La 'egipciada' de un maltratador que paralizó al mundo
Un hombre se sube a un avión y decide parar el mundo. En Chipre. Procedente de un país árabe, de mayoría musulmana. Para impresionar a su ex mujer. A primera hora de la mañana y con el planeta en alerta por los recientes ataques terroristas de Bruselas. Dice tener un cinturón de explosivos y exige que el vuelo sea desviado al aeropuerto de Larnaca. Y lo consigue.
Un hombre se sube a un avión y decide parar el mundo. En Chipre. Procedente de un país árabe, de mayoría musulmana. Para impresionar a su ex mujer. A primera hora de la mañana y con el planeta en alerta por los recientes ataques terroristas de Bruselas. Dice tener un cinturón de explosivos y exige que el vuelo sea desviado al aeropuerto de Larnaca. Y lo consigue.
Está claro que ni el piloto ni el resto de la tripulación tenían mucha opción en esto, si aparentemente parecía que estaban ante una amenaza terrorista. Solo podían cooperar con él para parar el mundo. No saben cuál es el riesgo real al que se enfrentan, y más en los tiempos que corren, pero, tras aterrizar en Chipre, el avión ha estado unas cuantas horas parado hasta que la broma se ha dado por terminada. Algunos pasajeros abandonaron la aeronave, después de "negociaciones" con el supuesto terrorista. Otros se quedaron.
Ahora, permítanme poner en duda que se hayan visto obligados a quedarse dentro del avión. El -llamémoslo- loco no parecía poner mucha resistencia para que los pasajeros se fueran, y desde el martes no paran de aparecer fotos selfies tomadas por azafatas junto a este hombre que decía llevar puesto un cinturón de explosivos. ¿En serio? ¿Nadie se había dado cuenta de que era una farsa? Si tan real parecía todo... ¿cómo era posible sonreír a la cámara para dejar grabado el momento junto a su secuestrador?
El Gobierno egipcio desmintió, minutos después de conocerse la noticia, que este hombre fuera un yihadista. "No es un terrorista, es un idiota", decían, claramente y sin pelos en la lengua. Los videos que se han compartido muestran cómo se divierten las azafatas y algunos pasajeros "sintiéndose secuestrados". Se habían sumado a la broma. Mientras el mundo, desde fuera, estaba paralizado. Sin saber si reír, o llorar. "Esto solo te pasa una vez en la vida" decía un viajero británico que estaba a bordo del avión.
¡Menuda irresponsabilidad! Se armó la de San Quintín. Las autoridades estaban desviando vuelos a otros aeropuertos. Los militares y la Policía se habían trasladado hasta la pista. Ministros y autoridades, en Egipto, en Chipre y en EEUU, conexiones en directo, medios de comunicación y redes sociales. Todos esperando a ver qué pasa, mientras la tripulación se estaba divirtiendo en el interior del avión.
También estaba Twitter, donde muchos de los comentarios iban por la línea de: "¡qué bonito es el amor!". Muchas críticas, también, por parte de los egipcios que lamentan estar siempre en los informativos por malas noticias. Hartos deben estar. Normal. Si no hacen más que pasar cosas que no tienen ni pies ni cabeza.
En fin, esto era la broma. La mala. Pero la realidad no siempre es ficción. Las hay de verdad. Como la de Bruselas, por ejemplo, donde se detienen terroristas y luego se les devuelve a la calle un rato después. Y luego la acaban liando. Egipto es una dictadura, le guste más o menos al señor Al Sisi. Pero si algo está claro es que a este señor se le va a caer el pelo por lo que ha hecho. ¡Bastante tiene ya el régimen con el asesinato de estudiantes y las críticas por la detención de activistas y periodistas! Aunque, por esa regla de tres, este hombre ha sido un santo y lo ha hecho por amor. Perdón, digo, por "obsesión".
"Siempre las mujeres están de por medio", dijo el primer ministro chipriota, Nicos Anastasiades. ¡Vaya, ahora nos tenemos que reír de la broma! Pues mire usted, la exmujer de este individuo no ha dicho precisamente perlas sobre él. Y como tampoco me espero que en Egipto haya un juicio por violencia machista, me tomaré la libertad de apoyar a esta mujer, que dice que su ex no era más que un auténtico cabrón. Un cabrón romántico, pues ha parado un avión para llamar su atención. Se decía por ahí.
Ella se llama Marina y los recuerdos que guarda no son precisamente paradisiacos. Fue "un matrimonio infernal" y un "capitulo oscuro" de su vida. Criticaba lo que se ha dicho del comportamiento del que fue su marido hasta 1990. "Muchos escribieron sobre ello como una situación romántica en la que un hombre estaba intentando llegar a su ex esposa. Los siete años que he estado casada con él fueron de amenazas, golpes, tortura y miedo. Es una persona desequilibrada", afirmó.
De cómico, el tema no tenía nada. Egipto le quiere de vuelta. Marina pide que se lo lleven lo más lejos posible de ella. No sabemos las pérdidas económicas que ha provocado el parón en el aeropuerto de Chipre. Tampoco las consecuencias judiciales a las que se enfrenta este hombre, en ambos países. Pero a mi me surge una duda aún mayor: uno afirma tener una bomba y decide desviar un avión a donde le haya apetecido al levantarse esa mañana. Lo consigue. Esto deja claro cuán vulnerables e inseguros estamos. ¿Está realmente el mundo preparado para afrontar el terrorismo del siglo XXI?