Un estudio descubre el peligro oculto para adultos y niños de pasear a los perros con correa
Algunos de estos animales pueden tirar con la fuerza equivalente a la de un tractor pequeño
Uno de los momentos que más disfrutan los amantes de los perros es el de la hora del paseo. Aunque a los que no les gusten estos animales les resulte pesado tener que hacerlo varias veces al día, son muchas las personas que disfrutan mucho de estos momentos en compañía de su mascota y, a menudo, de otros vecinos que también tienen perro.
Sin embargo, en los últimos 20 años, las lesiones relacionadas con pasear perros han ido en aumento entre adultos y niños, según investigadores de la Universidad Johns Hopkins. Las fracturas, los esguinces y los traumatismos craneales se encuentran entre los más comunes, al menos en Estados Unidos, lugar en el que han realizado un estudio al respecto. De 2001 a 2020, el número estimado de adultos atendidos en los servicios de urgencias por lesiones al pasear perros aumentó de 7.300 a 32.300 al año, según ha declarado el investigador principal de este estudio Ridge Maxson a Associated Press.
La mayoría de los pacientes eran mujeres (75%). Los adultos en general de entre 40 y 64 años representaron el 47%. Y eso es solo en las visitas a urgencias. “Sabemos que una cantidad significativa de personas han necesitado tratamiento en clínicas de atención primaria, de especialidades o de atención de urgencia para sus lesiones”, dijo Maxson.
Los expertos señalan que la manera de mantenerse seguro al pasear a un perro con correa requiere diligencia, concentración y, en condiciones climáticas adversas, precauciones adicionales. Conviene no relajarse cuando se pasea a un perro de complexión fuerte, con la fuerza quizás de un tractor pequeño, señalan.
Al conocerse estos datos, los especialistas han destacado que, además de usar luces y reflectores cuando paseamos al perro, hay otros elementos que pueden minimizar los riesgos al pasear perros. Por ejemplo, aconsejan usar calzado cómodo y plano, con suelas adecuadas, sobre todo si hay nieve o hielo. También desaconsejan las correas muy largas, ya que tienen más probabilidades de enredarse alrededor de sus piernas y causar caídas, así como las correas retráctiles, que, a veces, pueden hacer que un perro sea más difícil de controlar.
Para las personas con problemas de movilidad o equilibrio, estos expertos recomiendan que busquen ayuda para pasear a un perro, aunque vayan ellos también en el paseo. Como un vecino, un niño mayor o un paseador de perros profesional. E incluso aconsejan a los adultos mayores realizar ejercicios de equilibrio y fuerza para ayudar a reducir el riesgo de caídas y fracturas cuando su perro tire de la correa fuerte en la calle.