La 'marea' seguirá creciendo pero ustedes solo verán la espuma
La tarde del 23-F empezó siendo Grande. El pueblo volvía a tomar la PALABRA. Se anunció el final de la marea y los bomberos, que habían formado un cordón de seguridad, se retiraban. Pareció que les faltara tiempo. Desde del otro lado de la barrera, potentes focos nos señalaban. En tan solo unos minutos, la UIP se hizo presente: chalecos, cascos, escudos.
Vamos despacio porque vamos lejos, sumando conciencias, sumando valores en la distancia, en el tiempo. Y la violencia no es el camino. Sólo enturbia, retrasa, divide. No es bueno para nadie.
La tarde del 23-F empezó siendo Grande. El pueblo volvía a tomar la PALABRA. Las mareas acabaron fundidas en la Plaza. Formamos solo una.
Se cantaron protestas, se sumaron las voces, volvieron las manos al sol. No faltaban colores, ni canciones, ni valores. Seguían naciendo propuestas.
Nadie podía imaginar, hace un año, el GESTO de los bomberos, su esfuerzo y su actitud en bloque y con el resto del pueblo. O imaginar el reencuentro con los mineros. Dieron ejemplo, dieron apoyo, fueron mensaje.
Algo está cambiando en cada uno, y ya es imparable: quedó dibujado en la plaza. Volvía a merecer la pena.
La tarde terminaba siendo Grande. Se anunció el final de la marea y los bomberos, que habían formado un cordón de seguridad, se retiraban entre agradecimientos. Algunos dudamos en quedarnos algo más de tiempo, pero no lo hubo.
No habían salido aún los bomberos de la plaza cuando encendieron las luces desde el Congreso. Pareció que les faltara tiempo. Desde del otro lado de la barrera, potentes focos nos señalaban. Pasábamos a ser un "tipo específico" de delincuente.
En tan solo unos minutos, la UIP [Unidad de Intervención Policial, conocidos como antidisturbios] se hizo presente: chalecos, cascos, escudos. Daba la impresión de que tuvieran prisa...
Se mezclaba la indignación con la vergüenza, la rabia con la impotencia. Aunque sobraran razones para hacer perpetua la protesta, nos fuimos.
Poco después empezaban las detenciones. Que algunos violentos quemaran contenedores, tiraran sillas, etc., solo generó más violencia: justificaron la represión de la Sra. Autoridad.
Yo no se quién tiro la primera piedra, pero no benefició a nadie.
Cuando llegué a casa sumaban más de 40 detenidos, todos jóvenes, incluidos menores de edad. Sí, precisamente jóvenes. A los que despertaron al pueblo, a los que no tienen miedo. Precisamente a los que están condenados a la precariedad, o al exilio. A los que les han ROBADO el futuro, a los que tendrán que competir por una simulación de empleo.
Es triste que se los trate como delincuentes, cuando son las víctimas perpetuas de este sistema, de esta sociedad enferma. Pero es más triste ver chavales con la cabeza abierta, agredidos, sin ser atendidos, solo por estar, por azar, porque sí.
A los gobernantes le saltan las alarmas cuando alguien rompe los cristales de un banco pero callan cuando es el banco quien rompe la vida a miles de ciudadanos.
Pretenden que vivamos sumisos, obedientes, relegados a sus tiranías, y se vuelven a equivocar. No pueden callar a un pueblo y después hablar de democracia, es otra farsa.
Seguiremos nuestra lucha pacífica y solidaria, y no podrán pararla, ni con golpes, ni con amenazas. Ya no es creíble su palabra.
Sra. Autoridad, nos seguiremos viendo, siempre al otro lado de su barrera.
La marea seguirá creciendo pero ustedes sólo verán la espuma.