La gentrificación y la moqueta del aeropuerto de Portland

La gentrificación y la moqueta del aeropuerto de Portland

Hasta hace poco, la gente que aterrizaba en el aeropuerto de Portland (Oregon) se sentía enseguida como si estuviera en casa. La culpa de este rápido efecto de acogida la tiene la moqueta de aeropuerto más famosa de Estados Unidos, la PDX Carpet (PDX es el código del aeropuerto de Portland).

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Portland, Oregon.

Hasta hace relativamente poco tiempo la gente en Portland, Oregón, se sentía como en casa nada más aterrizar en el aeropuerto. La culpa de esto la tenía la moqueta de aeropuerto más famosa de Estados Unidos. La PDX Carpet (PDX es el código del aeropuerto de Portland) era una moqueta de estilo ochentero con un diseño muy valorado por los hipsters que pueblan esta ciudad de la costa oeste americana. Muchos jóvenes, embelesados por su estilo vintage y su llamativo color verde, generaron un auténtico fenómeno en las redes sociales cuando, en el año 2013, las autoridades anunciaron la sustitución del diseño original por una nueva versión actualizada. En enero de 2015, la antigua moqueta fue sustituida por una nueva versión. Desde ese momento, y como consecuencia del fenómeno provocado en las redes sociales, se comercializaron numerosos productos con el diseño de la antigua moqueta, desde alfombrillas a camisetas estampadas.

Este fenómeno, que no tendría más interés que la simple curiosidad que lleva a plantearse las razones por las que una simple moqueta conduce a generar un movimiento de tales dimensiones, trasciende la mera curiosidad intelectual desde el momento en el que se constata la existencia de fuertes vínculos entre Portland y Tokio como consecuencia de esta conocida moqueta. El pasado mes de septiembre, The Economist, en su artículo Bottling hipness destacaba la existencia de una estrecha relación económica entre estas dos ciudades. Desde hace años se celebra anualmente en Tokio, Yokohama y Osaka una feria en la cual los japoneses pueden aprender experiencias exitosas de Portland o bien comprar productos originales de esta ciudad. Este espacio, auspiciado por la comisión de desarrollo de Portland, pretende fortalecer las relaciones comerciales ya existentes entre Portland y las principales ciudades japonesas.

Negocios relacionados con Portland proliferan en los principales barrios tokiotas, como Shibuya o Shinjuku, mientras jóvenes entusiastas publican en blogs con gran popularidad las bondades del estilo de vida de esta ciudad del noroeste americano. Entre otras muchas cosas, ensalzan su visión de futuro, su capacidad emprendedora y el extraordinario gusto que define su marcado carácter hipster. Al mismo tiempo, no es extraño cruzarse con algún joven japonés con una camiseta o una gorra con el estampado de la famosa moqueta del aeropuerto de Portland.

Esta fascinación que provoca Portland entre la juventud tokiota ha despertado el interés de numerosos alcaldes japoneses que, ante la emigración masiva de los jóvenes a las grandes ciudades del país, se han fijado en las atractivas estrategias de desarrollo urbano que está llevando a cabo la ciudad de Portland. De esta manera, pretenden atraer a los jóvenes con más talento ofreciendo mayores oportunidades laborales en el sector de las industrias creativas.

A finales de los años 60, Jane Jacobs con su libro La economía de las ciudades ya destacaba el efecto multiplicador que surge de la concentración del talento como determinante principal del crecimiento económico de una ciudad. Según Jacobs, ni la mano de obra, ni el capital, ni el conocimiento técnico podían llegar por sí mismos a ser relevantes si las personas eran incapaces de compartir talento, ideas y energía en lugares reales. Cuando las personas creativas se juntan, como es el caso de Portland, las ideas fluyen con mayor libertad y, en consecuencia, tanto el talento individual como el conjunto crecen de forma exponencial.

Según Jacobs, el desarrollo económico no es otra cosa que el producto de la innovación. Es decir, generar cambio o diferencia sobre algo ya existente. Por el contrario, la expansión económica se corresponde con un crecimiento en el tamaño o volumen de una actividad. Esta diferenciación no hace sino redundar en el concepto de destrucción creativa que popularizó el economista austríaco Joseph Schumpeter. Schumpeter, en su teoría del desarrollo económico, argumentó que el incremento en la producción depende de la tasa de intercambio de los factores productivos, la tasa de cambio de la tecnología y la tasa de cambio del ambiente socio-cultural.

