Valencia rescata dos belugas refugiadas de guerra
Dos belugas, rescatadas de un acuario en Ucrania, llegan a Valencia tras un complejo operativo internacional.
Valencia se ha convertido en el nuevo hogar de Plombir y Miranda, dos belugas que han sido rescatadas de las adversidades de la guerra en Ucrania. Especialistas del Oceanogràfic de Valencia, junto con expertos de Georgia Aquarium y SeaWorld, han coordinado un rescate internacional que ha culminado con éxito en la noche del 18 de junio.
El viaje de las belugas comenzó en Járkov, una ciudad devastada por constantes bombardeos. La evacuación implicó un trayecto terrestre de 12 horas hasta Odesa, donde se realizaron los primeros controles veterinarios. La colaboración de la Oficina de la Unión Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) fue esencial para facilitar el paso fronterizo y acelerar la llegada al aeropuerto de Chisináu en Moldavia.
Desde allí, un avión especialmente fletado y acompañado por seis expertos internacionales en cuidado animal, trasladó a las belugas a Valencia tras cinco horas de vuelo. A su llegada, fueron recibidas por Raúl Mérida, director general de Medio Natural y Animal de la Generalitat Valenciana, y trasladadas rápidamente al Oceanogràfic en vehículos terrestres de gran tamaño.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha destacado la importancia histórica de este rescate y ha expresado su honor por acoger a las belugas en el Oceanogràfic, el mayor acuario de Europa y el único en el continente con belugas en sus instalaciones. El acuario valenciano, reconocido por su compromiso con el bienestar animal, ha sido el centro de conservación marina más cercano a Ucrania capaz de llevar a cabo esta misión.
Daniel García-Párraga, director de Operaciones Zoológicas del Oceanogràfic, ha señalado las dificultades enfrentadas debido a la escasez de alimentos, energía y medicamentos en Járkov, lo que complicó la logística del rescate. A pesar de la condición subóptima de las belugas para emprender el viaje, la alternativa de permanecer en Járkov habría significado un riesgo aún mayor para su supervivencia.
El rescate ha requerido meses de preparación y ha sido clasificado como "muy compleja" y de "alto riesgo". Las belugas ermanecerán inicialmente en áreas no accesibles al público y, una vez recuperadas, se unirán a Kylu y Yulka, las belugas residentes del Oceanogràfic.