Este es el pez más tóxico de España: no existe antídoto para su veneno
No existe antídoto para su veneno, que acaba provocando la muerta por asfixia o parada cardíaca.
El riesgo del pez más tóxico que puede hallarse en algunas parte de la costa española no es similar al de un pez araña, que entraña riesgos por pisarlo, o mediante una picadura cuando se está en el agua, como ocurre con algunas medusas. El verdadero problema que entraña esta variedad de pescado y su veneno para el que no existe antídoto es pescarlo confundido con otro tipo y luego comértelo.
Estamos hablando del Lagocephalus lagocephalus, un pez perteneciente a la familia de los Tetraodontidae, quizás más conocidos por su afamado nombre popular. Los peces globo. Se trata de una variedad de pez que ha sido identificado en distintas ocasiones en la costa de Cantabria.
En este sentido, se trata de un pez que habita en profundidades de entre 10 y 100 metros, tiene una dimensión de unos 60 centímetros y entre sus características frente a otras clases destaca que carece de escamas en la parte inferior -barriga-. Dada la profundidad en la que suele encontrarse, a veces es pescado con caña por pescadores. Y ahí es cuando surge el peligro ante posibles confusiones.
Un veneno sin antídoto que produce muerte por asfixia
Bajo esta denominación, Lagocephalus lagocephalus, se encuentra una variedad de pez globo cuyo veneno se sitúa en el segundo escalafón de los más potentes y tóxicos. Una medalla de plata que le otorga la tetrodotoxina (TTX). Esta se localiza en varias partes clave del pescado, concretamente en la carne, piel e hígado. Es en este último donde el veneno logra su mayor nivel de concentración, es decir, es la parte más tóxica.
El problema con la tetradotoxina es que esta no desaparece del cuerpo del pez aunque este haya sido hervido o cocinado mediante otra vía. Su efecto en el ser humano comienza con una sensación de hormigueo en la boca que se va extendiendo bloqueando los canales de sodio de las células. Esto se traduce en la parálisis muscular y nerviosa.
La siguiente fase de actuación del veneno del pez globo continúa con la manifestación de dificultad respiratoria y movimientos anormales. La parálisis continuará extendiéndose llegando a producir problemas para tragar (disfagia) y caída de la tensión arterial. La fase tres es la muerte por asfixia o parada cardíaca.
Como no existe antídoto para el veneno de esta especie, la forma de actuar es contactar inmediatamente con las autoridades sanitarias, para ser desplazado al centro médico más cercano. La hoja de ruta para actuar serán medidas de soporte vital y proceder a un lavado gástrico para la eliminación del veneno del organismo de la persona intoxicada.