanda de pescado en la isla contrasta mucho con la difícil situación en cuanto a la oferta que actualmente predomina en la isla.
Desde los diferentes establecimientos llevan todo el verano notando el desabastecimiento que está complicando satisfacer las demandas de los clientes como explica Antonio Moya, gerente de Eroski en Ibiza: "En la primera quincena de agosto apenas hemos tenido pescado ibicenco durante un par de días" aseguró Moya.
El origen del problema se halla en lo ocurrido hace un año con el 'Chapart Segundo', cuyo hundimiento provocó que tan solo quedara una barca de arrastre, que tiene un acuerdo comercial con una empresa distribuidora de hostelería.
Pocas capturas, solo un barco pescador y mucha demanda
Esto explica las dificultades para poder atender a la alta demanda en la isla ibicenca y es que desde Eroski, al igual que los medios locales como Periódico de Ibiza y Formentera, han recibido la misma explicación desde la Cofradía de pescadores de Ibiza: la limitada flota pesquera y la alta demanda de pescado durante esta temporada veraniega.
Además, desde la organización de pescadores, también achacan el problema a las averías puntuales, además de la 'jubilación' de la barca La Ganassa, unido a una parada biológica de determinadas especies.
Moya insiste en que es un problema ajeno y que desde los supermercados apenas tienen margen de maniobra: "No nos venden pescado con el argumento de que hay pocas capturas y de que apenas hay barcas", asegura, además de que, la mayor parte de las barcas están destinadas a la pesca de "langosta y pescado de roca".
El Consell está fomentando la inclusión de jóvenes al mundo pesquero
Por su parte, el director de Medio Marino del Consell d'Eivissa, Joan Marí, asegura que el problema de base viene precedido de la tragedia por el hundimiento del Charpat Segundo, que además se cobró la vida de uno de los tripulantes.
"Este barco es el que servía pescado a estos supermercados", y afirma que actualmente, "la única barca de arrastre que queda tiene un acuerdo comercial con una empresa distribuidora de hostelería, Hermanos Meneghello".
Finalmente, aseguran que, pese a no tener apenas margen de acción, están intentando incrementar "la oferta de plazas de formación en Can Marines para facilitar la incorporación de jóvenes a este mundo"
Todo esto sucede en un momento de gran inflación, poca pesca y mucha demanda, lo que les ha obligado a tener que importar el pescado que no sea langosta y pescado de roca, de terceros países, encareciendo los precios de forma considerable y prácticamente inasumible por muchos.