Un país europeo bloquea a Ucrania y las consecuencias hacen que se arrepienta

Un país europeo bloquea a Ucrania y las consecuencias hacen que se arrepienta

La industria de defensa de Suiza sufre los efectos de la política de neutralidad, que impide la reexportación de armas para Ucrania y abre un debate sobre su papel en la seguridad europea.

Exhibición militar en Suiza.Giovanni Mereghetti

Suiza, conocida mundialmente por su postura neutral, enfrenta un desafío inesperado al bloquear la reexportación de sus armas, incluidas las solicitadas por Ucrania en su conflicto con Rusia. La presidenta suiza, Viola Amherd, admite que esta política empieza a repercutir negativamente en su industria de defensa, mientras algunos países aliados, como Países Bajos, ya han dejado de comprar armamento suizo ante las restricciones impuestas para reexportarlos.

El episodio más relevante se ha dado en torno a los tanques Leopard 1A5 almacenados en Italia. Suiza frenó un acuerdo para que estas unidades fueran primero a Alemania y luego transferidas a Ucrania, lo que causó tensiones y frustración entre sus socios europeos. Estos tanques, aunque más antiguos, han sido considerados valiosos por los soldados ucranianos, especialmente frente a modelos de la era soviética que aún están en uso. Los Leopard 1A5, con su sistema de puntería avanzado y velocidad, representan un activo que ayudaría considerablemente en el conflicto, pero las limitaciones de reexportación suizas han impedido el apoyo a Ucrania.

La industria de defensa de Suiza, tradicionalmente rentable y reconocida mundialmente, ha sentido las repercusiones de esta postura neutral. Un informe reciente del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo ubica a Suiza en el puesto 14 en exportación de armamento global, pero la falta de contratos por la política de neutralidad podría alterar este puesto en los próximos años. En 2023, las exportaciones suizas han caído notablemente, y los analistas de defensa lo atribuyen en gran parte a las decisiones del gobierno de no modificar sus políticas de exportación, aun cuando la demanda de armamento para el conflicto en Europa del Este ha crecido.

Viola Amherd subraya que Suiza necesita invertir en su seguridad y tecnología de defensa, y ve la relación con la OTAN como una oportunidad para garantizar la estabilidad. Sin embargo, la presidenta mantiene que, aunque Suiza pretende ampliar su cooperación en seguridad con los países de Europa, no entregará armas a naciones en guerra, manteniendo una política de mediación pacífica en los conflictos.

La situación actual plantea un dilema para Suiza: la necesidad de proteger su neutralidad frente a la demanda de un compromiso mayor con la seguridad de Europa. ¿Hasta cuándo podrá sostener este equilibrio sin afectar aún más su industria y a sus alianzas?

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