El topless que temen las redes sociales

El topless que temen las redes sociales

Hace una semana la página de Facebook de FEMEN International fue cerrada sin previo aviso con más de 80.000 seguidores, por publicar contenido, según la información que nos hizo llegar la red social, "pornográfico". Incluso difuminados, nuestros pezones "son objeto pornográfico".

Hace una semana la página de Facebook de FEMEN International fue cerrada sin previo aviso con más de 80.000 seguidores, por publicar contenido, según la información que nos hizo llegar la red social, "pornográfico". El año pasado FEMEN ya se enfrentó con una situación similar, la página internacional del movimiento (donde aún se publicaban las informaciones en ucraniano) se suprimió con 170.000 suscriptores por el mismo motivo. La organización comenzó entonces una campaña de denuncia bajo el slogan "Zuckerberg, FEMEN no es pornografía" para intentar terminar con la censura que se nos aplica desde la red social más utilizada en el mundo. "Nuestro desnudo es político, no pornográfico", eran las palabras que resaltaban dentro de las respuestas ante el cierre de nuestros perfiles. Finalmente, la página fue sustituida por FEMEN International, que hoy ha tenido que ser relevada otra vez, por una nueva: FEMEN-International. Tres páginas diferentes cerradas y bloqueadas por la administración de Facebook, porque incluso difuminados, nuestros pezones "son objeto pornográfico".

Aunque ya enfrentamos hace tiempo varios hackeos dentro de las cuentas internacionales de Facebook y de la tienda online, asi como en la página web oficial de femen.org donde todos los contenidos se publican sin censura, la guerra entre Facebook y los pechos femeninos es todo un conflicto. Al principio las fotografías de las acciones no se censuraban, más tarde, ante los reportes masivos de usuarios contrarios a nuestra forma de actuación, decidimos evitar que se desactivasen nuestras páginas difuminando los pezones. Y es que en casa Zuckerberg lo que importa no es tanto la teta sino el pezón, siempre y cuando hablemos de una mujer. La pechera masculina cuenta con total impunidad, no sufre censura, no es castigada, sino que la dejan campar anchamente por la red. Lo que me lleva a preguntarme si realmente son conscientes de lo que este acto afirma... Si el topless masculino se acepta es porque efectivamente, no tiene absolutamente nada de peligroso, mientras que el topless femenino que se desvincula de cualquier contenido pornográfico, erótico-patriarcal, es peligroso. El topless femenino que actúa en pos de la liberación de las mujeres y su cuerpo escapa al control de los medios y los mecanismos de opresión patriarcales dentro de las redes e internet. Esto no gusta nada al sistema que nos quiere ver las tetas sólo cuando le apetezca, sólo cuando se trate de su satisfacción.

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Ejemplo de ello no es sólo FEMEN, sino la reciente campaña emprendida por el grupo activista Girl Power, a la que se han unido mujeres a lo largo de todo el mundo bajo el slogan Free the nipple (Liberad los pezones) que comenzaron a postear fotos en Facebook e Instagram topless de manera que sus pechos eran sustituidos por los pectorales de un hombre, No te preocupes no es el pecho de una mujer es uno de los títulos más frecuentes para las imágenes que constituyen este proyecto. A la vez, se desarrolla un proyecto homónimo dirigido por Lina Esco, que aborda el fenómeno topless en Nueva York desde que se aprobase como legal pasear con el pecho al desnudo por la ciudad también para las mujeres.

Si bien es cierto que el tema de la censura viene de lejos y que grupos como PETA, o el movimiento antitaurino ya lo han denunciado en varias ocasiones, ha sido en estas últimas semanas cuando ha surgido una explosión de comentarios en torno a ello. Desde que la hija de Demi Moore y Bruce Willis, Scout Willis, decidiese pasearse por Nueva York topless para protestar contra la censura, concretamente en Instagram.

Desde Twitter Scout Willis informaba de que su cuenta en Instagram había sido desactivada por postear una foto que contenía desnudo, en ese momento decidió abrir una nueva donde aseguraba "subir un montón de fotos de maravillosas mujeres desnudas". Ahí comenzó todo, puesto que volvió a ser baneada por la red social y con ello su campaña pasó a difundirse exclusivamente mediante Twitter.

El paseo que emprendió Scout Willis no fue un paseo exhibicionista, sino reivindicativo, que buscaba materializar una crítica hacia la hipocresía que existe en torno al desnudo femenino. Cómo una mujer puede andar con su torso desnudo por una gran urbe como Nueva York pero luego no está permitido que publique esa misma imagen en una red social global. Toda una ironía, que ha hecho que la polémica aumente. Polémica y debate totalmente necesario ante esta segregación y discriminación que las mujeres sufrimos al hablar de la imagen que se proyecta de nuestros cuerpos.

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Está claro que el pecado está en los ojos del que mira, las denuncias sistemáticas en las redes sociales se producen por parte de aquellos que califican de pornografía desde un desnudo artístico a un desnudo político. E incluso simplemente un desnudo libre. ¿Acaso alguien obliga a contemplar las fotografías que se cuelgan en perfiles o páginas personales? No. Si a alguna persona le causa un trastorno o se siente ofendido es totalmente libre de abandonar la página o dejar de seguir a ese movimiento, artista, personalidad o colectivo. Pero parece que el objetivo no es dejar que las mujeres se expresen libremente, sino que sigan atrapadas en los mismos tabúes y clichés que nos ha legado la sociedad victoriana y la de más atrás.

Cientos de páginas y perfiles actualizan informaciones que hacen apología del maltrato animal, de la violencia de género, de la violación, el acoso escolar, el acoso sexual, la discriminación y un largo etcétera de cuestiones deleznables, sin embargo, no son reportadas ni eliminadas ni en la mitad de las ocasiones.

Muchas veces se ha planteado una pregunta por parte de seguidores de páginas que tratan acerca del cuerpo de la mujer y su reivindicación como arma política, no sólo por parte de FEMEN, sobre por qué no se deja de emplear Facebook para publicar información. ¿Vale la pena adaptarse a la censura y que el mensaje llegue a un número más extenso de personas a lo largo y ancho del mundo? O por el contrario es preferible dejar de emplearlo y usar sólo webs propias. ¿Combatimos el problema desde dentro o lanzamos un cocktail molotov que incendie desde fuera de las redes sociales? ¿Cómo acabar con la censura en Facebook e Instagram de manera efectiva?

Por ahora, todas estas campañas en contra de la censura al cuerpo de las mujeres dan sus frutos, se están dedicando grandes espacios y contenidos al tema, no es necesario irse a Nueva York para protestar contra la censura. De hecho esta misma iniciativa puede llevarse a cabo en cualquier país, donde el topless femenino se penaliza con multas y cargos por exhibicionismo sexual mientras tu vecino practica running a tu lado sin camiseta. Quizás sea el momento de emprender una cruzada topless desde las calles hasta las redes sociales más puritanas del planeta. De hecho, lo es.