Según él, las diferencias o cambios sobre lo existente son la causa primigenia del proceso de mutación industrial, que revoluciona incesantemente una economía desde dentro, destruyendo lo antiguo y creando continuamente elementos nuevos. Este proceso de destrucción creativa constituye la esencia misma del proceso innovador. En este sentido, la aportación de Jacobs constituye un elemento esencial puesto que introduce la concentración espacial en áreas urbanas como fundamento primordial para el desarrollo de innovación dado que genera un incremento exponencial en la tasa de cambio de información relevante para generar ecosistemas creativos.

Richard Florida, en su libro The Rise of The Creative Class, bebe de las ideas de Jacobs y Schumpeter para sentar las bases de la denominada clase creativa. Un concepto fundamental para las actuales políticas de regeneración urbana que defiende la importancia de las industrias creativas en el desarrollo económico de una ciudad. Florida sentó las bases para el diseño de numerosos planes de regeneración a través del fomento y la atracción de industrias creativas con alta concentración de trabajadores en tecnologías punta, artistas o músicos. Parte del legado de Florida se puede reconocer en algunas ciudades españolas que apuestan por la innovación y la atracción de industrias creativas como motor de desarrollo económico. Barcelona y Bilbao, con el distrito 22@Barcelona y Zorrotzaurre respectivamente, son dos ejemplos de la puesta en práctica de las tesis de Florida. Según él, para competir en la nueva carrera por el talento, las ciudades deben reestructurarse para las necesidades de la clase creativa, así como lo han hecho la mayoría de las empresas.

Sin embargo, a pesar del enorme éxito que han tenido esta políticas de regeneración, son muchos los críticos que asocian grandes problemáticas a la intensificación de la competencia entre áreas urbanas y la cada vez mayor dependencia que existe del marketing de ciudades. Según ellos, si no se toman las medidas adecuadas es probable que estas estrategias de estimulación barriales contribuyan a generar fenómenos de gentrificación e incremento de la desigualdad urbana.

La gentrificación y el notable aumento en la desigualdad que conllevan esta políticas de regeneración han de ser contrarrestadas si se pretende alcanzar ciudades más equilibradas y equitativas.

Uno de los principales inconvenientes que ha acarreado la difusión mundial de las ideas de Florida es el establecimiento de la ciudad como un producto. Susceptible de ser comparado con el resto mediante el establecimiento de rankings de ciudades. La necesidad de atraer industrias como resultado de los procesos de deslocalización industrial en la mayoría de las economías desarrolladas motiva una competencia feroz entre los distintos gobernantes por atraer industrias de alto valor añadido e introduce, en numerosas ocasiones, incentivos perversos para influir sobre esos rankings. De alguna manera, las ciudades y las regiones han perdido la fe en la generación de su propia riqueza y comienzan a creer que la riqueza sólo puede venir de otra parte. Esta línea de pensamiento ubica a las ciudades y las regiones como actores en un mercado global en el que la competencia lo es todo, sin tener en cuenta que una ciudad no se trata de una mercancía.

El caso de Portland es paradigmático puesto que representa un ejemplo claro de adopción de las políticas de Florida a través de la atracción de talento e innovación. Un estudio reciente muestra como Oregón tiene el mayor porcentaje neto de atracción de nuevos residentes de Estados Unidos. Fenómenos como el de la PDX carpet dibujan un escenario urbano al que la población más creativa desea trasladarse. La relación establecida entre Japón y Portland representa un ejemplo paradigmático de la aplicación práctica del marketing de ciudades que pretende atraer talento vendiendo un estilo de vida atractivo para jóvenes creativos e inquietos. Sin embargo, estas políticas no dejan de ser controvertidas dado que provocan gentrificación e incremento de la desigualdad. Y es que, de acuerdo a los últimos datos recogidos, la ciudad de Portland ha experimentado más gentrificación que ninguna otra ciudad de Estados Unidos en los últimos 13 años. Ésta va acompañada de un rápido incremento en los precios de los inmuebles, desplazamientos forzosos e incremento de la desigualdad. De acuerdo al departamento de empleo del estado de Oregón, la desigualdad entre los más ricos y los más pobres ha aumentando de manera notable en las últimas dos décadas, a pesar de haber sido históricamente uno de los estados más igualitarios del país.

Por tanto, a pesar del éxito evidente que ha tenido Portland como foco de atracción de innovación y talento, es necesario tener en cuenta las externalidades negativas asociadas a estos procesos de regeneración urbana. La gentrificación y el notable aumento en la desigualdad que conllevan esta políticas de regeneración han de ser contrarrestadas si se pretende alcanzar ciudades más equilibradas y equitativas.

Este post fue publicado originalmente en el blog Ecosistema Urbano