Un tratado de 1713 deja claro quién 'manda' en las aguas que rodean Gibraltar
Las posiciones entre los gobiernos continúan muy distantes ante una situación que se repite en el tiempo.
Nuevo episodio de tensión vivido en las costas gibraltareñas con España como protagonista. El pasado lunes, el patrullero español Águila 2, del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) abordó y retuvo un buque auxiliar del puerto del peñón, que navegaba sin el Sistema de Identificación Automática activado, algo que levantó las sospechas del barco español.
Este tipo de situaciones llevan viviéndose constantemente en las aguas gibraltareñas desde hace años, debido a la disputa que aún hoy día mantienen España y Reino Unido por el dominio y control de la zona.
Lo del pasado lunes no hace sino acrecentar las tensiones, que se han multiplicado con siglos de antigüedad entre las que fueran las dos potencias marítimas más importantes del mundo.
Tratado de Utrecht de 1713
El objeto del conflicto de la pasada semana parece que se continuará repitiendo cada vez que se produzca una situación parecida y es que, las aguas en las que intervino el Águila 2 son reclamadas tanto por España como por Reino Unido -pese a que la soberanía recae sobre el estado español-, algo que le gobierno británico no acepta y por lo que, casi con total seguridad, enviarán una protesta formal al gobierno por la supuesta actuación ilegítima del SVA.
Pero estas discusiones vienen de largo y, aunque existe un tratado elaborado hace más de 300 años, el Tratado de Utrecht de 1713, las posiciones de ambos países se encuentran estancadas.
Según el tratado, a Reino Unido tan solo le pertenece el castillo, las defensas y fortalezas y el puerto, sin incluir las aguas adyacentes que bañan el Peñón. Pero esto no solo lo estima un tratado de hace más de tres siglos, que por otra parte ni Reino Unido ni Gibraltar respetan ni otorgan validez, sino que en el año 2001, el Tribunal Supremo volvió a dar la razón al gobierno español.
"En el caso de que esa cesión de soberanía siguiera vigente si la hubo, habría de referirse exclusivamente a aquellos espacios delimitados en el título de concesión, y nunca alcanzaría a otros, terrestres o marítimos, distintos de aquellos, respecto a los que en modo alguno cabría reconocer poder soberano ni jurisdicción de ninguna clase", fueron las palabras con las que el tribunal volvió a conceder vigencia al tratado.
"Incidente más grave en años"
En contraposición, tanto el gobierno británico como el de Gibraltar no reconocen la autoridad de este tratado y alegan que tanto las aguas del puerto como también las del Peñón pertenecen a ellos, siendo este el principal foco de conflicto.
De esta forma, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha reiterado durante esta semana que su postura es la correcta, alegando que así se refleja "en la Ley de Gibraltar, y también en el Derecho Internacional Público, está previsto".
Por todo ello, el Gobierno de Picardo, con el beneplácito de Reino Unido, definió la situación del lunes como "una grave violación de la soberanía británica y, potencialmente, el incidente más grave y peligroso en muchos años", algo ante lo que el Gobierno de España consideró como una situación "especialmente incomprensible".