El presidente de las manos pequeñas
No se trataba de una protesta en contra de Trump en exclusiva, sino una súplica por vivir en un país en el que el sentido común impere sobre el odio, el desconocimiento y la desigualdad.
Ayer más de medio millón de personas decidieron dar una bienvenida muy especial al nuevo inquilino pelirrojo de la Casa Blanca. Al grito de "We won't go away, welcome to your first day" ("No nos vamos a ninguna parte, bienvenido a tu primer día") cientos de miles de personas pasaron por delante de la Casa Blanca para recordar a Trump que durante los próximos cuatro años lo vigilarán de cerca.
Mientras marchaba junto con un grupo de amigos, imaginaba a Trump enganchado a su cuenta personal de Twitter--ésa que ha afirmado no pensar abandonar--planeando su próximo tweet e ignorando el griterío procedente de la calle. "We want a leader, not a creepy tweeter" (queremos un líder, no alguien repulsivo que twittee), coreaba un grupo de mujeres.
O Trump ignoró al gentío, o no se encontraba en la Casa Blanca. Los rumores apuntan a que quizá decida repartir su tiempo entre su torre neoyorquina y la sala oval, así que quién sabe. Presente o no, mujeres y hombres marcharon y gritaron con fuerza para recordar al nuevo presidente de los Estados Unidos que los derechos de las mujeres son derechos humanos sobre los que no cabe negociar.
"You lost, get over it!" ("Perdisteis, ¡superadlo!") gritaba un grupo de partidarios de Trump a los participantes en la marcha. Lo que éstos simpatizantes no acertaban a entender es que no se trataba de una protesta en contra de Trump en exclusiva, sino una súplica por vivir en un país en el que el sentido común impere sobre el odio, el desconocimiento y la desigualdad. Entre las pancartas, podían leerse proclamas como: "Respect existance or expect resistance" ("Respeta la existencia o espera resistencia").
Si algo denotaban los carteles y cánticos diseñados por los participantes en la marcha era un profundo conocimiento de los complejos y fallas que padece el nuevo presidente de los Estados Unidos. "Hands too small, can't build a wall" ("Con manos tan pequeñas, no podrás construir un muro) coreaban cientos de personas, haciendo alusión al deseo del presidente de construir un muro que separe México de los Estados Unidos. La referencia a las manos era sin duda intencional. Un artículo publicado hace más de 25 años por un periodista en Vanity Fair ridiculizó a Trump por tener las manos pequeñas, y esto resultó en años de ensañamiento por parte del ahora presidente de los Estados Unidos contra dicho periodista.
También los hubo quienes quisieron recordar al nuevo presidente que "Climate change is real, no matter how you feel" ("El cambio climático es un fenómeno real independientemente de cómo le haga sentirse a Trump") o que "Science is a thing" ("La ciencia es una realidad").
La marcha ha supuesto un influjo de esperanza para muchos estadounidenses que se sentían desvalidos ante el discurso del odio fomentado por Trump y sus seguidores. "Maybe America will be ok," ("Quizá todo salga bien") afirmaba Alison al término de la marcha. Mientras algunos tratan de reconciliarse con los resultados de las elecciones, otros han optado por vivir una realidad paralela en la que todo es posible; incluso que una mujer alcance la presidencia del país más poderoso del mundo.