Hamburguesa M'agg Donald Trump
Donald Trump es de esos personajes que producen el curioso efecto perturbador e hipnótico que tienen para sus incondicionales los telepredicadores, o los anuncios de la Teletienda para los insomnes. Uno cree alucinar de lo que ve u oye, y, sin embargo, no puede dejar de asistir sin pestañear al espectáculo.
Donald Trump es de esos personajes que producen el curioso efecto perturbador e hipnótico que tienen para sus incondicionales los telepredicadores, o los anuncios de la Teletienda para los insomnes. Uno se sorprende, e incluso cree alucinar de lo que ve u oye, y, sin embargo, no puede dejar de asistir sin pestañear al espectáculo de unas imágenes que te atrapan inexplicablemente, a pesar de las ganas de huir.
La gran diferencia entre aquellos y Trump es que, mientras los primeros pueden llegar a hacer gracia, éste sólo mueve a la estupefacción, al miedo y al asco. Él, y todos aquellos que jalean y aplauden sus barbaridades, sus salidas de tono y su explícita e indisimulada prepotencia.
Y eso es lo que inquieta y asusta, pues si debe ser difícil hacerse amigo de un tipo así (si no tienes las tragaderas y la cuenta corriente a la altura de las circunstancias), no parece que lo sea ser su partidario, a la vista de su exitosa campaña electoral, a pesar de su mensaje belicoso y racista.
Si Donald Trump es una marca política y comercial, el producto que vende es un veneno social que se derrama desde su boca como se vierten las basuras desde los colectores de una gran ciudad. Debería existir un código ético, un manual de estilo, que regulara en política y prohibiera, llegado el caso, el uso de la violencia gestual y verbal y su enaltecimiento, del terror y la intimidación, porque sujetos como éste son un peligro social.
Las soflamas cargadas de despótica violencia, los discursos saturados de contenido bélico, insolidario y machista parecen parodia, pero son una amenaza real, muy real; una terrible realidad de dolorosas consecuencias para todos aquellos que se convierten en su objetivo. Y, no lo olvidemos, cualquiera de nosotros podría llegar a serlo. No lo dudes.
Candidato republicano, "uno no sabe si maldecirte o por ti rezar". No son palabras mías. Las dice una dama que ha saltado todos los muros habidos y por haber. Las dice una dama que hubiera pasado por encima del tuyo con sus alas de colibrí y su voz rota de tequila. Las dice Chavela Vargas. Una dama mejicana a la que tu enorme estupidez a bien seguro despreciaría por venir de donde viene y jamás haber pisao por donde tú lo haces.
Ojalá que tu futuro político sea sólo eso: la parodia de lo que representas.
Y para conjurarlo, nada mejor que esta receta: la jugosa Hamburguesa M'agg Donald Trump. La help me de las hamburguesas contra sujetos como el que nos ocupa; la reinterpretación del bocado americano por excelencia. Con una salvedad: mientras que Trump mueve al "¡Aggg!", la M'aggg Donald mueve al "mmmm".
Un mollete typical spanish, relleno de una jugosa hamburguesa, guacamole y tomate con chili picante, al más puro estilo mejicano, queso y una buena dosis de virutas de jamón...Te aseguro que no dejarás ni las migas.
Que la disfrutes, aunque tal vez a aquél se le atragante. Así sea.
NECESITARÁS (para 4 personas)
- 4 hamburguesas de 200 g de jugosa carne de vaca o potro.
- 4 lonchas de queso cheddar.
- Guacamole.
- Tomate estilo mejicano con chili picante.
- 3 o 4 lonchas de jamón.
- 4 molletes de pan redondo.
ELABORACIÓN
- Pasa las hamburguesas por la sartén a fuego fuerte con un hilillo de aceite. Que se doren por fuera, pero que queden jugosas por dentro. Reserva.
- Corta las lonchas de jamón en trocitos y ásalos en la sartén hasta dejarlos crujientes.
- Abre los molletes y extiende una capa generosa de guacamole. Coloca encima la hamburguesa. Añade salsa mejicana de tomate con chili al gusto y sobre la misma la loncha de queso.
- Introduce en el horno bajo el gratinador hasta que el queso se funda. Sacar y añadir los trocitos de jamón frito. Cubre con la otra mitad del pan, aprieta, que todos los ingredientes se junten y extiendan... y a disfrutar.
La interpretación hispana de un bocado típicamente norteamericano.
NOTA
Tanto el tomate con chili como el guacamole puedes comprarlos en cualquier supermercado o tienda especializada, están muy conseguidos y te ahorran muchísimo trabajo.
El huevo nos lo hemos saltado por motivos de seguridad. Donald tiene cara de haber comido muchos a lo largo de su vida, y éste podría ser el origen del exceso de testosterona que probablemente padece. En cualquier caso, le viene que ni pintado a esta hamburguesa. Tú sabrás...
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración:I have a dream, Freedom Writers
Para la degustación:God's gonna cut you down, Jonny Cash
VINO RECOMENDADO
Bajoz roble tinto 14. D.O. Toro
DÓNDE COMER
Frente al televisor, por supuesto, bien acompañado y alucinando con las barbaridades que puede soltar por su boca un personaje como éste.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Salir corriendo en sentido contrario si tienes la mala suerte de cruzarte con él o cualquier otro miembro de su especie.