Cristiano Ronaldo: ¿una ruina deportiva para el Madrid?
El máximo goleador de la historia madridista se está empezando a convertir en una rémora deportiva para el club de Concha Espina. El ocaso del otrora estrella rutilante está llegando y da la sensación de que no se detendrá. CR cada día parece más un jugador otoñal, sin mordiente ni peso en el juego de su equipo.
Cristiano Ronaldo durante el partido frente al Athletic de Bilbao de la novena jornada de Liga. EFE.
El máximo goleador de la historia madridista se está empezando a convertir en una rémora deportiva para el club de Concha Espina. El ocaso del otrora estrella rutilante está llegando y da la sensación de que no se detendrá. CR cada día parece más un jugador otoñal, sin mordiente ni peso en el juego de su equipo. Vive su peor crisis a nivel goleador -solo dos tantos en las primeras nueve jornadas de liga: su peor registro de blanco- y no aprovecha los espacios que le abre Benzema ni las asistencias que le facilita Bale desde las orillas. Incluso parece molestarse porque otros logren los tantos que él no es capaz. Tiene algún tramo de lucidez donde logra algún gol pero no desborda, marra ocasiones y su presencia en el juego es inexistente. Los datos y las impresiones sugieren que su mejor versión ya la hemos visto.
Todo lo contrario que ocurre con su némesis, Leo Messi, quien a medida que se hace mayor, interviene más en el juego. Viene al mediocampo a recibir, elabora las jugadas, y en cierto modo recuerda al Xavi más cerebral pero con una percusión endiablada con la que nutre mediante magistrales diagonales a sus aliados en la mejor delantera del mundo: Neymar y Suárez.
Volviendo al tema que nos ocupa, no quiero escribir de lo que seguirá aportando el tres veces ganador del Balón de Oro a nivel económico. De eso no hay duda, Florentino sabrá explotar la gallina hasta el último día, pero sobre el tapete su titularidad no se sostiene; y menos con Morata y Lucas Vázquez apretando desde el banquillo. Los dos canteranos pelean más, generan ocasiones y reclaman más minutos. Si Zidane fuera honesto, y lo suficientemente valiente, no dudaría en premiar a los meritorios y ponerlos de inicio en el próximo choque liguero.
El Madrid, como el Barcelona y todos los grandes clubes, es quien decide cuándo retira a sus jugadores, y no al revés, como pretende hacer CR. Su idea es la de colgar las botas cuando él decida poner punto y final a su carrera con la zamarra blanca. En el Madrid, ni Di Stéfano ni Raúl se pudieron quedar hasta el fin de sus días como futbolistas. El club está por encima de cualquier jugador y a este respecto es mucho más grande que la figura del 7. El conjunto de Chamartín seguirá funcionando y ganando Copas de Europa por más que le pese al luso: nueve se alzaron concretamente antes de su llegada. Un hito jamás igualado, por cierto.
Es más, en las dos últimas Champions conquistadas por los blancos, el papel del jugador de Madeira fue residual. Las dos estrellas que brillaron con luz propia fueron Ramos y Bale -en la consecución de la Décima-; y la diosa fortuna -que castigó a Juanfran desde los once metros y permitió al Madrid levantar la Undécima-.
A Florentino se le avecina un problema muy serio con la renovación de un Ronaldo petulante, a punto de cumplir 32 años, y al que le queda muy poca gasolina en sus piernas.