Un periodista muere al día en Gaza: cómo las bombas hacen peligrar los ojos del mundo en la Franja
'El Huffpost' ha podido hablar con Alfonso Bauluz, presidente de la ONG Reporteros Sin Fronteras, quien ha arrojado luz sobre cómo es la realidad de los residentes y desplazados a la zona.
Entre el ruido de los bombardeos, el caos y destrucción que se ha instalado en la Franja, se encuentran las otras víctimas de esta guerra. Aquellas que se podrían definir como 'invisibles' y que, sin duda, son unas de las piezas fundamentales en el puzzle de cualquier conflicto. Su labor, tan castigada y arriesgada como desagradecida, los ha convertido en un blanco fácil en esta batalla en la que los límites entre los buenos y los malos, lo correcto o incorrecto, parecen difuminarse a cada día que pasa.
Ellos son los periodistas, que desde que la guerra estalló en la región, son protagonistas involuntarios, ya que documentar la barbarie y la tragedia nunca es fácil, pero en determinados contextos y ocasiones se convierte en una cuestión de extrema necesidad. Poner cara y arroja luz sobre lo que ocurre en lugares donde el valor de la vida humana brilla por su ausencia es quizá, la más dura y ardua labor a la que tiene que hacer frente un periodista de guerra. Es en estos momentos cuando la célebre frase "de lo que no se habla, no existe" cobra más sentido que nunca.
Las cifras de la barbarie y el terror
Para comprender en profundidad cómo está siendo el día a día para los periodistas en el campo de batalla en la Franja de Gaza e Israel, el Huffpost ha contactado con Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros sin Fronteras (RSF), una ONG que vela por los intereses, la seguridad y la libertad de prensa de los periodistas donde esta puede verse vulnerada.
Su primera afirmación ya puede dibujar en nuestras mentes una idea de la crudeza y virulencia de la guerra: "Desde el inicio del conflicto ya van casi treinta periodistas muertos (lo que supone uno al día). La mitad estaban trabajando pero la otra mitad no. Muchos de ellos estaban protegiendo a sus familias en los momentos de los bombardeos. Es una situación extrema, en estos momentos no hay santuarios donde resguardarse ni zonas en las que la seguridad sea real. No los hay", afirma Bauluz.
Estas cifras son avaladas por la UNESCO, que durante la pasada semana ya dio la voz de alarma al contabilizar hasta nueve periodistas muertos en tan solo diez días, siendo esta la cifra más elevada registrada en cualquier conflicto desde hace décadas.
"Es un balance dramático. Nunca antes, en un conflicto reciente, la profesión había tenido que pagar un precio tan alto en tan poco tiempo. Hago un llamado a los actores regionales e internacionales para que tomen medidas inmediatas que aseguren el respeto del derecho internacional humanitario. En ningún caso se debe atentar contra los periodistas, sino que además es responsabilidad de todos los implicados garantizar que puedan seguir ejerciendo su profesión con seguridad e independencia", denunció la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay.
Respecto a la crudeza de la guerra y a las imágenes que se comparten desde el pasado 7 de octubre, bien por redes sociales, periódicos digitales o por los medios tradicionales, Bauluz asegura que desde el terreno, nadie ha vivido algo similar.
"Es verdad que el territorio se encuentra en una inestabilidad continua. Sí existen precedentes similares: ISIS, Alepo o en la propia guerra entre Rusia y Ucrania, pero no con esta violencia e insistencia. Los periodistas palestinos -que son los únicos que pueden cubrir la información desde la Franja- dicen que nunca habían vivido algo parecido en Gaza", apunta Bauluz.
Estas declaraciones cobran más sentido -si cabe- a medida que el balance de víctimas mortales en Gaza no para de incrementarse, ya que de acuerdo con la última actualización de datos, se han contabilizado 11.000 muertos en Gaza (la mitad de ellos niños) con miles de heridos y otros tantos millares de desaparecidos.
Bauluz asegura que desde RSF hacen todo lo posible por que los periodistas cuenten con la mayor seguridad allí donde haya un conflicto armado, aunque en situaciones como la actual, donde todo vale, es mucho más complicado. "Poco podemos hacer en el caso de Gaza. Les facilitamos equipo de seguridad, posibilidad de hacer un seguro, instrucciones de cómo trabajar en casos de riesgo y varios cursos por parte de la Guardia Civil. Ahora bien, si no entra más ayuda humanitaria, poco podemos hacer por la falta de electricidad y recursos", lamenta.
