El charrán levanta una casa en el islote deshabitado de Canarias
Una decena de parejas de charranes encuentran en el Roque Matavinos un hogar ideal para nidificar, contribuyendo así a la preservación de esta especie.
El Roque Matavinos, ubicado entre La Puntilla y El Confital, en la isla de Gran Canaria, se está transformando en un refugio vital para el charrán común. Este pequeño islote, en medio del océano, ha sido designado como un santuario para albergar a estas aves marinas.
Liderado por el veterinario Pascual Calabuig y respaldado por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria, se está llevando a cabo un ambicioso proyecto para revitalizar la presencia de los charranes, una especie que casi había desaparecido del archipiélago. Se planea que hasta diez parejas de estas aves puedan anidar en el Roque Matavinos.
A pesar de los desafíos que implica acceder al islote, los especialistas están comprometidos con el proyecto. La difícil tarea de llegar al roque se ha visto facilitada por el apoyo de expertos marinos y la colaboración del Grupo de Emergencia y Salvamento del Gobierno de Canarias.
De esta forma, las plataformas instaladas en el muelle Juan Sebastián Elcano y en la lámina de agua de la Base Naval, se une ahora la recuperación de la que se instaló hace unos años en este roque, que fue destruida por la acción del viento y del mar. Según declaraciones recogidas por Canarias7 de Calabuig, el objetivo es colocar grava y subir una pantalla de piedra para que estas golondrinas marinas puedan protegerse del viento.
La presencia de charranes en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria se considera un indicador de la salud del ecosistema marino. En total, la ciudad acumula la mayor colonia de Canarias con 40 pollos. Con la creación de este refugio en el Roque Matavinos, se espera fortalecer aún más la biodiversidad costera de la región.
El compromiso con la protección y conservación de estas aves va más allá de la creación del refugio. Se ha destacado la importancia de emprender acciones que promuevan la renaturalización del litoral, garantizando así un equilibrio entre el entorno urbano y el natural.
La iniciativa en el Roque Matavinos representa un paso significativo en la protección de la biodiversidad marina de Gran Canaria, y un ejemplo de cómo la colaboración entre expertos y autoridades puede generar impactos positivos en el medio ambiente.