Un país de la UE pide usar de nuevo el arma sucia contra Rusia
Polonia y los países bálticos reconsideran el uso de minas antipersona, desafiando el legado de la Convención de Ottawa.

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha provocado una reconsideración en las estrategias de defensa de varios países europeos, especialmente aquellos cercanos a la frontera con Rusia y Bielorrusia, tal y como recoge el diario infodefensa.
En este sentido, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania han propuesto la retirada de la Convención de Minas Antipersona de Ottawa, un acuerdo internacional que prohíbe el uso de estas armas.
La amenaza constante de Rusia y su aliado Bielorrusia ha llevado a estas naciones a buscar medidas más drásticas para protegerse, y una de ellas incluye la posibilidad de utilizar minas antipersona como barreras defensivas.
Esta decisión contraviene la Convención de Ottawa, que fue firmada por la mayoría de los países del mundo con el objetivo de eliminar el uso de minas antipersona, así como su fabricación, almacenamiento y transferencia.
A pesar de esta propuesta, Polonia y los países bálticos han afirmado que seguirán respetando el derecho internacional humanitario en cuanto a la protección de los civiles y las reglas de la guerra. Esta medida fue acordada por los ministros de Defensa de los cuatro países tras una serie de debates y deberá ser ratificada por sus respectivos parlamentos para su implementación.
Los defensores de esta decisión argumentan que, dado que Rusia no está vinculada a la Convención de Ottawa, continúa utilizando minas antipersona en su invasión a Ucrania, mientras que Ucrania, que sí ha ratificado el tratado, se ve limitada en sus capacidades defensivas.
En relación con este tema, cabe destacar que, la empresa española Expal participó en la destrucción de parte del arsenal de minas antipersona heredado por Bielorrusia de la Unión Soviética, incluyendo 3,4 millones del modelo PFM-1, en el marco de un programa de la Unión Europea.