La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva, ¿seguro?
Decía George Orwell que cuando se trata de defender lo indefendible, el lenguaje político se carga "principalmente de eufemismos, peticiones de principio y vaguedades oscuras". En esta corta máxima de CiU hay al menos dos afirmaciones que cumplen con este criterio de vaguedad
Con este lema, tan poco carente de matices, CiU ha despertado en los últimos días la polémica en las redes sociales. A las puertas de la cerebración de la Diada, CiU ha calentado el ambiente con frases como esta, que el secretario de Organización de CDC, Josep Rull, ha justificado como una manera de "describir una realidad". ¿Seguro?
Los datos
Decía George Orwell que cuando se trata de defender lo indefendible, el lenguaje político se carga "principalmente de eufemismos, peticiones de principio y vaguedades oscuras". En esta corta máxima de CiU hay al menos dos afirmaciones que cumplen con el criterio de vaguedad a la que se refería Orwell. Las analizamos por partes:
La riqueza de Cataluña está acreditada. La región es la primera de las comunidades autónomas por Producto Interior Bruto (PIB), con 198.633 millones de euros en 2012, lo que representa el 19% del PIB español. Respecto al PIB per cápita, se sitúa en cuarto lugar, detrás del País Vasco, Comunidad de Madrid y Navarra.
Sin embargo, la frase del polémico lema no se refiere a la riqueza, sino a la productividad, y son cosas distintas. Pues bien, de acuerdo al Informe 2012 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad, Cataluña supera la media española en productividad por hora trabajada, pero no es la comunidad autónoma que mejor se desenvuelve en este indicador. Le superan de nuevo el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Navarra. Detrás de Cataluña, Baleares y Canarias también aparen por encima de la media nacional.
De las cuatro que encabezan el ranking, sólo el País Vasco supera la media de UE-15 y ninguna autonomía se acerca a la productividad de países como Alemania. Por tanto, Cataluña puntúa muy bien en productividad, pero no es cierto, como parece dar a entender el cartel, que sea la única comunidad autónoma productiva, ni siquiera la más productiva.
Es difícil contrastar una afirmación como esta por su extrema vaguedad. ¿Se refiere a las ayudas públicas que se conceden en cada región a la industria o a la agricultura? ¿A los servicios sociales que se prestan?
Por las palabras de Rull parece que la intención es cuestionar el modelo de financiación de las autonomías de Régimen Común del que forma parte Cataluña, por el que las regiones ceden al Estado central la recaudación de gran parte de sus impuestos y luego éste redistribuye esa cantidad entre las autonomías para asegurar que cada ciudadano pueda disfrutar de los servicios de un estado del bienestar independientemente de dónde viva. Esa es la teoría.
La última liquidación publicada en julio por el Ministerio de Hacienda sobre ese modelo corresponde al año 2011, y efectivamente, -si no tenemos en cuenta el carácter solidario y nos fijamos únicamente en lo que cada autonomía podría ingresar y lo que finalmente recibe del Estado- Cataluña no sale bien parada. Es la tercera comunidad con más capacidad fiscal (19 puntos más que la media nacional), pero se queda en la posición décima (con seis décimas menos que la media) tras el reparto de ingresos per cápita, según las cuentas de la Generalitat.
Sin embargo, no es la única perjudicada desde este punto de vista. Ni siquiera la más perjudicada. Madrid encabeza el ranking en capacidad fiscal, con 34 puntos por encima de la media nacional, antes del reparto y luego cae hasta la posición 11. Baleares, con 22 puntos por encima de la media nacional, se precipita desde la segunda hasta la novena posición después de su aportación a otros territorios.
En general, en el reparto salen perjudicados -desde la óptica defendida por la Generalitat- Madrid, Baleares, Cataluña, Murcia y Valencia, mientras que Aragón, Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura suben, en distintas proporciones, en el ranking.
Por tanto, aceptando las cuentas de la Generalitat, y obviando el carácter de solidaridad con el que se justifica estas subidas y bajadas, es cierto que Cataluña recibe al final del proceso menos de lo que podría por capacidad fiscal, pero no lo es, como parece indicar el polémico cartel, que sea la única autonomía que aporta ingresos extras a otras comunidades.
Resumiendo, aunque el debate -con frecuencia crispado- se suele plantear en los términos de si España roba a Cataluña o si es Cataluña quien roba a España, la realidad, como suele suceder, tiene más matices.
Nota: El objetivo de este blog es tratar de contrastar con hechos declaraciones exageradas o inexactas. Si escuchas, lees u oyes alguna declaración de este tipo, envíamela por Twitter a @InakiHdez y trataré de contrastarla