El hostelero que, de vez en cuando, se niega a servir zumos de naranja... y que además es valenciano
Sus razones van a favor de los clientes, pero asegura que tiene que dar explicaciones a mucha gente.
¿A quién no le va a gustar un buen zumo de naranja recién exprimido de buena mañana? ¿A quién? ¿A quién no le va a gustar? Este cítrico, que se produce en cantidades ingentes en la Comunidad Valenciana, es un manjar que aunque ahora pueda encontrarse en todos los supermercados, hace apenas unos siglos era considerado un manjar exótico y solo al alcance de unos cuantos, normalmente aquellos que tenían más dinero.
Eran incluso una muestra de prestigio y estatus, no es capricho ni casualidad que aparezcan, de hecho, al fondo del archiconocido cuadro El matrimonio Arnolfini, que ejecutó el pintor Jan van Eyck en el siglo XV y que puede admirarse hoy en día en la National Gallery de Londres.
Concretamente, en este caso, se pueden observar en la parte media del cuadro, junto a ventana:
Pero a lo que íbamos. Tras llegar de Asia en el siglo XVIII, en 1781 empezaron a plantarse los primeros naranjos en la localidad de Carcaixent, y desde los primeros esquejes surgió poco a poco la fuente inagotable de naranjas de la actualidad, que permite que cualquier persona en cualquier momento pueda pedir en cualquier bar un zumo de naranja...
¿En cualquier bar? ¡No! Un hostelero valenciano (Ojo, valenciano) se niega, según la época del año, a vender zumos de naranjas a sus clientes. La historia la ha contado la Cadena SER. Se trata del chef Ricard Camarena, que regenta varios establecimientos en la ciudad de Valencia, entre los que destaca un restaurante con dos estrellas Michelín y un bar en el Mercat Central.
"Nosotros servimos zumo de naranja mientras tenemos naranja valenciana", ha declarado ante los micrófonos de la emisora, para aclarar después: "En verano ¡Qué beban horchata!" en referencia a sus propios clientes.
Camarena ha admitido que más de una vez ha tenido que dar explicaciones, ya que muchos turistas no entienden que no puedan tomarse un zumo de naranja estando de visita precisamente en Valencia, uno de los epicentros mundiales de su producción.
Sin embargo, la razón no es baladí, ya que la variedad de naranja valenciana es la más dulce, de ahí que este hostelero haya tomado la tajante decisión: "A veces hay que proteger al cliente de sí mismo".