Los expertos alertan del comportamiento inusual de la plaga letal para perros y mascotas este otoño en España
El cambio climático está adelantando la aparición de la procesionaria del pino, poniendo en peligro a niños y mascotas.
Este otoño, caminar por los bosques de España o áreas de recreo en las que haya pinos podría ser una actividad más de peligrosa de lo esperado, especialmente si esos paseos se hacen en compañía de perros u otro tipo de mascotas. Los expertos, cuenta el Diario Sur, advierten que la procesionaria del pino ha comenzado a formar sus temidas filas de orugas hasta cuatro meses antes de lo normal, lo que sugiere que el cambio climático ha alterado drásticamente su ciclo de vida.
En su fase más peligrosa, la procesionaria del pino desciende en filas desde los árboles en busca de tierra para enterrarse y formar la crisálida que dará lugar a la polilla adulta. A lo largo de este proceso, su cuerpo, cubierto de pelos urticantes, libera partículas que llegan a provocar reacciones alérgicas, sobre todo en niños y mascotas. "Lo que normalmente ocurre en febrero o marzo, ahora lo vemos en octubre", señala al citado medio el concejal de Medio Ambiente de Alhaurín de la Torre, Abel Perea, seguro de que las temperaturas que se están viendo este otoño y la falta de lluvia son parte de la causa del fenómeno.
El descenso de la procesionaria, que normalmente se observa en los primeros meses de primavera, se ha adelantado a octubre este 2024. "Es el momento en el que las orugas son más peligrosas", advierte el profesor del departamento de Zoología de la Universidad de Málaga, Raimundo Real, quien explica que este extraño fenómeno se puede relacionar con la llegada reciente de las lluvias, después de un verano largo y seco: "No habían salido antes porque desde marzo no había agua; han esperado a las primeras lluvias y a que las temperaturas todavía no son muy frías”.
Una empresa especializada en el control de plagas, consultada por el Diario Sur, también ha notado el aumento de plagas cuyo comportamiento biológico se ha visto alterado por el clima y la falta de lluvia. Juan Zamudio, supervisor de la compañía Rapiplaga, asegura que lo que ocurre con la procesionaria del pino no es del todo una sopresa "El clima está afectando a muchas especies. En el caso de la procesionaria, es un ejemplo extremo que aparezcan hasta cuatro meses antes”, comenta. Por eso insiste en que es crucial que se aplique un tratamiento biológico a los pinos durante el otoño para evitar que las polillas formen sus nidos y mantener la plaga bajo control.