Un historiador alerta que Europa está a las puertas de una larga Guerra Fría

Un historiador alerta que Europa está a las puertas de una larga Guerra Fría

Przemysław Grudziński asegura que los líderes de la UE no han hecho todo lo posible por evitar este conflicto.

  El Derecho de la UE

El conflicto entre Rusia y Ucrania podría provocar una nueva y larga Guerra Fría, según ha advertido el historiador Przemysław Grudziński en un artículo escrito para Onet.

"Más de un cuarto de siglo después del fin de la Guerra Fría, cuando ya sabemos cuán ilusorias eran las esperanzas de crear un "nuevo orden mundial", la ola de temores y pensamientos sobre una futura guerra está aumentando nuevamente", ha alertado.

En este contexto, Grudziński recuerda que la guerra regresó a Europa en 2022 cuando Rusia invadió Ucrania, "y con ella el miedo, la muerte y el odio". Ahora, señala, otra vez se ha aprobado "el sacrificio de la propia vida", quizás con el objetivo de cambiar el orden mundial de nuevo.

"Europa se está preparando para librar otra larga Guerra Fría, sin hacer todos los esfuerzos posibles para evitarla", asevera. Y, como en la anterior, alerta de que existe el riesgo de que el enemigo use nucleares tácticas.

El mundo necesita mentes brillantes

Grudziński destaca que la situación no ha cambiado desde que se produjo la priemra Guerra Fría. En concreto, siguen igual "las motivaciones y emociones de las personas dispuestas a la agresión y la guerra, y el deseo de los Estados de maximizar su seguridad y sus beneficios a expensas de otros Estados utilizando el argumento de la fuerza".

Esta búsqueda de seguridad ha llevado a la creación de herramientas de destrucción tan radicales que los Estados "quedan paralizados ante la idea de utilizarlas". Sin embargo, opina, "esto no les impide seguir mejorando esos "inútiles" instrumentos de destrucción a expensas de resolver problemas acuciantes de desigualdad social, catástrofe ambiental y otros".

Y es que, según ha observado, "Europa está profundamente dividida y cada parte se siente amenazada por el 'otro'". A esto añade que la UE "no adoptó la forma de 'anillos olímpicos'" después de la Guerra Fría. Para solucionar estos desafíos, el historiador plantea lo siguiente:

  1. Reanimar el diálogo internacional e interno y los instrumentos diplomáticos.
  2. Renovar el lenguaje utilizado para comprender y mejorar el mundo.
  3. Regresar al pensamiento estratégico y político, así como fijar nuevas metas y formas de alcanzarlas.
  4. Cultivar la capacidad de autocrítica y el respeto por los diferentes puntos de vista.
  5. Buscar establecer un nuevo orden internacional basado en valores comunes, no dicotómicos, servir a la justicia internacional y promover los derechos humanos.

"El mundo del siglo XXI necesita mentes sobresalientes, altos estándares y trabajo para garantizar una vida segura y digna para todos", concluye.