¿Tenemos afición "de calidad" en España por la Fórmula 1?
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¿Tenemos afición "de calidad" en España por la Fórmula 1?

La Fórmula 1, en España, le debe mucho a Fernando Alonso. Los que somos de antes de la era Alonsista, e incluso de antes de Gené y De La Rosa, recordamos las horas bajas de este campeonato en España. Telecinco, en su día, realizó una apuesta fuerte por llevar la Fórmula 1 a la televisión española, pero acabó claudicando.

La Fórmula 1, en España, le debe mucho a Fernando Alonso. Los que somos de antes de la era Alonsista, e incluso de antes de Gené y De La Rosa, recordamos las horas bajas de este campeonato en España. Telecinco, en su día, realizó una apuesta fuerte por llevar la Fórmula 1 a la televisión española, pero acabó claudicando por la falta de espectadores, que implicaban una falta de inversión publicitaria.

Primero se cambió el horario de las carreras, para ponerlas a horas imposibles en diferido, lo que redujo, obviamente, la atención de la gente. Luego, directamente, se eliminaron de la parrilla televisiva, y los que tuvimos la suerte de tener una televisión de alguna comunidad autónoma "cerca" aún pudimos ver las pruebas (en euskera en mi caso, con el desafío de no entender prácticamente nada).

Pero llegó Alonso y lo cambió todo. En un país donde se idolatra al vencedor, aunque sea campeón del mundo de parchís, vimos el nacimiento de una "afición" de la noche a la mañana, que pasó de unos centenares de millar, a cifras millonarias.

Para los aficionados de la vieja escuela, esto ha tenido sus efectos positivos. Por lo pronto, ahora se pueden disfrutar hasta de los entrenamientos libres en la televisión. Existe una cobertura mucho más amplia que nunca antes, aunque nos pueda no gustar el nivel de los narradores, o sus inclinaciones de opinión.

Además, ha surgido un nuevo grupo de aficionados de "calidad", gente que no conocía la Fórmula 1, o jóvenes que no llegaron antes de Alonso a las carreras, y que han cogido "el gustillo" a este mundo, y ahora están ya metidos hasta el fondo en este deporte.

Luego está el grupo, más numeroso, del "fan chaquetero", ese que busca al ganador para sumarse, el aficionado que, en lugar de disfrutar del deporte, ve la carrera de un único individuo, jaleando sus actuaciones, defendiéndolas a muerte (aunque no entienda ni la técnica ni el reglamento), e insultando a los rivales, que simplemente son "malas personas", por haber nacido en un país distinto al del forofo.

Porque puede existir la identificación "nacional", el apoyo a un piloto por haber nacido en el mismo lugar que uno mismo. Eso es comprensible (aunque yo no comparta el punto de vista). Pero lo que no es defendible es el insulto gratuito e infundado a todo aquel que, por nacer en un país diferente, no merece el respeto del forofo. Eso es poco menos que un tipo de xenofobia.

La Fórmula 1, amigos míos, no es un deporte "de selecciones". No "corremos" los españoles contra los alemanes, franceses o británcios. No. Corren los pilotos individualmente, apoyados por sus equipos. Los intereses del piloto no son los de un país. Como mucho, representan los intereses de una marca o escudería.

Entender las carreras de coches como deporte de identificación y refuerzo del espíritu nacional es un error, grave, por parte de los medios de comunicación generalistas, que intentan vendernos el aspecto fácil de las carreras. Porque es más fácil crear un fanatismo hacia un único piloto, y contar la gesta de esta persona, convertida en personaje por el narrador, contra "todo el mundo". Sobre todo si esa gesta acaba con victoria, pues entonces se puede reforzar esa identificación nacional con el piloto.

Pero esta forma de plantear y comunicar las carreras, errónea desde la base, tiene un coste a medio y largo plazo. Seamos sinceros: así no se crea afición por un deporte. Se está creando afición por un bien perecedero: un piloto determinado. Porque Fórmula 1 es más que Fernando Alonso, pero eso en España, a día de hoy, apenas sucede.

Y de ahí esta entrada de hoy, esta consulta que yo hago en voz alta: ¿Estamos gestionando correctamente el capital que Alonso nos ha regalado?

Fernando Alonso nos ha regalado la oportunidad de predicar las bondades de un deporte. De crear una base de afición que se transfiera de padres a hijos, y acabe culminando en un grupo de personas que justifiquen a televisiones y medios generalistas la cobertura de este campeonato.