En lo que respecta en concreto a este conflicto, mucho más "salvaje" que otros -por su naturaleza y origen-, el presidente de RSF explica cómo es el proceso de seguimiento de periodistas en situaciones de este tipo. "A nosotros nos llega toda la información desde París, donde está la sede de RSF- y ellos son los que nos notifican la situación. Nosotros estamos pendientes de los periodistas españoles y cada país hace lo propio con los suyos", expone.
En cuanto a la situación actual en la Franja, Bauluz se muestra temeroso ante el corte total que el gobierno israelí lleva manteniendo más de tres semanas, permitiendo tan solo la entrada de ciertos convoyes con ayuda humanitaria en las últimas semanas. "El ejercito israelí no deja entrar a Gaza a nadie y nada. Solo han entrado los camiones con ayuda humanitaria. Nada puede entrar y nada puede salir", como ya afirmara el primer ministro Benjamin Netanyahu hace casi un mes.
Y como ocurre en todas y cada una de las guerras, la información es oro y el relato es clave para que el resto del mundo 'tome parte por uno de los dos bandos', sientan la lucha como propia y se identifiquen como vencedores o vencidos. Ante esto y como es habitual -lo hemos visto recientemente en la guerra entre Rusia y Ucrania-, el cruce de hipótesis, desmentidos o fake news, hacen que todo cuanto se diga desde un púlpito institucional (nacional, ONU, internacional), comunicados de organizaciones paramilitares, ejércitos o bandas terroristas (como en este caso ocurre con Hamás), sea puesto en duda.
"Las dos partes utilizan la información como arma arrojadiza. Además, al ser una zona (Oriente Próximo) explosiva permanentemente, ocurren muchísimas cosas cada día. Los bombardeos son continuos, las redadas y asesinatos a jóvenes en la Franja han sido diarios durante el último año, etc. Es muy complicado", asegura Bauluz.
En última instancia, lamenta la situación tan atroz que se lleva viviendo en la Franja desde el pasado 7 de octubre, y considera que desde Israel se están llevando ataques, en muchas ocasiones, indiscriminados. "Los periodistas que no están trabajando están en el mismo riesgo que los civiles y como Israel no permite salir de la Franja, se ha convertido en una ratonera en la que, en muchos casos, los bombardeos están siendo indiscriminados".
Asesinato de un periodista de Reuters
Apenas un día después de hablar con Bauluz, RSF denunció públicamente el asesinato de un cámara de Reuters, Isam Abdulá, en el sur de Líbano tras un "ataque deliberado", originado en la frontera israelí contra un grupo de periodistas de varias agencias internacionales.
"El grupo ha sido atacado deliberadamente. Dos ataques tan seguidos —poco más de 30 segundos— en el mismo lugar y en muy poco espacio de tiempo lo demuestran", ha relatado RSF en un comunicado sobre la presencia de hasta siete periodistas de Reuters, AFP y Al Yazira en el lugar atacado.
RSF recordó que el grupo de siete periodistas llevaban una hora en el mismo lugar, en lo alto de una colina, que estaban claramente identificados como prensa y equipados con chalecos y cascos, por lo que considera "poco probable" que pudieran ser confundidos con combatientes, "en particular porque no se estaban escondiendo".
Un primer proyectil mató a Abdulá e hirió gravemente a la periodista de AFP Christina Assi. El segundo impacto, ocurrido apenas 37 segundos después, era más potente y destruyó el vehículo de Al Yazira que tenían identificado con la palabra "PRESS" en el techo e hirió a varios periodistas más. El coche, marca Toyota, fue desplazado 90 grados de su posición inicial por el impacto.
Las Fuerzas Armadas israelíes expresaron de inmediato que "lamentaban" el incidente y que estaba "revisando" lo ocurrido sin que por el momento se haya dado más información.
Una periodista libanesa de la cadena Al Yazira que resultó herida en el bombardeo, Carmen Yujada, también fue atacada cinco días antes. "Este no ha sido el primer ataque israelí contra nosotros", ha recordado en declaraciones a RSF.