Los yates de magnates rusos causan un caos en Europa
La medida comienza a hacer mella no en los oligarcas sino en el viejo continente.
Una parte de las sanciones de la Unión Europea a Rusia por llevar a cabo la invasión militar de Ucrania no va dirigida a debilitar la economía rusa sino a perjudicar a los oligarcas con influencia en el Kremlin.
El objetivo de esas medidas es que los magnates puedan alzarse contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y les presionen para poder poner fin a la guerra. Sin embargo, por el momento, esa estrategia de la UE no parece haber surtido efecto.
El episodio más sonado fue la incautación por parte de las autoridades alemanas del yate más grande del mundo, el Dilbar, perteneciente a Alisher Usmanov, oligarca y testaferro de Putin. La embarcación cuenta con una longitud de 156 metros, un peso de 16.000 toneladas y requiere de una tripulación que casi alcanza el centenar de personas.
En ese sentido, la Unión Europea está comenzando también a padecer las consecuencias negativas de hacerse con embarcaciones de semejante tamaño. Al tratarse de navíos de lujo, es necesario llevar a cabo unas labores de mantenimiento prácticamente diarias de los mismos.
Y aunque, tal y como recoge Libre Mercado, muchos países europeos (entre ellos España) han autorizado a los oligarcas a poder realizar transacciones en Europa para poder sufragar ese mantenimiento, lo más habitual es que los magnates no se hagan cargo y que el precio del mantenimiento corra a cargo del Estado que mantiene retenido el yate.
Asimismo, cabe recordar que la venta de las embarcaciones no es una opción, porque los países están legalmente imposibilitados a realizar ninguna operación de ese tipo.
Más allá del citado coste económico de tener los navíos en Europa, otro factor a tener en cuenta es que todos ellos ocupan espacio en los puertos y suponen un peligro potencial para el transporte marítimo, por lo que una medida que parecía que iba a perjudicar gravemente a las personas más ricas de Rusia parece que va camino de causar un auténtico caos en el viejo continente.