Pero no hemos sabido aprovechar este bien "en bruto". La afición que se ha creado está siendo cada vez más polarizada. Los medios generalistas ya tejen sin mayor pudor teorías de la conspiración, y reducen todo a lo más básico, para tratar de alimentar la afición "de baja calidad". Porque enganchar con dos párrafos, con contenido hueco, es más sencillo que intentar explicar todo el deporte.

La calidad de los editores es en este aspecto fundamental. Para contar algo, tienes que saber muy bien de lo que hablas. Haberte empapado con las carreras de los más de cincuenta años de Fórmula 1, haber estudiado y vivido carreras, no sólo de la F1, sino de campeonatos menores. Cuando un editor cuenta con ese soporte de conocimiento, puede aportar una visión completa al lector, que podrá "beber" de la esencia de la F1.

Pero no. Estamos en una situación en la que contamos con medios generalistas que no aportan más que la confrontación barata, el chascarrillo y el insulto fácil, eso sí, siempre oculto entre símiles y dobles sentidos.

El problema va más allá de los propios medios y los aficionados. Llega a los patrocinadores. En España no se puede entender un patrocinio deportivo si no es al ganador. Porque el que gana es el que brilla, y los demás no valen nada. Por eso, aunque se imaginó que la "Alonsomanía" beneficiaría al mundo de las carreras en España, la realidad es que todos los patrocinios "importantes" van a favor de Alonso, mientras se han construido decenas de circuitos en un país donde el término "track day" ni se entiende ni se busca. Un ejemplo es claro: pregunta en la calle, o a tu compañero de trabajo qué ha ganado Marc Gené... contarás con los dedos de una mano la gente que sepa que este hombre, además de representar a cuatro marcas de coches distintas en anuncios, ha ganado las 24 Horas de Le Mans.

En mi opinión, estamos acentuando un problema, intentando entender la F1 como un deporte "normal" asimilándolo al fútbol, el baloncesto o el tenis, donde se representan carreras de hombres que representan a países. La realidad de la Fórmula 1, y de los deportes del motor en general, es que el piloto sólo es parte de la ecuación. El coche es más de la mitad del asunto, el equipo técnico... Forman un conjunto indisociable, que lucha por un objetivo que va más allá de ambiciones patrióticas. Existe la excepción de Ferrari, que es un ente que representa a Italia, pero es algo que aquí no soñamos con poder llegar a tener.

El problema surgirá el día que se nos retire Alonso del mundo de las carreras. Entonces se abrirá una fase de "reflexión". Si tenemos un poco de suerte, el paso de Fernando por la F1 habrá servido para que Carlos Sainz Junior, Juncadella o algún otro lleguen a un buen equipo.

Entonces tal vez podamos seguir con la Fórmula 1 en España. Bajarán las audiencias en principio. Somos, en conjunto, un país, una cultura, que sólo anima a los ganadores, y que destroza a los que no brillan. Si esa nueva hornada de pilotos llega pronto, y si somos capaces de tener en un momento dado a dos o más pilotos en coches ganadores, entonces tal vez seamos capaces de crear una auténtica base de afición real a la F1, más allá de la afición por un "héroe" construido a través de las alabanzas de un narrador repetitivo que roza la obsesión (porque amor ya está claro que no es).

Tenemos un buen ejemplo en el mundo del motociclismo. Después de Ángel Nieto (Cañellas y muchos otros estuvieron antes, sí, pero no con su éxito), vino una generación de jóvenes estrellas que progresivamente poblaron las carreras de dos ruedas, hasta dominar el mundial de una manera que preocupa fuera de España. Las motos ahora se disfrutan, se entienden, y hay una base de editores, redactores y aficionados con conocimientos muy evolucionados, que saben apreciar las carreras, aunque no gane el piloto "nacional".

Necesitamos esa fase de catalización, esa fase en la que la F1 sepa reconvertirse de Fórmula Alonso a Fórmula 1. Pero para ello, en España se necesita que tras Alonso lleguen dos jóvenes promesas a las carreras. Material en bruto tenemos (Juncadella o Mehri se lo merecen), pero en las carreras nunca sabes si vas a llegar a ese puesto.

Si no llegan, y nos quedamos sin pilotos en la categoría reina, viviremos una cuenta atrás antes de que se suspenda la competición en las televisiones "grandes". Bernie probablemente no quiera que eso ocurra (porque no quiere perder derechos televisivos millonarios), y hará lo suyo para sentar a alguno de los "nuestros" en un coche competitivo si se da el caso...

Pero todavía falta tiempo para este gran examen de afición por la F1. Primero tiene que retirarse Alonso. Hasta entonces tendremos que aprovechar su estela para seguir disfrutando de una época dorada de este deporte en España.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog del autor en Autoblog.