Las disputas entre China y Japón: unas pocas islas y mucha historia
En este mes de agosto hemos visto cómo la tensión ha llegado a grandes cotas por una serie de disputas en las islas Senkaku/Diaoyu. Hay mucho más en juego que unos simples islotes, es una zona rica en recursos pesqueros e hidrocarburos.
La historia explica por qué China y Japón viven unas relaciones muy tensas. En este mes de agosto hemos visto cómo la tensión ha llegado a grandes cotas por una serie de disputas en las islas Senkaku/Diaoyu. Hace unos pocos posts, hablaba de otras tensiones marítimas pero en el mar del Sur de China (éstas últimas están en el Oriental). Nuevamente hay que remontarse mucho tiempo para entender el origen de la disputa. Por supuesto, aquí también hay mucho más en juego que unos simples islotes, es una zona rica en recursos pesqueros e hidrocarburos.
China considera que las Diaoyu forman parte de su soberanía desde el siglo XV. En tiempos de la dinastía Ming eran utilizadas como bases para defenderse de los ataques de piratas japoneses (wokou). Por su parte, Tokio considera que las descubrió en 1884, al encontrarlas deshabitadas; y que se las anexionó tras la primera guerra con China en 1894-1895.
Mapa chino del siglo XVIII, muestra las Senkaku/Diaoyu bajo su soberanía. Fuente: Wikimedia
Para continuar complicando la situación, tras la Segunda Guerra Mundial y teniendo en cuenta los acuerdos de la rendición nipona, los territorios ocupados por la expansión imperial debían ser devueltos. Pero Japón no devolvió este grupo, ya que las consideraba como parte del archipiélago de las Ryuku (donde está la célebre isla de Okinawa). Además cedió su soberanía a Estados Unidos, quienes las devolvieron en 1972. Tokio exhibe estas razones geográficas y los acuerdos con los estadounidenses para legitimar sus reclamaciones.
A partir de ahí, China ha continuado reclamándolas (también lo ha hecho Taiwán), y los incidentes han sido continuos. Este verano hemos visto como un grupo de activistas chinos fue arrestado por las autoridades japonesas, mientras que en la República Popular se han vivido disturbios contra intereses nipones, cuando activistas de este país llegaron al archipiélago pocos días después. Uno de los más graves fue en 2010 un pesquero chino chocó contra dos patrulleras japonesas cuando le pidieron que abandonara la zona, el capitán chino fue arrestado y se originó una disputa diplomática por su liberación.
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Tropas japonesas en China durante 1938. Fuente: Wikimedia.
Las Segunda Guerra Mundial sigue teniendo una presencia muy viva en las relaciones entre los países asiáticos. En Europa nadie se imagina a Francia y Alemania disputándose ya Alsacia y Lorena, o Berlín recriminando a Londres los bombardeos de Dresden y Hamburgo. El Viejo Continente ha gestionado mejor esta reconciliación histórica, pero en Asia los países que sufrieron la ocupación del Imperio del Sol Naciente siguen mirando con recelo algunas actitudes de Tokio.
El principal problema es que los vecinos de Japón considera que sus disculpas han sido muy tímidas, tanto por parte de los gobiernos como de la Casa Imperial. Para entendernos, no ha existido un acto con un simbolismo tan potente como la imagen del canciller Willy Brandt arrodillado ante el monumento de las víctimas del ghetto de Varsovia. O actos de continuo arrepentimiento como los que ha protagonizado Alemania en Europa y con el pueblo judío.
Fieles en el Templo de Yasukuni. Fuente: Yuki K.
Más concretamente, las polémicas históricas en Asia suelen estar marcadas por el revisionismo de algunos libros en Japón -sobre el papel del país en la Segunda Guerra Mundial-, la presencia de dirigentes nipones a eventos que honran a criminales de guerra o, como hemos visto, alguna disputa territorial que aún colea.
Japón reconoce su responsabilidad en el inicio del estallido de las hostilidades en Asia, allí por el año 1937. El problema es que oculta o pasa de puntillas por la gravedad de algunas atrocidades como la masacre de Nanking en 1937 (300.000 civiles chinos muertos, según algunas fuentes), los experimentos de la Unidad 731 -que rivalizan en crueldad con los del doctor Mengele- o sobre cómo obligaron a miles de mujeres asiáticas a ser esclavas sexuales de sus tropas. En algunos documentos oficiales, libros y exposiciones se utiliza el término "Incidente de China" para explicar la brutal invasión de este país.
Tribunal de los Juicios de Tokio. Fuente: Wikimedia.
Las visitas al santuario de Yasukuni han sido otro motivo de trifulca en Asia. Se trata de un templo donde, de acuerdo con la tradición sintoísta, se albergan las almas de aquellos militares que han dado su vida por Japón. Se trata de una tradición de época imperial, pero entre los caídos honrados están criminales de guerra de la Segunda Guerra Mundial, condenados en los Juicios de Tokyo.
Desde 1985 y coincidiendo con el 40 aniversario del final del conflicto, diversos jefes de gobierno han visitado este santuario, provocando airadas protestas de sus vecinos. El más prolíficos fue a principios de esta década, el carismático y polémico Junichiro Koizumi, quien lo visitó en 6 ocasiones mientras estuvo en el cargo, y una ya como ex primer ministro. Por su parte, la Casa Imperial ha mantenido un discreto perfil. El emperador Hirohito dejó de visitar el templo en 1978 cuando se incluyó en la lista de militares honrados a los criminales de guerra.
Tampoco hay que echar toda la culpa a Japón. Sectores populistas en el gobierno de la República Popular de China y en el Partido Comunista pueden agitar estos sentimientos anti nipones, para ganar poder, en el complejo juego de tronos que vive Beijing. Asimismo, tampoco hay que olvidar como el presidente de Corea del Sur visitó otros archipiélago se disputa con Japón, el de las Dokdo/Takeshima. Aquí, el gobierno de Seúl estaría intentando ganar popularidad para conseguir la victoria en las elecciones de diciembre.